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Token Revolution: Las finanzas tradicionales y las descentralizadas convergen
Mar, 18/05/2021 - 17:39

María Pía Aqueveque

La batalla geopolítica de las stablecoins
María Pía Aqueveque

Directora de empresas y experta en activos digitales, CEO y fundadora de Maqueveq & Co.

Un reciente artículo de The Economist alerta acerca de las consecuencias de las emergentes govcoins, monedas digitales que son stable coins colateralizadas en moneda fiat o fiduciaria, es decir, respaldas por los estados. El semanario británico informa que ya hay más de 50 países que estarían ensayando fórmulas de ese tipo, entre ellos Estados Unidos y China. Y la alarma de The Economist es porque, además de permitir realizar pagos instantáneos a los ciudadanos, estas govcoins podrían afectar la financiación de los bancos minoristas. Agrega el peligro de que esto derive finalmente en que los burócratas de gobierno influyan en la asignación del crédito. Así, alerta, no serían las bigtechs quienes tendrían la hegemonía de los datos, sino el Banco Central y los gobiernos de turno.

Lo curioso de este temor de The Economist, es que los bancos privados están avanzando mucho más rápido que los estados, a través de la generación de alianzas con el mundo de las finanzas descentralizadas (conocidas como Decentralised Finance o DeFi). Por ejemplo, la semana pasada Diem, el proyecto de moneda estable colateralizada con el dólar y liderada por FaceBook, anunció que focalizará sus operaciones en Estados Unidos a través de una alianza con Silvergate Bank. Así, la Red de Pagos Diem se registrará como empresa de servicios monetarios en la Red de Control de Delitos Financieros (FinCen por su acrónimo en inglés), mientras que Silvergate también gestionará la reserva que respalda el token. Y no sería de extrañarse si en un corto plazo vemos exchanges de gran tamaño, como Binance o Coinbase, realizar alianzas o derechamente comprar bancos para llegar a los usuarios finales.

Pero esta Token Revolution también ha ofrecido oportunidades a bancos establecidos, que se han adelantado a los banco centrales. Hoy los  15 bancos de mayor tamaño del mundo (entre ellos Banco Santander, BNY Mellon, Barclays, Credit Suisse, ING y UBS) están listos para operaciones interbancarias, antes de que las govcoins estén desplegadas. Están trabajando desde 2019 a través del consorcio Finality, para la realización de transacciones multidivisas, con la tokenización de las monedas de los bancos centrales; pero en lugar de realizarlo el Banco Central, lo hace un consorcio de bancos privados. Lo que se está haciendo, es un “Synthetic Central Bank Digital Currency”, es decir, las operaciones interbancarias se realizan a través de un utility settlement coin que representa la tokenización de dinero (activo real) resguardado por un Banco Central. Esto le permitirá a la banca mayorista realizar la liquidación de valores, comercio internacional, gestión de colaterales y pagos transfronterizos, operando en forma instantánea 24/7, con todos los beneficios de una stable coin resguardada en moneda fiat, una vez que tengan la licencia de los bancos centrales de Japón, Reino Unido, Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá, pues iniciarán con las cinco monedas que estos bancos centrales emiten.

Los avances de la banca en esta línea son tales, que ya el año pasado se realizaron pruebas de dinero digital tokenizado respaldado por fondos en el Banco Central o CBDC (Central Bank Digital Currency). Un ejemplo es el realizado por la utility de servicios de pago Iberpay, en España, junto con los bancos de ese país. Iberpay se especializa en el intercambio, compensación y liquidación de operaciones entre entidades financieras. El proyecto Smart Money, una red privada liderada por Iberpay, permitió crear smart contracts sencillos para permitir pagos instantáneos que se lanzaban dentro de esos smart contracts. Esto permite crear productos como  garantías financieras, avales que se ejecutan automáticamente, pequeños créditos interbancarios, entre otros. Y cuya liquidación o settlement se realiza a través de un token dentro de la red del estilo de las Synthetic CBDC o moneda digital de banco central sintética, lo que permite liquidación instantánea e intercambio de valor automático 24/7. Con el mismo modelo de Finality, Iberpay permite operar dentro de la red y con respaldo del activo real del Banco Central. Este proyecto está focalizado a pagos entre particulares. Iberpay, con las pruebas de conceptos que está realizando, espera poder ser el intermediario con el Banco Central Europeo en la entrega de los tokens a los distintos bancos centrales de los países de la Unión Europea, así como regular la red.

La amenaza que sí ven los bancos es que las bigtechs no deban enfrentar ciertas regulaciones, en particular las que tienen que ver con el manejo, consentimiento y uso de los datos. Es consenso el gran poder de los algoritmos, y los datos que las bigtechs acumulan les permiten estimar conductas de buenos pagadores, lo que hace más interesante el ofrecer préstamos.

A los bancos centrales, en cambio, les faltan al menos cinco años para que las principales divisas cuenten con su govcoins y sean una real amenaza para la banca. El desafío hoy se encuentra en las finanzas descentralizadas o DeFi. Así, protocolos como Credefi están introduciendo un puente entre el cripto-crédito y el crédito tradicional. Este tipo de plataformas permite a los participantes invertir en carteras de créditos individuales, realizando la financiación comercial, directamente, a través de sus carteras personales. Credefi permite, además, que este modelo de lending peer-to-peer (préstamos entre pares) se extienda a préstamos pasivos y otros  servicios financieros. Y todo respaldado por una institución financiera regulada en la Unión Europea, con protección legal, tanto para los prestamistas como para los prestatarios.

Esta vertiginosa convergencia del mundo financiero tradicional y el de las finanzas descentralizadas, así como el impulso de la tokenización de activos, está acelerando nuevos modelos de negocio en el sector financiero. Es además una oportunidad para transitar de un sistema financiero complejo, ineficiente y centralizado, a un modelo descentralizado, eficiente y transparente. Donde los desafíos serán aún los mismos que los de la era de internet: identidades digitales soberanas criptográficas que aseguren la seguridad y privacidad de los datos de los usuarios.