En términos de valoraciones, los diferenciales de crédito de la región se sitúan por encima del nivel general de las empresas de los mercados emergentes, lo que permite cierto repunte de los diferenciales.
De acuerdo con el comunicado de la institución bancaria suiza, Julius Baer, se mejoró la deuda en moneda fuerte de América Latina de neutral a sobreponderada, debido a un crecimiento modesto, una inflación decreciente, que permitirá a los bancos centrales seguir recortando las tasas, y fuertes ingresos por exportaciones de materias primas.
La relación entre deuda respecto del PIB de América Latina se sitúan por encima del nivel general de las empresas de los mercados emergentes, lo que permite cierto repunte de los diferenciales. Junto con la visión positiva sobre el grado de inversión en Oriente Medio y Asia, ahora son optimistas para la mayoría de los mercados emergentes en su conjunto y, por lo tanto, mejoraron la deuda en moneda fuerte de los mercados emergentes.
"Hemos mejorado los bonos en moneda fuerte en América Latina de neutral a sobreponderados, ya que esperamos que la región crezca modestamente en 2024, volviendo a su tendencia prepandémica, mientras que las presiones inflacionarias seguirán disminuyendo y permitirán a los bancos centrales continuar con sus ciclos de flexibilización", indicó Eirini Tsekeridou, analista de renta fija, de Julius Baer. "Esperamos que la región se beneficie de los altos ingresos por exportaciones de materias primas, mientras que un aterrizaje suave en Estados Unidos y un dólar estadounidense más débil también serán favorables".
Se espera que la deuda/producto interno bruto disminuya y que los déficits en cuenta corriente mejoren aún más con respecto a sus niveles de 2023, lo que reflejaría balanzas comerciales más sólidas.
Finalmente, la posición geográfica de la región alejada de grandes conflictos geopolíticos así como su menor riesgo político durante 2024 también son factores favorables. En términos de valoraciones, los diferenciales de las empresas de la región se sitúan actualmente por encima de los diferenciales de las empresas de mercados emergentes en general, lo que permite cierto repunte de los diferenciales.
Para 2024, también mantienen una visión positiva sobre Medio Oriente y, en particular, sobre el Consejo de Cooperación del Golfo, ya que la región se beneficia de un fuerte crecimiento, baja inflación, bajos precios fiscales del petróleo y enormes reservas de divisas, que cubren adecuadamente su deuda externa.
Por último, en Asia consideran que se mantiene una inclinación hacia la calidad, prefiriendo los bonos corporativos asiáticos con grado de inversión, ya que los bancos centrales de la región no recortarán las tasas en el corto plazo y el sector inmobiliario de China sigue siendo un lastre en medio de valoraciones ajustadas.
América Latina, Medio Oriente y Asia con grado de inversión representan más del 60% del índice CEMBI —una referencia mundial de los mercados líquidos emergentes corporativos que hace un seguimiento de los bonos corporativos de las empresas estadounidenses emitidos por entidades de mercados emergentes— y, como tal, la mejora de la región permite que se vuelva más positiva en los mercados emergentes en su conjunto.