Samuel Sztern, director de la Escuela Nacional de Bellas Artes dice que el número de inscritos ha ido creciendo en los último 10 años.
Alumno con solo 16 años en 1969, Samuel Sztern inició su aventura en la Escuela Nacional de Bellas Artes, que hoy lo tiene como cabeza visible. Docente desde 1971 –actualmente dicta clases en la materia Taller de los fenómenos de la percepción y el lenguaje– y titular de la licenciatura desde 2007, cuenta a El Observador cómo es la realidad de una carrera con particularidades, entre ellas, que no califica con notas a los alumnos y no hace rendir exámenes.
-¿Qué objetivos tiene y persigue Bellas Artes?
A la escuela le interesa cumplir con el cometido –entre varios– de que las personas se encuentren con sus propias capacidades. Pero eso no se puede hacer en la parte artística, sino que se puede hacer en cualquier cosa. Aunque al final no se puede hacer en cualquier cosa porque también se necesita de una formación técnica. Eso arranca en la escuela desde hace años, por la inquietud de que el conocimiento técnico no sea un limitante de la creatividad de la persona.
-¿Tiene preocupaciones la institución?
Sí. Entre ellas está la preocupación de que si querés decir algo, primero tenés que saber y tener una idea clara de lo que vas a decir. Además, junto a eso implica una introspección y junto con eso conocer nuestra cultura. Que la persona sepa de dónde viene, hacia adónde va y qué tiene alrededor de él desde el punto de visto histórico-cultural. Cuando tenés ese conocimiento del afuera y del adentro es que podés tener una idea de carácter universal.
-¿Qué papel juegan en esta escuela los estudiantes?
El motor del curso son los estudiantes, y si ellos no aportan el curso no va a funcionar. Y lo llevamos a la práctica en los hechos. Si los estudiantes se callan, los docentes nos callamos. Nos importa mucho la motivación del estudiante. A través de los trabajos que ellos hacen logramos tener un diálogo fluido y permanente.
-¿Cómo son las evaluaciones?
No damos notas. Ni hay que rendir exámenes. Se hace una evaluación referida a cada uno y no comparativa con los demás. Les marcamos los déficits que tienen y en los puntos que tiene que profundizar más. Si un estudiante tiene trabajos durante siete días, el docente evalúa día a día el proceso y evolución de lo trabajado. La devolución personal es con el curso más avanzado. Al principio lo que hacemos son devoluciones generales donde tomamos ejemplos de lo que hicieron, y a partir de ahí analizamos un tema.
-¿Cuál es el rol del docente?
Los docentes, dentro de los que me incluyo, estamos permanentemente estudiando contenidos, y también buscando recursos metodológicos para contemplar la situación del estudiante de cada año. Además, entre otras cosas, la obligación de innovar permanentemente.
-¿Qué carreras se desarrollan en todo el país?
En Montevideo se ofrecen las licenciaturas de artes plásticas y visuales, fotografía, cerámica, dibujo y pintura, diseño gráfico y escultura. Todas de seis años. Tres años básicos y luego la orientación –especialización–. En el interior está la licenciatura en Piriápolis –Lenguaje de áreas audiovisuales (4 años)–, con las opciones de cinematografía y juegos (audiovisuales interactivos).
En Paysandú desde 2009 funciona una tecnicatura de Tecnología de la imagen fotográfica (3 años). Va orientada a la fotografía. Y en Rocha desde 2013 presentamos la tecnicatura de Artes plásticas.
-¿Cuántos estudiantes tienen actualmente?
El número viene creciendo en los últimos 10 años. En el país tenemos unos 2.200, de los cuales 2.000 son de Montevideo. En la capital hay un solo turno y las clases son de 18.00 a 22.30 horas. Pero deben si cumplir con un 85% de asistencia a clase. Para aprobar eso es obligatorio.
-¿Cuál es el promedio de edad y la composición por sexo de los alumnos asisten a la licenciatura?
En los últimos años, el 70% son mujeres y el 30% hombres. Y el promedio de edad es de 27 años.
-¿Cómo es la situación presupuestal de la carrera?
Bellas Artes es parte de la Universidad de la República. Ahora la Universidad está diseñando el presupuesto quinquenal. Según la partida, hoy esperamos ver qué líneas de desarrollo queremos concretar. Hay que tener un criterio, y en función de eso luego se verá. Tenemos un déficit importante en docentes y en partidas para poder designar más docentes.
-¿Qué le queda al alumno que concurrió a Bellas Artes?
Hemos realizado un relevamiento y mucha gente responde que de alguna manera le cambió positivamente la percepción de las cosas que hace o que puede hacer, e incluso para analizar de otra forma la realidad. Hay gente que va a Bellas Artes por aquello de abrir la cabeza. A eso lo llamamos desarrollar la percepción.