Una ola de emprendedores chilenos ha dado vida a startups en redes sociales temáticas que están sumando cada vez más seguidores en el país y el resto del mundo.

¿Quién dijo que las redes sociales llegaron a su peak?, en los últimos dos años ha emergido una ola de jóvenes emprendedores chilenos, quienes haciendo caso de su intuición y el comportamiento de los usuarios en la web, han dado forma a nuevas plataformas sociales sobre diferentes temáticas que van conquistado a miles de usuarios en Chile y el resto del mundo.

Una de ellas es Klooff, dirigida a dueños de mascotas. “Nos dimos cuenta de la gran cantidad de fotos y videos de mascotas que había explotado en Internet”, comenta Alejandro Russo, CEO de Klooff, “se trataba de un contenido valiosísimo, muy universal, rápidamente digerible y que te deja en un muy buen estado de ánimo”. El emprendedor decidió investigar más y descubrió que en países como Estados Unidos y Japón los usuarios posteaban más fotos de mascotas que de bebés. Se trataba de un mercado en crecimiento.

Fue entonces que junto a sus socios Jane Chung y Mario Encina, y gracias al financiamiento de Start-up Chile y TechStars NYC, Russo decidió dar vida a esta red social, donde los cibernautas pueden compartir contenidos y experiencias relacionadas con sus preciados animales. Además, todas las fotos de las mascotas entran en un ranking, donde los seguidores votan por las imágenes que más les gustan y al final del día se elige a los ganadores en distintas categorías, como “Gatos Flojos”, “Perros Juguetones” y “Perros Deportistas”, entre otras.

Si bien Klooff nació a fines de 2012 como una aplicación para iPhone, éste fue lanzado oficialmente en enero pasado como la primera experiencia multiplataforma para mascotas y dirigida a usuarios de iPhone, Android y tablet, además de contar con el sitio web. Todo ello gracias al desarrollo de un software con una interfaz amigable para el usuario.

Los servicios on line y las redes sociales son una veta de desarrollo muy interesante, porque todavía están en pañales, dice Paolo Colonnello, CEO de Blue Company y creador de Bligoo, la famosa plataforma para hacer blogs. “Como sociedad históricamente nos hemos relacionado por componentes geográficos (mi barrio, mi ciudad, mi país), pero gracias a Internet hoy es posible ser parte de plataformas sociales que son seguidas por diferentes personas y que provienen de distintos lugares del mundo”.

De igual forma, el experto anticipa que vamos a experimentar una gran atomización de redes sociales, “existirán varios cientos de ellas, muy específicas, y éstas se van a hacer cargo de la gran diversidad de gustos e intereses de las personas”.

Recuerdos virtuales

Otra red de intereses específicos es Williing, que está entrando en el segmento de mujeres entre los 20 y 40 años. Allí, las usuarias pueden rescatar e intercambiar imágenes de cosas que les gustan y quieren guardar como ropa, accesorios, lugares y paisajes, para luego revisarlo o compartirlo con amigos. “Es como si se tratara de una caja virtual de recuerdos”, explica Francisco Berroeta, fundador de Williing.

Dice que el sitio nació debido a que la mayoría de las plataformas sociales de contenido e imágenes como Pinterest, Fancy y Pocket son extranjeros. Por lo que el emprendedor quiso ofrecer una alternativa más local, brindando además imágenes que llevan a links de tiendas chilenas donde el usuario puede comprar.

El problema con las plataformas anglosajonas, ha dicho Colonnello, es que son muy centradas en el ‘yo’ y valoran más la privacidad, en cambio, “los latinos somos más centrados en el ‘nosotros’”, a la creación de comunidades.

Williing también permite que los usuarios puedan seguir los boxes virtuales de otros cibernautas, con los cuales comparten intereses en común.

La plataforma social hoy cuenta con más de 35.000 usuarios activos provenientes principalmente de Chile (87%) y de otros países como España, México, Argentina, Colombia y Perú. Pero este logro no habría sido posible si Williing no hubiera ganado el Demo Day de 2012, gracias al cual inversionistas internacionales pasaron a engrosar el capital inicial de este emprendimiento, que partió con US$80.000. Dichos recursos fueron aportados por CORFO y un inversionista ángel.

La meta de Berroeta y sus socios Gabriela Sánchez, José Miguel Ibáñez y Andrés Derpsch es que la red crezca por lo menos unas cinco veces más, expandiéndose al resto de hispano América.

(Equipo BlinkMe / Crédito foto: appsuser.net)

El surgimiento de esta cantidad de redes sociales en Chile no es casual. El país se sitúa en el primer puesto a nivel latinoamericano en el uso de redes sociales y ocupa el puesto 34 a nivel mundial, según un estudio del Banco Mundial y la IFC (International Finance Corporation) difundido a principios de 2014. En un año la posición de Chile en este ránking ascendió 22 lugares, hecho que demuestra el crecimiento exponencial que tiene la adopción de las redes sociales en Chile.

La gracia de lo efímero

Cuando Max Rencoret, Benjamin Molina y Víctor Pellegrini arrancaron con BlinkMe en abril de 2013, ninguno de ellos imaginó cuántos fans llegarían a sumar una red que permite compartir imágenes de manera temporal.

La idea partió cuando en una de esas fiestas para no olvidar, recuerda Rencoret, “uno de los socios fundadores tomó una fotografía a un amigo que estaba bien pasado de copas”. Al día siguiente esa imagen fue compartida en Whatsapp y en cosa de horas ya circulaba en Facebook, Instagram y Pinterest. El problema fue que tanto la novia, como la familia y el jefe del amigo vieron la fotografía en Internet, poniendo en serios aprietos al protagonista de la historia. De ahí la necesidad, agrega el emprendedor, de crear una aplicación en la que se pudiera compartir momentos mediante imágenes tan sólo por unos segundos, para luego hacerlas desaparecer sin dejar rastro alguno.

Según Rencoret la red ha prendido fuerte en el segmento joven, porque al ser contenido que se borra en forma inmediata da más libertad para compartir todo tipo de imágenes.

El joven empresario aclara que antes que una plataforma social BlinkMe es una aplicación y lo que lo sustenta a este negocio es justamente la valorización por lo “efímero”. Si bien la aplicación nació a raíz de una foto que se quería eliminar, explica Rencoret, “hoy nos damos cuenta de  que hay un tema propio de Internet que es el de no llenarse de contenido”.

Actualmente, BlinkMe cuenta con 130.000 usuarios de Estados Unidos, Brasil, Chile, España, México, Arabia Saudita e India y su apuesta para este año es potenciar el crecimiento, gracias a una segunda etapa de inversión con recursos frescos que inyectará un nuevo socio de negocios.

La clave está en la segmentación y la interacción, dice Silvina Moschini, experta en internet, social media y marketing digital, fundadora de Intuic y co-fundadora de TransparentBusiness.com, una herramienta para implementar un efectivo teletrabajo.

Para cada cosa habrá una plataforma, dice la experta “y Facebook cada vez quedará más reducido como una plataforma más de la vida cotidiana, con grandes desafíos de privacidad, que genera muchos problemas”.

La gente más activa, más joven, cada vez más va a estar fragmentando su tiempo en distintas redes, participando en comunidades verticales, dando feedback y siendo miembro activo de comunidades, dice Moschini. “El concepto de redes sociales tiene tres partes: una es la plataforma de contenido generada por los usuarios, el contenido en sí y el tema de la colaboración. Y hacia el futuro se adiciona lo móvil”.

También servicios

Pero no todo es diversión, hobbies y entretenimiento en la web. También hay espacios para procurar ayuda emocional y tratar cuadros de angustia o stress, tal cual hoy lo está ofreciendo hoy MenteGO, un servicio on line creado por el mismo fundador de Williing, Francisco Berroeta. La innovación partió con recursos propios y también gracias al apoyo de la aceleradora de negocios, 500 Startups.

El servicio busca brindar ayuda a usuarios que estén pasando por un mal momento como un divorcio, la pérdida de un ser querido, stress laboral o una depresión de una manera muy confidencial. Cuenta con un equipo de psicólogos certificados que brindan terapia a través de video llamadas.

Antes de iniciar la puesta en marcha del sitio, Berroeta realizó un estudio de mercado en un universo de personas que han ido o sienten que necesitan ir a un psicólogo. “Casi todas las personas que contestaron no lo hicieron en forma pública vía e-mail o Facebook, sino que lo hicieron a través de mensajes privados”, dice el emprendedor. Ello reforzó la idea de que las personas sienten mucha vergüenza de reconocer que han frecuentado a un terapeuta o piensan hacerlo, dice Berroeta. De hecho y según la OMS (Organización Mundial de la Salud), más del 65% de las personas padece alguna patología psicológica, la que no se trata principalmente por vergüenza o miedo.

Tras la inscripción y pago de $24.900 o su equivalente en moneda local, y la evaluación de un sicólogo, la sesión se realiza a través de un enlace a una video llamada confidencial. El servicio fue lanzado oficialmente el pasado 14 de enero y a la fecha ya cuenta con varios usuarios, principalmente de México.

Contrariamente a lo que vaticinaban algunos expertos, estas plataformas fueron mucho más que una moda pasajera y han sabido evolucionar para mantenerse y consolidarse en el tiempo: los nichos de mercado parecen ser la fórmula del éxito. Hasta ahora.