Davis es parte de Consorcio Unicode, una organización creada por él mismo, donde actualmente es presidente, y que decide qué íconos llegarán a los dispositivos de usuarios en todas partes del mundo.
Todas las figuras que mandas en tus mensajes, incluyes junto a tus fotos o en tus publicaciones en las redes sociales son responsabilidad de una sola persona: Mark Davis.
Este hombre de 63 años es el encargado de aprobar los populares emojis dentro del Consorcio Unicode, una organización creada por él mismo, donde actualmente es presidente, y que decide qué íconos llegarán a los teléfonos de usuarios en todas partes del mundo.
Actualmente la organización cuenta mayoritariamente con voluntarios de diferentes firmas de tecnologías (el mismo Davis trabaja también en Google), encargados de votar qué emojis deben llegar a nuestros teléfonos año a año. No obstante su trabajo no termina allí, ni comenzó con estos símbolos a pesar de ser la causa de su reciente fama.
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En sí, el proyecto de Consorcio Unicode comenzó incluso antes de que surgiera la web a fines los 80’s. "El problema que vimos era que las computadoras habían crecido aisladas. Diferentes fabricantes en distintos países habían desarrollado diferentes maneras de codificar los caracteres. Cada vez que escribes un caracter en tu computador o tu teléfono, va como un número, y ese número representa ese caracter. Es vital que todos usen los mismos números porque si alguien no lo hace, el texto se descompone", indicó Davis durante una reciente entrevista con la revista Time.
Específicamente, Unicode nació a raíz de un esfuerzo conjunto entre Xerox y Apple (donde trabajaba Davis en este minuto) por crear una única codificación que usara el mismo caracter sin importar el lugar. Es decir, que permitiera a los computadores de todo el mundo y de todas las marcas transformar códigos numéricos en letras y símbolos que todos entendiéramos. Así, hoy en día, todo sistema operativo moderno -que mueve diferentes equipos de notebook, smartphones, a la web entera- se basa en Unicode.
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Por otro lado está la historia de los mismos emojis. Estas figuras nacieron en Japón durante los últimos años de la década de los 90. Sin embargo, no fue hasta 2008 y debido a la necesidad de algunas compañías de trabajar con vendedores de este país que entraron en la mira de Unicode. Las firmas japonesas usaban estas figuras que no tenían número estandarizados y que debieron ser incluidos y aprobados por la organización recién dos años más tarde. Así, sin pensarlo, llegaron rápidamente también a los sistemas Android e iOS de Apple, y así a las manos de millones y millones de usuarios en todas partes del planeta.
En este corto tiempo desde su lanzamiento, los emojis se han hecho tan famosos y populares que incluso uno de éstos fue elegido en 2015 como la “palabra del año” por el diccionario Oxford. Además, han sido centro de debate en cuanto a la inclusión de nuevas imágenes que representen las diversas razas de los usuarios de todo el mundo.
“Cuando diseñamos originalmente los emojis nuestra meta era que fueran lo más neutrales posibles (...) Hemos tenido problemas en cómo tratar el tema de la diversidad, más que nada porque no queríamos aumentar tremendamente la cantidad de estas figuras”, explica sobre esta discusión el presidente de Unicode, señalando además que ya se encuentran trabajando en nuevas figuras, con diversidad de género e incluso, versiones neutras.
*Crédito foto: Unicode
Si bien Davis dirige esta organización, el proceso antes de que él llegue a aprobar o no uno de estos símbolos es bastante largo. Primero se reciben propuestas escritas, extensas (de miles de palabras) y formales que defienden los nuevos emojis que quieren llegar a los smartphones. Luego de revisar cada una de ellas, se llevan a cabo varias rondas de votos de comités, que incluyen algunas veces a representantes de empresas tecnológicas, aplicaciones o gobiernos (como es el caso de Omán, India y Bangladesh). Entonces se comienza a hacer una lista de figuras aceptadas, de acuerdo a su importancia.
Pero, ¿qué requisito debe cumplir un emoji para ser aceptado? No sólo tiene que entenderse fácilmente y representarse en una imagen, asegura Davis. "Hay varios factores que entran en juego para este proceso", dijo a Time el también presidente de Unicode. "Probablemente el más importante es si la persona que lo propone puede explicar bien por qué será este un emoji muy popular", agrega.
No obstante, esta propuesta puede ser presentada prácticamente por cualquier persona. “Nosotros solamente pedimos rellenar un formulario con cierta información de la figura. Pero tiene que ser un esfuerzo serio. No es solamente: ‘oh, creo que sería interesante tener un emoji de una ardilla ebria’. Necesitas explicar por qué sería una figura popular y por qué le va a importar a la gente. No puedes decir solamente: ‘bueno, creo que sería exitoso porque todos mis amigos lo creen’”, explica Davis.
¿Te atreverías a crear tu propio emoji?