Un mundo que ve con estupor e incertidumbre el avance global de una pandemia que nos pone a prueba a todos. Desde entidades internacionales, pasando por gobiernos y llegando hasta los ciudadanos comunes y corrientes. Para muchos, también una oportunidad para reinventarse.
Con el fenómeno pandémico aún en desarrollo, el análisis sobre la importancia de las tecnologías de la información (TI) insertas en este nuevo teatro mundial no se hizo esperar.
La irrupción, al parecer definitiva, de nuevos escenarios como el teletrabajo, la entrada del 5G, la inteligencia artificial (IA) aplicada a la vida de las personas, robots, salud a distancia, educación online, aplicaciones para el relacionamiento entre el estado y los ciudadanos –entre otros–; han hecho que esta crisis se vincule en mayor o menor medida con la industria tecnológica.
La economía mundial también ha debido reinventar caminos para adaptarse al nuevo escenario. Visiones, como la integración de los sectores productivos y –aún más– la colaboración en vez de la competencia entre actores del mercado, han marcado pauta en esta reinvención profunda que el mundo está teniendo como efecto directo de la llegada de la crisis.
Adaptación y nuevo inicio. Esa parece ser la lección y premisa de esta situación catastrófica. Y es en este punto donde las TI revalidan de manera muy potente su importancia dentro del contexto global no sólo de la economía, también de las relaciones humanas y la sostenibilidad de las actividades propias de cada sociedad.
¿Cómo será este mundo postpandemia? Ya tenemos una proyección al respecto, de eso no cabe duda. Hiperconectividad y aplicaciones al servicio de las personas, la conversión de muchas áreas de negocio al ámbito digital, y la transversalidad del uso de las TI han marcado la pauta desde el estallido de la pandemia.
Es, entonces, el escenario más propicio para que la economía mundial siga avanzando en la senda de la integración tecnológica global. Las dudas frente a si esto era posible han quedado atrás en el nuevo escenario. Y esto es tremendamente importante si pensamos en cómo la tecnología y digitalización de las sociedades han colaborado para sobrellevar la crisis de gran forma.
Internet, datos digitales y aplicaciones han validado su importancia más que nunca en el nuevo contexto y su proyección al futuro del funcionamiento del mundo es tan presente como esperanzadora.
Es acá donde todos los actores insertos en la industria TI debemos potenciar nuestras visiones y fortalecer aún más el uso de las tecnologías, como parte fundamental de estrategias basadas en el desarrollo y bienestar de las personas, de los ciudadanos comunes y corrientes que son la base de nuestros sistemas sociales.
El potencial y valor de la información, nuestra capacidad analítica y el uso de herramientas tecnológicas que le den un buen curso a la misma han sido algunos de los puntos altos de la lucha contra el COVID-19. Y no sólo hablamos del ámbito sanitario, ya que el mundo entero ha sido testigo como en diferentes áreas de la vida diaria la presencia tecnológica ha sido actor relevante dentro del actual contexto global.
Estamos siendo testigos de un verdadero ejemplo de cómo será el mundo postpandemia y cómo esta situación ha cambiado para siempre la visión que teníamos sobre muchos ámbitos, especialmente sobre la importancia de las TI en la vida de las personas.
Por algo, en este Día Mundial de las Telecomunicaciones, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), en conjunto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) han realizado un potente y claro llamado: “Desencadenar el potencial de la tecnología de la información para derrotar la COVID-19”.
Sin duda, hoy la red Internet se ha transformado en una de las mejores amigas y en motor de esperanza que está moviendo a nuestra humanidad.