En algunos países, especialmente en Argentina, Brasil y Hungría, los déficits fueron notablemente más amplios que hace un año, según reporte del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF). El alza del gasto representó la mayor parte del aumento.
Londres. Argentina, Brasil y Hungría han sufrido el mayor aumento en los déficits fiscales a raíz de la pandemia de COVID-19, según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), a medida que la crisis ha deprimido los ingresos y ha aumentado drásticamente el gasto.
Los déficits fiscales se han ampliado en la mayor parte del mundo en los últimos meses, y los mercados desarrollados a menudo pueden financiarlos cómodamente a través de grandes programas de alivio cuantitativo (QE, por su sigla en inglés).
Pero puede ser más complicado para los mercados emergentes, debido a la falta de espacio político y la depreciación cambiaria si se embarcan en QE, dijo el IIF en una nota de investigación, agregando que Sudáfrica y Brasil pueden necesitar la asistencia de un banco central para la política fiscal.
En algunos países, especialmente en Argentina, Brasil y Hungría, los déficits fueron notablemente más amplios que hace un año, afirmó la entidad. El alza del gasto representó la mayor parte del aumento, ya que los ingresos fiscales generalmente caen con un retraso en las crisis.
Por separado, el banco dijo que su rastreador de crecimiento de mercados emergentes mostró una contracción de 2,9% en mayo, debido en gran parte a datos duros más débiles. Pero agregó que sondeos empresariales sugirieron que el declive de la expansión había tocado fondo y que su pronóstico suponía estabilización y recuperación parcial en la segunda mitad del año.
A medida que las fábricas comenzaron a repuntar tras el golpe del coronavirus, la producción industrial china aumentó por segundo mes consecutivo en mayo, aunque el aumento más débil de lo esperado sugirió que la recuperación fue frágil.
Si bien Asia emergente fue la única región en territorio positivo durante el mes, la lectura fue peor que en abril. Los rastreadores para Europa y África emergentes parecen haber tocado fondo, aunque todavía en territorio profundamente negativo, dijo el IIF. Para América Latina cayó aún más.