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José Miguel Insulza: "Piñera nunca ha sido un empresario emprendedor, ha sido un especulador financiero"
Viernes, Julio 28, 2017 - 15:04

Con mil batallas políticas en el cuerpo, el socialista y ex secretario general de la OEA se embarca hoy en la aventura de llegar al Senado tras confirmar su candidatura por la Tercera Región de Atacama. Uno de los últimos animales políticos de la escena chilena, conversó sin diplomacia con AméricaEconomía.

-¿Por qué el "Panzer"?

-Casi todos lo asocian al tanque alemán, pero no es por el armatoste de guerra, sino por unos jugadores del equipo de fútbol de Wanderers de Valparaíso.

-¿Y que tiene que ver el "Panzer" con la política?

-Cuando el presidente Eduardo Frei cambia de gabinete por última vez, y el cambio involucró varios y se tituló en el diario de la tarde: "Asumieron los Panzer". Pero como yo, de los que asumieron ese día, seguí en política de forma más visible, se me quedó pegado.

-Comenzó su carrera política trabajando para un mítico socialista: Clodomiro Almeyda, ¿qué aprendió de él?

-Una de las mejores personas que he conocido, el tipo más abierto y menos sectario que he conocido en mi vida. Yo venía de la Democracia Cristiana en ese momento y a él no le importaba en lo más mínimo, me mandaba incluso a hacer las clases sobre Lenin.

-¿Cómo fue su participación en el gobierno de la Unidad Popular?

-Yo lo disfrute mucho, pero sí era un momento de gran tensión. Además, en esa época se me ocurrió estar de panelista en una programa de Tv de discusión política muy visto, que se llamaba "A esta hora se improvisa", por lo tanto, la gente siempre me decía cosas en la calle, buenas y malas por cierto.

-¿Se relacionó con Allende?

-Lo conocí, claro, fue muy amable, pero no fue una relación cercana. Con su señora, Hortensia Bussi, por el contrario, trabajé y colaboré cercanamente con ella durante el exilio.

-¿Existió un pacto tácito entre la Concertación y la dictadura para mantener la impunidad de no buscar justicia en DDHH a cambio de una supuesta estabilidad del país?

-Yo diría que sí hubo algunos acuerdos tácitos, que lamentablemente se han cumplido hasta ahora, como no perseguir participación de civiles durante la dictadura militar, sino que se iban a perseguir hechos concretos en materia de violaciones de DDHH.

-La fragilidad de un nuevo quiebre democrático estaba en el aire...

-Déjame contarte: yo recuerdo que era comienzo del año 91 y mi amigo el escritor Ariel Dorfman presentó en un teatro en Santiago "La Muerte y la Doncella", que lo haría mundialmente famoso. El teatro estaba semi vacío. Éramos unas cuantas personas, ya que justo había salido a la luz el informe Rettig y la situación social era bastante frágil.

-Y bueno después viene la comedia del absurdo, la locura máxima y Pinochet asume como senador vitalicio.

-Fue de locos, muy gracioso por cierto. Yo estaba ahí y junto a Pinochet asumen también otros senadores designados, entre ellos don Marcos Aburto, ex presidente de la corte suprema. En dicha ocasión lo acompañó su señora y un nieto ya grande. Cuando juró Pinochet, el nieto de Aburto comenzó a gritar ¡asesino!, y el ex juez quedó pálido viendo cómo los carabineros tuvieron que sacar al nieto de la tribuna. No lo pasó bien ese día el dictador.

-Pinochet, ya de civil, siempre mantuvo el poder.

-Es cierto, fue un poder en las sombras. En esos días se discutía en el congreso la eliminación del feriado del 11 de septiembre y el ex general estaba como senador. Todos los diputados y senadores de derecha continuamente rechazaban dicha petición. Andrés Zaldívar conversa con Pinochet esa misma tarde y le hace ver que, de una forma u otra, el feriado va a terminar. Vuelven a votar un par de horas después y todos los parlamentarios de derecha ahora habían votado a favor de la derogación, inclusive dando razones a favor... era para no creerlo.

-¿Qué infundió Pinochet en sus filas en el Congreso?

-Terror, le tenían un miedo tremendo.

¿No fue contradictorio defender a Pinochet en su detención en Londres, el mismo tipo que lo exilió a usted, hizo desaparecer a sus amigos?

-Yo no lo defendí, que eso quede claro. Yo abogaba porque nos dejaran juzgarlo a nosotros.

UN PANZER INTERNACIONAL

-Cuando ejerció como Secretario General de la OEA, ¿tuvo presiones por parte de EE.UU. en alguna forma?

-Francamente no, aunque nunca fueron muy partidarios míos. La OEA subsiste entre el equilibrio de los grandes sudamericanos y EE.UU. Lo único quizás fue con la señora Clinton, ahí las cosas fueron un tanto más complicadas, fueron tensas, pero cordiales.

-¿Cómo fue su relación con Hugo Chávez?

-A pesar de los insultos públicos y privados, nos tratábamos muy bien. Era como un huracán, algo que deja huella para bien o para mal.

-¿Qué le pareció la Revolución Bolivariana que pregonaba?

-Opino lo mismo que el ex presidente Ricardo Lagos, que un populismo con chequera era mucho más fácil que sin chequera. Chávez vivió tiempos de abundancia económica, lo que le ayudó, y cuando terminaron los fondos la cosa se le complicó.

-Fidel, ¿un libertado o dictador?

-Es difícil, porque nos iniciamos en la política gracias a la figura de Fidel. Marchábamos por la calle gritando "¡qué tiene Fidel que los imperialistas no pueden con él!"... es difícil. Ahora, claro que el régimen fue perdiendo brillo a través de los años.

-¿Maduro debe renunciar para encontrar una solución a la crisis en Venezuela?

-Sí, su posición es cada vez más insostenible. Yo creo que si Maduro sale hoy a una negociación real, será muy difícil que le crean. Incluso liberó a Leopoldo López y eso pasó inadvertido, no cambió la situación.

TIEMPO DE CAMPAÑAS

-Guillier no logra repuntar en las encuestas ¿hay que cambiar al candidato?

-No, a esta altura no hay cambio de candidato. El problema es que no ha empezado una real campaña, estamos muy atrasados, le hemos dado mucho espacio a Piñera y eso es peligroso.

-Piñera sigue avanzando en las encuestas.

-Hay mucha gente que jamás votaría por Piñera, pero el peligro se nos presenta en que estamos atrasados en todo, tanto en la campaña presidencial como en la parlamentaria. Piñera nunca ha sido un empresario emprendedor, ha sido un especulador financiero. Sus riquezas siempre han sido para sí mismo, nunca en relación a provocar un bien público.

-Si las cosas siguen así, Alejandro Guillier no logra llegar a La Moneda.

-El problema es que no se ha hecho una real campaña. Yo creo que Guillier tiene posibilidades de derrotar a Piñera. Debe repuntar y debemos hacerlo repuntar. Ahora, el tiempo que se pierde en política siempre es peligroso.

-Tuvo un round televisivo con el diputado Gabriel Boric del Frente Amplio, hace poco...

-Sí, me pareció muy bueno; hay que conversar y debatir. Ahora, él tiene una actitud un poco elitista y exclusivista.

-¿Se puso soberbio Boric?

-A esa edad quizás todos los somos. Yo leía una entrevista mía de 1972, en la revista Qué Pasa, y pensaba hoy, ¡qué tipo más insoportable! Hay que tener capacidad de autocrítica también.

-La contradicción del Frente Amplio sería que muchos de sus integrantes trabajaron en proyectos emblemáticos que después salieron criticando.

-Absolutamente, ellos trabajaron en el gobierno de Bachelet y en especial en la reforma educacional. Son muy especiales.

-¿Aborto en sus tres causales o va por el Bus de la Libertad?

-Yo creo que la mujer tiene derecho a disponer en soberanía sobre su cuerpo. El otro día leí que Arabia Saudita tiene aborto terapéutico; estuvimos a punto de quedarnos al nivel de dicho fundamentalismo.

-¿Unión civil o matrimonio igualitario?

-Matrimonio igualitario. Hoy los tiempos cambian y hay que cambiar la ley para ello. Hay que cambiar el código civil.

-Si vuelve al gobierno, ¿legaliza la marihuana?

-Sí, soy partidario, además de abogar por la despenalización del consumo de drogas, no sobre la distribución. Uruguay es un ejemplo, ha hecho algo que vale la pena mirar.

Autores

Cristian Aránguiz