La consultora Grant Thornton elaboró una muestra del optimismo/pesimismo que tienen las empresas del sector privado, a nivel global. Argentina destaca junto a Chile en la región.
Pese a que la crisis económica golpeó al empresariado, el panorama no parece tan desalentador en Argentina, nación que se ubica dentro de las naciones más optimistas según los expertos, ya que los empresarios esperan en 2010 una reactivación del sistema económico mundial y con esto la oportunidad de reactivar la producción del país.
Arnaldo Hasenclever, managing partner de la consultora Grant Thornton, señaló que “la demanda de alimentos y granos será cada vez mayor y el país debe sacar provecho de esta oportunidad”. Esto porque el sector empresarial argentino confía en la reactivación de la economía mundial y se siente en una posición privilegiada con respecto al resto de la región.
Pero no sólo los empresarios argentinos han demostrado un incremento en los niveles de optimismo. Las empresas de Chile, India, Australia, Vietnam y Brasil figuran también como centros productivos optimistas, registrando índices mayores al 70%.
El optimismo imperante en países geográficamente diversos como Argentina ha quedado demostrado en la superación de los índices de crecimiento estimados por el FMI, en relación al Producto Interno Bruto (PIB). “Muchos gobiernos, al leer estos resultados, esperarán que su comunidad de negocios esté en lo cierto y que su PIB supere al proyectado por el FMI como resultado”, señaló Hasenclever.
Sólo el sector empresarial mexicano y europeo refleja un alto grado de pesimismo frente al futuro empresarial y la reactivación de los puestos de trabajo. El balance negativo de -1% en Europa, contrasta con los balances de +33% y +42% de Asia Pacífico y América Latina, respectivamente.
Hasenclever señaló además que “las empresas del sector privado contribuyen con el 81% del PIB mundial, por lo que la comunidad de negocios global debería considerar los resultados de la encuesta como un dato alentador para Argentina y el mundo”.
Es que la globalización podría invertir la situación, reactivando la economía mundial y con esto aceleraría la salida de la recesión. Para Hasenclever, las empresas que han sobrevivido a la crisis y han mantenido su posicionamiento, son las mismas que pueden ayudar a impulsar la reactivación.