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Gabriel Boric, un buen vecino para Perú
Mié, 16/03/2022 - 10:33

Carlos Escaffi

Perú: cuando los emprendedores se hacen notar
Carlos Escaffi

Fundador de Relaxiona Internacional y profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

No solo una nueva alianza política, sino que una nueva generación llega a Palacio de La Moneda, un gabinete liderado, en su mayoría por millennials, con una sólida y expresiva participación de mujeres, en cargos claves, como el que desempeña la médica, Izkia Siches Pastén, ministra de Interior y Seguridad Pública, así como la responsabilidad entregada a la abogada, Antonia Urrejola, actual ministra de Relaciones Exteriores. De esta manera, la sociedad chilena inicia un nuevo momento, con altas expectativas, ansias de visibilidad y cierre de brechas sociales, encarnadas hoy en Gabriel Boric Font.

De 36 años, egresado de Ciencias Jurídicas y Sociales, exdiputado en dos ocasiones, militante de Convergencia Social y exdirigente estudiantil, asume la Presidencia de la República de Chile con la promesa de acabar con las desigualdades y construir un Estado del bienestar, con acento ecologista, feminista y regionalista, consecuencia de una elección en segunda vuelta que gana con un amplio margen de casi 12 puntos respecto del otro candidato.

El momento Boric debería caracterizarse por la inclusión en la más amplia acepción de su significado, y, por cierto, la visibilidad de las minorías.

Su lenguaje fácil y gestos inadvertidos de cercanía social, como concurrir a la ceremonia de asunción sin corbata, con terno confeccionado por un sastre local y una banda presidencial elaborada de manera comunitaria por 16 costureras chilenas, pertenecientes al Sindicato Revolucionario Textil, muestran a un presidente que busca transmitir cercanía, derribando las formas rancias que, en el Chile de hoy, son lo menos representativas.

La asunción del presidente Boric Font no solo se constituye como un hito de alta contundencia para la relación bilateral Chile -Perú, sino que, además, como una vía expedita de integración para avanzar auspiciosamente hacia una relación 3.0, sin complejos ni cuestiones pendientes.

Dicen que hay que hacer que las cosas pasen, y hoy, ambos países son testigos de ello. Finalmente llegaron vientos a favor, y tanto Chile como Perú tienen por obligación entender que se abre una nueva dimensión en la relación bicentenaria, el capítulo 3.0, ese que debe tener como protagonistas a los pueblos y sus diversas manifestaciones culturales, desde aquellas que logran hacer comulgar a ambas sociedades, pasando por reconocer las expresiones filosóficas del ande peruano y la cordillera chilena, hasta los propios fenómenos sociales consecuencia de una transculturación mucho más arraigada y cada vez más orgullosa, que es, además, donde se deben poner los acentos y esfuerzos concretos de trabajo.

Por tanto, no debe pasar desapercibida la postura en materias de política exterior del nuevo Gobierno, particularmente: en perspectiva global, fortalecer bloques regionales como la Alianza del Pacífico, enfatizar los esfuerzos en una agenda latinoamericanista que tenga como fin enfrentar de manera colectiva las migraciones, la crisis climática, el crimen organizado y narcotráfico, la crisis político-humanitaria venezolana -que afecta a ambas naciones- y la cooperación sanitaria en el contexto de la pandemia global.

En cuanto a la agenda bilateral, como ya hemos dicho, deberá incorporar el capítulo 3.0 de la relación, es decir, tendrá que abordar tópicos de una agenda a futuro que incluya sustentabilidad; integración y cooperación regional bajo criterios de reciprocidad y solidaridad, para propender a una buena convivencia; sólida perspectiva de género; política exterior feminista; política exterior turquesa (transversalizar las agendas de lucha y mitigación contra la crisis climática y ecológica global), las agendas de protección y administración del océano; y atender la modernización de instrumentos comerciales.

La presencia del mundo andino en la política exterior del presidente Boric no pasará inadvertida, a través de acciones concretas que tengan como foco generar un solo accionar en materias de diversidad e identidades múltiples binacionales.

Así las cosas, serán evidentes las coincidencias de los pueblos de Chile y Perú, en cuanto a lo que significará buscar la convivencia entre economía y un Estado de bienestar, hoy, más que necesario, visibilizando y colocando a los chilenos y peruanos al centro.

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