En la polémica que se ha desatado entorno a la ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia, Mabel Torres, no había querido referirme, dado que observo que buena parte de la discusión ha enfocado sobre los aspectos raciales. En mi opinión, sin embargo, por ahí no es la cosa. En este debate, como en otros sobre un personaje negro, observo con preocupación cómo un gran porcentaje de la etnia negra recurrentemente lo lleva al plano de la victimización racial.
La falta de resultados y de liderazgos de algunos líderes negros no se puede seguir tratando de ocultar bajo el ropaje de la victimización racial. Los liderazgos se deben ganar por los buenos resultados en cualquier desempeño, independientemente de las condiciones étnicas de las personas.
De allí que el debate que afronta la ministra Torres no sea racial, sino esencialmente político, económico, académico y de resultados. A la ministra desde hace rato le están exigiendo resultados en un ministerio que es nuevo y le corresponde estructurar y poner en marcha para consolidarlo.
Todos los colombianos, independientemente a las condiciones étnicas, regionales y de otras índoles, esperamos buenos resultados. Ahora, quiénes escucharon con detenimiento y sin apasionamientos la entrevista en la Wradio se dieron cuenta que la ministra no se preparó y por no prepararse dio papaya y se la partieron. Fue una entrevista más de las que hacen diariamente, en la que si el entrevistado no está bien preparado lo hacen trizas. No es la primera, ni será la última.
No es la primera vez que la ministra Torres sale en los medios y no convence con sus respuestas. Lo que se traduce es que no ha consolidado un buen equipo de trabajo y de asesores. Es claro que está mal asesorada en materia de comunicaciones y de estrategia de medios. Por consiguiente, se le observan protuberantes fallas desde las primeras declaraciones que entrego al El Espectador sobre sus polémicos bebedizos para curar el cáncer.
¿Porque el debate es político? A los ministros los nombra el presidente, basado en cuotas políticas repartidas entre los grupos económicos, los gremios y los partidos políticos que lo ayudan a elegir. La ministra Mabel no llegó al cargo por su condición de científica y de mujer negra. Esa es una de las falacias que se han creído algunos incautos. Pese a que votó con Gustavo Petro, llegó en una carambola política al cargo como cuota del pastranismo, en cabeza de la vicepresidente Martha Lucia Ramírez. Es decir, el pastranismo la camufló con el rótulo de científica y negra para tomar el control de los millonarios recursos de Ciencia y Tecnología.
Aspectos que muchos no han comprendido en este debate y le están dando un tratamiento pasional desde lo racial. De manera que hasta que la propia ministra no se baje de la nube y reconozca que no llegó a ese ministerio por científica, sino en nombre del conservatismo pastranista y que es cuota del partido conservador, va seguir teniendo tropiezos.
Por esas mismas rivalidades políticas por el control de los recursos de esa cartera es que desde el principio el Uribismo pura sangre salió a criticarla y ha tenido tropiezos con otros partidos políticos, como Cambio Radical, porque todos quieren controlar la plata de Ciencia y Tecnología.
De hecho, la ministra desde que llegó al cargo de la mano del pastranismo se enfrentó a los intereses de grupos de poderes que habían controlado los recursos Ciencia y Tecnología desde los grupos de investigaciones de las Universidades de los Andes, Javeriana, Nacional, UdeA, UIS, Valle, Externado, Rosario y desde Centros de Pensamientos como Fedesarrollo entre otros, y que tienen nexos y vasos comunicantes con los grupos económicos que controlan el poder político en el país. Los medios de comunicación no son ajenos a esos nexos y vasos comunicantes con los grupos económicos y los partidos políticos.