Los gobiernos están luchando contra la recesión inducida por la pandemia con niveles de apoyo fiscal sin precedentes. Se han anunciado más de US$ 19 billones de fondos globalmente y Accenture calcula que se necesitarán entre US$ 7 y US$ 9 billones de apoyo fiscal adicional en 2021 para cubrir los déficits de demanda agregada y devolver el crecimiento del PIB mundial a su nivel prepandémico. Tenemos una oportunidad única para que los líderes empresariales aprovechen el apoyo fiscal para reconstruir sus negocios, acelerar la transformación digital y construir una sociedad mejor.
Esta crisis ha visto cómo el apoyo fiscal ha llegado en tres formas: alivio, estímulo e inversión para la recuperación. Hasta la fecha, solo el 16% del apoyo anunciado se ha destinado a la inversión para la recuperación. La mayor parte del apoyo fiscal se ha dirigido a la fase de estímulo, ya que muchos gobiernos han introducido restricciones para suprimir el virus. Para muchos países, el desbloqueo de la inversión para la recuperación depende del éxito del despliegue de las vacunas, la recuperación de las economías y de la confianza de los consumidores. Sin embargo, el momento de avanzar en este aspecto es ahora, ya que la inversión para la recuperación permitirá reactivar la economía.
La forma en que la historia juzga las crisis mundiales suele estar en la capacidad de los gobiernos y las empresas para transformar las economías a largo plazo. La Gran Depresión de 1930 condujo al New Deal en Estados Unidos, introduciendo la seguridad social, la negociación colectiva de los sindicatos, la vivienda pública y los planes de seguro de depósitos bancarios. Además, dio lugar a la incorporación de la mujer al trabajo. A menudo, los avances tecnológicos más innovadores han surgido como resultado de graves crisis. La Segunda Guerra Mundial impulsó la invención de los Colossus, para ayudar a la inteligencia militar y dio lugar a la creación de las Naciones Unidas. La inversión para la recuperación presenta una oportunidad de impulsar no sólo el crecimiento económico, sino también una recuperación sostenible que beneficie a todos.
La evidencia sugiere que un paquete de recuperación exitoso retornará de dos a tres veces el costo inicial, ya que el gasto de los hogares y las empresas impulsa la reinversión. Algunos impactos que podría haber si es que se invierte ahora en recuperación son, por ejemplo, en medio ambiente. Incentivos fiscales para edificios energéticamente eficientes y en energías renovables pueden reducir más de 160 gigatoneladas de CO₂. En tecnología y conectividad, las inversiones en infraestructuras de conectividad como el 5G, la nube y data pueden aumentar la productividad de hogares no conectados, al tiempo que impulsan el PIB en US$ 8,1 millones por cada millón de dólares invertido. En tercer lugar, con el apoyo a las pequeñas empresas y a los hogares, por cada US$ 1 millón de apoyo a la liquidez de las organizaciones, el PIB puede aumentar en US$ 10,9 millones.
Hay una oportunidad de US$ 9 billones para construir un nuevo mundo. El momento de avanzar es ahora.
