Curitiba capital del Estado de Paraná, al sur de Brasil, se ha convertido en el pasado reciente en un modelo de desarrollo urbano.

Considerada la ciudad de mayor calidad de vida de Brasil, se destaca mundialmente como un exitoso ejemplo de proyecto urbanístico y ecológico que combina inteligentemente la antigua tradición arquitectónica de sus orígenes con un artístico paisajismo. Éste último incluye grandes zonas verdes en pleno corazón de esta progresista ciudad, por lo que se ha transformado en una comunidad emblemática de modelo urbano ecológica. Todo ello se ha logrado a través de un proceso concertado de desarrollo regional que se ha venido ejecutando por más de 30 años, con la participación de equipos multidisciplinarios de ingenieros, arquitectos, urbanistas, geógrafos, economistas, sociólogos, abogados, historiadores, comunicadores sociales.

Todo lo anterior se revela como un modelo de urbanismo ejemplar e innovador en América Latina para lograr un dinámico desarrollo urbano en armonía con el entorno ambiental y sustentado fundamentalmente por un ingenioso sistema de transporte público, con la activa participación de empresas privadas en su gestión. Esto representa un apoyo fundamental para el funcionamiento de esta moderna ciudad. Además, se cuenta con una innovadora administración municipal que hace rentable el gobierno local, permitiendo la reinversión de las ganancias en el mejoramiento continuo de la calidad de vida de la ciudad.

Un logro social básico alcanzado en Curitiba y que ha elevado el capital social de esta comunidad brasileña, ha sido el de la educación ambiental de sus ciudadanos, cuyo capital social de apego los ha convertido en coprotagonistas del funcionamiento de la ciudad con ese acento humano de desarrollo sostenible y modernización ecológica. Lo anterior ha permitido igualmente preservar el casco histórico, peatonizando su acceso. Todo ello se apoyó con la creación, en 1992, de la moderna Universidad Libre del Medio Ambiente, ubicada en el vecino bosque de Zaninelli. Allí se llega por un recorrido peatonal a través de ese reservorio boscoso que lleva a sus aulas construidas en base a estructuras de madera reciclada.

No hay dudas de que la relevante experiencia de Curitiba, como modelo de desarrollo urbanístico sustentable, es igualmente una demostración de lo que se puede lograr en materia de desarrollo regional, cuando se promueve la descentralización y (mediante el consenso), la activa participación de las comunidades en la realización de proyectos de largo plazo orientados a garantizar la calidad de vida de las mismas.

Inspirados en la experiencia de Curitiba y motivados por la necesidad de enfrentar la crisis actual de vivienda y hábitat, la Gobernación del Estado Táchira está promoviendo el Proyecto Ciudad Polonia. Se trata de un desarrollo de ciudad integral que puede ser ejemplar para enfrentar el caos urbanístico que afecta a las grandes ciudades de Venezuela.

Los promotores de este proyecto, liderados por el gobernador César Pérez Vivas, lo presentan como el más ambicioso proyecto de desarrollo de vivienda de la región andina y uno de los de mayor importancia en el país.

Ciudad Polonia está concebido para facilitar viviendas unifamiliares y multifamiliares y trabajo a más de 20.000 familias tachirenses. En su diseño y ejecución los proyectistas se han apoyado en avanzados estudios de información geográfica que incluyen fotogrametría satelital, un software de modelado de información de estructura (BIM).

La Universidad de Los Andes está igualmente colaborando en los estudios técnicos del proyecto, lo que asegura las bases para el desarrollo ordenado de esta ambiciosa obra urbanística que estará ubicada en la hacienda La Polonia, vecina de San Cristóbal y que fue adquirida en 2009 por la Gobernación de ese Estado.

Al igual que en Curitiba, en el proyecto de Ciudad Polonia se contempla, además de los desarrollos habitacionales en armonía con el ambiente, una serie de obras para asegurar la sustentabilidad y la calidad de vida de las comunidades que allí se asientan, tales como un parque temático y otro metropolitano para la recreación y la cultura. También incluye minigranjas, servicios industriales y de artesanía, un centro de educación, zonas comerciales, una ciudadela deportiva, un complejo ferial, otro de resguardo aduanero y un centro de convenciones.

El proyecto contempla asimismo centros asistenciales, un hotel spa para el aprovechamiento de las aguas termales de la vecina quebrada de La Caliente; un centro de gobierno, una concha acústica, un jardín botánico y un mercado de mayoristas. El centro de la ciudad tiene previsto el desarrollo de una gran alameda peatonal, con un circuito de ciclovías para el uso y disfrute de sus habitantes y un sistema ecológico de transporte colectivo similar al de Curitiba.

Ciudad Polonia está llamada a ser la ciudad integral de Venezuela y, como Curitiba en Brasil, será la primera ciudad con visión ecológica y de desarrollo sustentable del país; y este magno proyecto se combina con el proyecto de Autopista Binacional que comunicará a la ciudad de San Cristóbal con este desarrollo urbanístico y con las ciudades de Rubio, San Antonio y Cúcuta.

Obviamente que el futuro de estas importantes obras está ligado al gran esfuerzo que debemos hacer en el país para fortalecer la descentralización y dotar adecuadamente a las regiones de los recursos necesarios para su desarrollo, con la activa participación de sus comunidades y de la iniciativa privada.

*Esta columna fue publicada originalmente en ElMundo.com.ve.