Estos días se ha escuchado mucho sobre el impacto del COVID-19 en la hotelería y sobre todos esos hoteles que han cerrado y yo no estoy de acuerdo con eso.
Hoy día, la mayoría de los hoteles no están cerrados, porque simplemente no se puede cerrar. Sí, suena irónico, pero por el tipo de infraestructura que tienen no es posible cerrarlos al 100%. Lo que hay que hacer es minimizar la estructura y seguir dando seguridad, mantención, limpieza y en algún caso, ojalá hacer mejoras.
Las gerencias de los hoteles se han visto en la necesidad de trabajar más que nunca y han debido tomar medidas para enfrentar una baja a cero en sus ingresos de una semana para otra. En Chile, hoteles que ya venían lamentablemente impactados desde octubre del año pasado, donde algunos de ellos incluso fueron vandalizados por delincuentes que se escudaron en las demandas sociales, para hacer un serio daño en la economía del turismo y en la fuente laboral de miles de colaboradores, vieron interrumpidos sus trabajos.
Esta misma situación afecta a los parques de diversiones y cines, quienes al igual que los hoteles se vieron en la necesidad de disminuir su operación al mínimo durante el periodo que estén sin demanda y sin ingresos, pero que tampoco pueden cerrar en un 100% sus operaciones.
Miles de empresas ligadas al turismo y la entretención han debido utilizar los beneficios de la Ley de Protección al Empleo y postular a los créditos blandos liberados por el Estado chileno para mantenerse a flote durante estos meses. Sin estas ayudas, estaríamos viendo muchas más quiebras y cierres definitivos.
Pero estas ayudas también tiene una duración de corto plazo y en menos de seis meses más, estas mismas empresas deberán comenzar a operar con normalidad o van a enfrentar nuevamente un escenario más complejo aún, generado por el aumento de los costos fijos producto del retorno de los trabajadores en suspensión laboral y los pagos de impuestos y contribuciones postergadas.
Aún en este escenario, vemos optimistas el futuro y hoy estamos en una etapa de rediseño de los servicios y la operación de estos negocios, entendiendo esta nueva realidad post COVID-19 e implementando nuevos protocolos y sistemas que se adapten a las necesidades del mercado. Lo que nos toca ahora es trabajar para entender cómo será el nuevo servicio que deberán entregar estas empresas cuando vuelvan a poder operar. Cómo aplicar los cambios necesarios y entender la nueva normalidad que llegue cuando los huéspedes vuelvan a sus hoteles, cuando los clientes vuelvan a los parques de diversión y a los cines, ofrecer seguridad, sanidad, tranquilidad, confort y una propuesta de valor real a los clientes.
Países como China, España e Italia nos están mostrando cómo estos servicios y comercios vuelven a tener actividad una vez liberadas o flexibilizadas las reglas de seguridad sanitaria que existen hoy en día en Chile y estamos muy atentos a los resultados de estos primeros experimentos por volver a abrir estos comercios.
En ese sentido, la ubicación geográfica, los programas de fidelización y sobre todo los canales digitales serán de gran ayuda.
El nuevo cliente será un cliente más digital, por lo que portales de e-commerce y servicios de pagos en línea, sistemas de auto atención y sistemas de acceso contactless automatizados serán parte de las mejoras y cambios que comenzaremos a ver en este renacer de la industria del turismo y la entretención.
Muchos hoteles y empresas del entretenimiento están revisando sus estructuras de recursos humanos y las definiciones de cargos, sus líneas de negocios tradicionales junto con su modelo de negocios y precios, rediseñando procedimientos operativos y definiendo el nuevo formato de atención en sus habitaciones, restaurantes o salones para estar listos para volver. Todos los que estamos ligados a hoteles sabemos que el servicio que debemos entregar ya no será igual y si no somos capaces de adaptamos al nuevo escenario y ofrecer un servicio de valor a nuestros clientes, ahí sí debemos cerrar por fuera y ver a qué nos dedicamos.
Mientras tanto, hay que seguir trabajando, cuidándose entre todos, quedarse en casa y quienes trabajamos en el rubro hotelero, les estaremos esperando, porque no podemos bajar la cortina y debemos gestionar el problema.