A través de las plataformas digitales y robots asociados se margina en gran parte el componente emocional del inversor, lo que no deja de ser importante dado que en la historia sobran los ejemplos de quienes, abrumados por la codicia y las posibilidades de dinero fácil, han quedado en la ruina.
Santiago. Hasta hace unos años saber lo que era el Forex en Latinoamérica significaba un enigma cuyos secretos eran develados sólo a quienes se movían en el ámbito de las grandes inversiones. Sin embargo, el paso del tiempo, junto a buenas estrategias de posicionamiento y la confiabilidad que hoy ofrecen los sistemas informáticos, han abierto este mercado a personas que, sin estar tradicionalmente vinculadas a lo financiero pero que disponen de algunos recursos, deciden aventurarse en el mundo de la transacción de monedas, índices y commodities.
La pregunta lógica es por qué se ha dado este fenómeno y la respuesta es más simple de lo que aparenta. De partida, la definición: Forex o FX son los acrónimos de Foreign Exchange (intercambio de monedas), y es un mercado global y descentralizado en el que se negocian paridades de divisas online, a través de plataformas electrónicas que, siendo sofisticadas en su creación y fondo tecnológico, son fáciles de manejar por los usuarios.
Un ejemplo. Un pequeño empresario, propietario de un taxi, ha logrado ahorrar US$500. Con ese monto se acerca a un bróker (corredor o agente que actúa como intermediario entre un comprador y un vendedor, usualmente cobrando una comisión), el que le suministra capacitación e información además del acceso a una plataforma. Con dicha herramienta, que a su vez cuenta con robots automatizados que le permiten aplicar y diseñar estrategias, el individuo puede comenzar a invertir y generar ingresos extra.
El del taxista es un caso para graficar la sencillez del sistema, aunque lo cierto es que en el Forex invierten desde broker de muy menor tamaño hasta otros que transan grandes fortunas. De hecho, el Forex tiene un elevadísimo volumen de operaciones que a diario se ubican en torno a los US$4 billones en todo el orbe. Así, los expertos coinciden en apuntar que es el mercado con mayor proyección de crecimiento.
Con todo, Andrés Araneda, propietario de Financial Software Technologies (FST), empresa que provee de robots en diversos países, explica lo que es el Forex. “Hace muy poco tiempo todo el mundo estaba acostumbrado a tradear (comprar y vender activos) directamente con los bancos a través de forward (contratos a futuro). Ahora, en cambio, es factible negociar monedas spot (dinero físico y con contratos de muy corto plazo) a través de plataformas electrónicas que ofrecen los broker internacionales”, dice el especialista.
Pero esa no es la única gracia. Porque a través de las plataformas digitales y robots asociados se margina en gran parte el componente emocional del inversor, lo que no deja de ser importante dado que en la historia sobran los ejemplos de quienes, abrumados por la codicia y las posibilidades de dinero fácil, han quedado en la ruina.
La tecnología. Christian Trujillo, gerente General de Forex Capital Markets (FXCM Chile), describe que la tecnología ocupada en este ámbito “es la de cualquier algoritmo que está tomando parámetros y decisiones. Hoy existen plataformas que son capaces de leer ciertos factores, como son los precios de activos como el petróleo, el oro o del euro contra el dólar. Estos datos, junto a información de niveles que son difíciles de traspasar y velocidades de cambio en la trayectoria, son parámetros y variaciones que el sistema toma, procesa y, bajo ciertas condiciones, genera una orden”.
Con lo anterior, se refiere a que la plataforma y los robots que le dan soporte pueden, automáticamente, decidir la compra o venta de posiciones de divisas, de acuerdo, obviamente, a la táctica diseñada por el propietario de la cuenta. “Herramientas como estas pueden ejecutar esas órdenes: abrir posiciones, cerrarlas, ponerles límites y manejar el riesgo, dependiendo del dinero que tenga el cliente”, agrega el profesional.
De todas formas, Trujillo expone que estas tecnologías no sustituyen al razonamiento humano, en el sentido de que nadie puede esperar que, sin conocer o tener una idea básica de la economía global, podrá ser exitoso consistentemente.
“Podrá serlo, sí, aunque en sus tiempos. Voy a que, apenas se modifiquen los supuestos sobre los cuales fue hecho un robot, la persona tendrá un inconveniente”, dice, aludiendo a que el usuario debe estar informado y atento a la trayectoria de sus activos, para rediseñar e introducir modificaciones en sus estrategias automatizadas.
Es más, Trujillo es enfático al declarar que “no hay ningún robot que asegure ganancias; luego, si hay quienes ofrecen eso, hay un problema”. Según el experto, “la gente que es más exitosa en esto son los que tienen una opinión del mercado y que buscan un sistema que se adecue a ella, o bien encuentran a alguien que lo programe y lo automatice para que el monitor esté las 24 horas del día, los siete días de la semana, buscando patrones que se parecen a lo que está esperando” para ejecutar una decisión de inversión.
Desde una perspectiva aún más técnica, Barak Aharon, agente de Tradency, compañía estadounidense de estrategias de trading -que pueden ser usadas manual y automatizadamente-, relata que, en general, hay dos clasificaciones de tecnologías en este plano. “Uno es el llamado ‘Programa de Trading’ (referido a los robots o Expert Advisors) y el otro es el ‘Mirror Trading’. Ambos pueden verse idénticos, pero la diferencia es enorme. La primera categoría son una serie de algoritmos que toman señales de compra y venta en las cuentas de los traders, basados sobre una programación”.
En tanto, explica que el segundo usa una tecnología que da señales desde un trader a otro y es autoejecutada. “Algunas estrategias son manuales y otras, automáticas. Sin embargo, todas son conducidas y controladas por humanos. Esto significa que incluso aquellas que están basadas en algoritmos son constantemente actualizadas de acuerdo a la evolución del mercado”, indica.
Aharon añade que “el ‘Mirror Trader’ guía al usuario para identificar y separar las estrategias más apropiadas desde las cientos que hay disponibles. El proceso de filtro ha sido diseñado de tal manera que sea elemental para la persona y con un alto grado de efectividad. Aplicar la táctica escogida es un simple proceso de doble clic”, que se da en un escenario en que el cliente recibe una gráfica de sus posiciones en tiempo real, combinado con un análisis estadístico del desempeño del par de monedas que está negociando.
En cuanto a los costos, manifiesta que las personas no tienen que pagar por adquirir una estrategia. No obstante, sí hay un cargo de comisión para el bróker que ofrece la plataforma.
Ventajas. Aunque a la transacción de divisas, manual u online, le es inherente el riesgo, en el instrumento digital es posible disminuir este factor. Esa es una de sus ventajas, que se da gracias a diversas herramientas como los llamados fotómetros, que alertan al usuario ante un alto nivel de apalancamiento o deuda.
Aharon, en esta línea, consigna que otros beneficios para los clientes finales son las múltiples opciones de potenciales estrategias, las que pueden ser alineadas con sus preferencias y apetito por riesgo. Además, está el acceso a parámetros e información estadística y el hecho de que las operaciones, al estar automatizadas, son continuas, independiente de si el individuo está cerca de su computador o no.
Con todo, otra de las ventajas que los expertos coinciden en destacar es que las emociones quedan fuera de la ecuación.
El especialista detalla que “uno de los obstáculos principales del trading manual son las emociones humanas. Frecuentemente, los traders pierden oportunidades simplemente porque dudan bastante. Por ejemplo, pueden ver que sus ganancias comienzan a desaparecer porque mantienen sus posiciones por mucho tiempo, esperando por más ganancias (...) No hay duda que las emociones pueden ser el peor enemigo”.
Para Araneda lo más importante es que “uno puede poner los niveles de toma de utilidades y de stop loss”. Con esto se refiere a que el usuario determina previamente y conforme a su estrategia, el precio -por ejemplo, del dólar frente a otra moneda- para sacar sus ganancias o bien vender sus posiciones cuando la cotización perfora el límite inferior fijado. Así, se resguardan parte de los dividendos obtenidos hasta el momento o se limitan las pérdidas.
Otra de las ventajas, dice, es la factibilidad de tener cuentas con lotes más pequeños que aquellos aceptados por los bancos, lo que abre la posibilidad de inversión a gente con menos recursos. Sin embargo, plantea Araneda, el gran riesgo está en el leverage o apalancamiento.
Ya está dicho, el apalancamiento es comprar activos con deuda, lo que potencia el riesgo propio de las posiciones. “En un banco se puede apalancar 20 veces, mientras que las plataformas permiten hacerlo en 100 o 200 veces, incluso en 400 en algunos países. Entonces, si no se es muy metódico con la toma de utilidades y el stop loss, es muy fácil perder mucho dinero en minutos”, manifiesta.