Un informe de Cisco, por ejemplo, estima que para 2015 habrá 24 mil millones de equipos conectados, es decir 3,47 dispositivos por persona y para 2022 serían 6,58 p/p y un total de 50 mil millones de dispositivos conectados.
Internet de las cosas (IdC) es la evolución de Internet. Se trata de la próxima generación de aplicaciones de Internet que debe codificar a miles de millones de objetos y seguir su movimiento. Significa un vuelco en la comunicación de humano a humano que hasta ahora ha predominado en el uso de Internet, para dar paso a la comunicación de máquina a máquina (M2M). Marca el punto en que se conectan a Internet más cosas y objetos que personas, hito que fue superado en 2010 cuando el número de dispositivos conectados llegó a 1,84 por persona (tomando por referencia el número de habitantes del planeta).
El origen del concepto IdC se remonta a 1999, está ligado a las investigaciones por radiofrecuencia en red (Rfdi) y a las tecnologías de sensores inteligentes del grupo de trabajo del Auto-ID Center del MIT, que reunía a siete laboratorios de investigación de universidades en cuatro continentes. Aunque se estima que IdC nació realmente entre 2008 y 2009, y se le vincula a la proliferación de teléfonos inteligentes. Las predicciones de Gartner y otros analistas del mercado TIC ha sido el tema central de los últimos grandes foros y exhibiciones highTech, como el CES de Las Vegas, el MWC de Barcelona y el Salón del Automóvil de Ginebra.
Internet de las cosas “lo cambia todo, incluso a nosotros mismos”, señala un informe técnico de David Evans, de Cisco Ibsgi, que estima que para 2015 habrá 24 mil millones conectados, es decir 3,47 dispositivos conectados por persona y para 2022 serían 6,58 p/p y un total de 50 mil millones de dispositivos conectados
Situación actual
La IdC está compuesta por una colección dispersa de redes diferentes. Las iniciativas y avances como Planetary Skin de Cisco y el sistema nervioso central para la Tierra de HP tienen potencial para agregar miles de millones de sensores a Internet de las cosas. A medida que se conecta a animales, tuberías de agua, árboles, etc. se recaba información para hacer del planeta un lugar mejor.
Se ha ampliado el rango de objetos conectados, el automóvil, por ejemplo, tiene hoy múltiples redes para controlar el funcionamiento del motor, las medidas de seguridad o los sistemas de comunicación. Pero tal explosión de objetos conectados y la información que generan representa un desafío para la capa física de Internet (switches, routers, servidores, etc.) -cuya función, según Evans, es transportar la información de un punto a otro de manera veloz, confiable y segura- y para la Web, conformada por la capa de aplicaciones que opera sobre Internet, cuyo rol es proporcionar una interfaz que permita utilizar la información que fluye a través de Internet.
Son tres las barreras, precisadas por Evans en 2011, para el desarrollo de la IdC: la implementación de la versión 6 del protocolo de Internet, IPv6, pues el protocolo vigente, el IPv4, agotó sus direcciones en febrero de 2010; la segunda barrera es la energía para alimentar los sensores que deberán ser auto sostenibles, y en esto ha habido un gran avance con la creación, en 2011, del nano-generador que puede alimentarse de movimientos corporales y, la tercera barrera, la marca la necesidad de acuerdos sobre normas y estándares en las áreas de seguridad, privacidad, arquitectura y comunicaciones, donde se han realizado grandes progresos. La Ieee, por ejemplo, tiene la tarea de garantizar que los paquetes de IPv6 se puedan direccionar a través de diferentes tipos de redes.
La primera red global de IdC
Sesenta ingenieros de Sigfox trabajan desde hace cinco años para poner a punto la primera red global de Internet de las cosas, que desde 2012 se despliega en Francia, su país de origen. En Países Bajos, Rusia y España el modelo de esta red se acerca a un millón de kilómetros cuadrados cubiertos. La meta de Sigfox es cubrir 60 países en los próximos cinco años. Para reducir la financiación y hacer viable tal cobertura, ha creado un modelo de asociación denominado SNO (Sigfox Network Operator) que le permite asociarse con un jugador importante por país para desplegar su servicio. En España llegó a un acuerdo con Abertis Telecom. Cada SNO debe implementar y fortalecer una red con conectividad homogénea en términos de precio e interfaz.
La solución de Sigfox para comunicaciones de baja velocidad, se basa en una infraestructura de antenas y estaciones totalmente independiente de las redes existentes, con conectividad celular. “Una infraestructura simple y de bajo consumo de energía, que puede implantarse en todo el mundo en un lapso de tiempo muy breve”, dice Ludovic Le Moan, fundador y CEO de Sigfox, que acaba de recibir inversiones por 15 millones de euros.
“El equipo de Sigfox, entusiasmado por este desafío colosal, trabaja para simplificar cada elemento de la cadena de valores, a fin de eliminar los obstáculos para la implantación sobre billones de objetos y miles de nuevos usos”. Explica su página oficial.