Opino que la nueva anormalidad es llegar a acostumbrarse a demandar bonos al Estado y a la ausencia de la promoción rápida, eficaz y decidida de la puesta en marcha de todos los motores de producción y de provisión de servicios. Es anormal pensar que se puede vivir sin tener que trabajar y producir, y no es coherente fantasear con subsistir a la actual pandemia, subsidiado “hasta que llegue la vacuna”. Ninguna economía del mundo podría basar su funcionamiento en el asistencialismo perenne y en debilitar tanto al consumo que prácticamente lo mueve todo. Así, recomiendo acciones concretas basadas en a) procesos (organización y leyes), b) personas y c) sistemas (y transformación digital):
- Foco prioritario en reforzar la provisión de salud contra el COVID-19, “con obstinación”. No nos distraigamos con paliativos y medidas superficiales que, dentro del esquema “causa-efecto” acerca de: 1. Cómo prolifera el contagio y 2. Qué consecuencias sociales trae consigo ese contagio, sí, ataquen al efecto y no a la causa. Centremos nuestras fuerzas a invocar, de una vez, a una alianza público-privada que se focalice en dotar urgentemente de salud (la causa) para que la economía pueda funcionar (el efecto, y a la vez retroalimentación positiva a la causa), haciendo:
- Que el Estado publique la lista de todas las dependencias de salud con urgencia de instalar: i) camas UCI y hospitalarias, ii) oxígeno medicinal, iii) ventiladores mecánicos y demás equipos, y que pida expresamente, acepte y por mucho, donaciones de los privados. Encargar la importación inmediata de equipos de oxígeno a la empresa privada, más rápida, y otorgarle deducibilidad del 100% de la depreciación súbita del costo donado, para la tributación del Impuesto a la Renta.
- Que se destrabe dotar de salud: i) la importación de equipos médicos sin canal rojo en aduanas, ii) la exoneración del IGV a la provisión de los servicios de salud de COVID-19, iii) Ampliar las “Obras por Impuestos (OxI)”, con “OxI, x Servicios y x Equipos contra el COVID-19”.
- Una Ley urgente de seguridad y cobertura universal del riesgo civil y penal para el funcionario público en las compras de bienes y servicios, salvo daño, dolo o fraude, para que se dedique a aprobar toda inversión y gasto público con confianza y urgencia sumaria.
- Que el Estado confíe el comprar y proveer –a través de privados y usando su cadena de distribución– un pack básico de medicamentos para los síntomas del COVID-19 en casa, y distribuirlo en los cerca de 10 millones de hogares del Perú, así como víveres y agua.
- Que privados y el sector público recojamos donaciones de equipos indicados en 1.a., de otros países del mundo.
- Que se promueva el inmediato estudio y promoción de los profesionales que necesitemos para operar la Salud contra el COVID-19: médicos, internistas, técnicos, enfermeros/ras, y prever más neumólogos.
- Crear Comités Estado-Privados para todo. Prohibido prohibir y una tregua temporal en las fiscalizaciones que distraigan recursos del foco en producir y proveer servicios. Menos protocolos, menos tramitomanía y más confianza en dejar activar los negocios.
- Crear el “Comité Nacional de Anticipación e Innovación de Mejores Ideas de carácter Público + Privado para afrontar el COVID-19”, de tipo “toma todo lo bueno y que sirva a nivel local, regional y mundial, mejóralo y articúlalo”.
- Que todo lo contracíclico al COVID-19 sea nuestra “nueva normalidad”: mejores y más robustas leyes de promoción de la inversión.
- Instaurar la Jornada Solidaria Estatal de Trabajo: de 7am a 7pm., de lunes a sábado.
- Aplicar el concepto de deducción tributaria del 175% del costo en I+D+i de Innóvate Perú, sin topes, al financiamiento y donación de equipo médico para el COVID-19.
- Reactivar las obras públicas.
- Digitalizar el Estado en todos sus estamentos.
- Activar PMOs en todos los frentes de trabajo públicos y público-privados.
- Asegurar la provisión de vacunas para todos los peruanos, sin demora cuando esté y a un costo muy accesible y gratuito para los menos favorecidos.
La desidia y el que “nos acostumbremos” al frío número de fallecidos por COVID-19, así como a la quiebra diaria de miles de negocios, es otra forma de morir. ¿Deseamos que esa sea nuestra nueva anormalidad? ¡No!; entonces pasemos de preocupados a ocupados.