Si las economías de Europa llegaran a crecer, las personas de la tercera edad tendrán que trabajar más tiempo. Pero en un clima económico débil, no muchos empleadores los querrán.
Londres/París. Terry Robinson lleva casi tres cuartos de su segunda pasantía. Su primera, a los 15 años, fue como carpintero y ebanista. Ahora está reuniendo destrezas para llegar a ser supervisor en el sector minorista.
Cumplirá 71 años en junio.
Radicado cerca de Oxford, Inglaterra, pertenece a una minoría de personas que no sólo está trabajando, sino que además está adquiriendo nuevas habilidades mientras acercan a los 80, el grupo etario de más rápido crecimiento de Europa.
Los legisladores de Europa esperan que los trabajadores de su edad y más jóvenes puedan servir como modelos para ciudadanos de una sociedad envegecida.
En París, a Carole Avayou de 63 años le gustaría formar parte de ese grupo. Una técnica de Air France-KLM desde 1978, acababa de cumplir 60 años cuando se le informó sobre su jubilación obligatoria.
Llevó su lucha por su trabajo a la justicia, después de una protesta inútil que incluyó encerrarse en la oficina.
"Quería que hablaran conmigo, que escucharan mis argumentos. Puse un mueble detrás de la puerta y trabé la manija", dijo la mujer por teléfono.
Estas dos historias muestran las realidades contradictorias a las que la gente mayor se enfrenta en Europa mientras el continente llega a un hito demográfico.
Este año, el número de personas de entre 60 y 65 años empezará a superar al de las de 15 a 20, quienes tradicionalmente reemplazan en la fuerza laboral, según datos de Eurostat citados por Allianz.
Si las economías de Europa llegaran a crecer, las personas de la tercera edad tendrán que trabajar más tiempo. Pero en un clima económico débil, no muchos empleadores los querrán.
Un cliché demográfico sobre China es que envejecerá antes de volverse rica. El riesgo para Europa proviene de su generación más rica, que cuando eran adultos jóvenes pudieron haber fumado Gitanes o cantado "I hope I die before I get old" (Espero morir antes de envejecer), de la banda The Who.
Con sus países aquejados por las deudas, hay fuertes posibilidades que de que carezcan de los medios para funanciar el estilo de vida del consumidor de "plata", tipificado por los jubilados de alto perfil de Estados Unidos.
En cambio, ellos el riesgo de formar un bloque envejecido y estancado que paraliza aún más sus economías con la carga de su atención.
"Nos dirigimos a un serio problema financiero combinado con una sociedad envejecida y -en países como Alemania- reducida", dijo Reiner Klingholz, director del Instituto de Berlín para la Población y el Desarrollo.
"Será muy dificil, probablemente imposible, generar un crecimiento general", dijo Klingholz.
Europa es la región importante de más rápido envejecimiento del mundo. Si se propone evitar un futuro de deterioro y conflictos generacionales, los economistas dicen que lo único que el viejo continente puede hacer es adaptarse, radicalmente.
Klingholz y otros sostienen que si Europa puede hacer frente y resolver su déficit demográfico primero, la región podría estar bien parada para capitalizar su experiencia, tal como países como China y Corea del Sur avanzan con solo un breve intervalo hacia su propia, y mucho más rápida, fase de envejecimiento poblacional.
El ascenso de China está impulsado por un auge poblacional que precedió la política de un hijo único de Mao, pero eso además creó una gran brecha en la mano de obra que ahora está a unos pocos años de ocurrir.
"China estará en muchos problemas dentro de 15 a 25 años", sostuvo Klingholz.
Pero ¿cómo va a lograr esto la vieja Europa, con sus 8 billones de euros en deudas, sus actitudes de la era industrial y sus estructuras laborales hechas y derechas en este mundo nuevo?
La política de siempre. Lo que podría sorprender a los europeos es el hecho que, al menos en algunos países, el déficit demográfico no es un tema nuevo.
Considérense los comentarios de un informe de un grupo de trabajo del Gobierno británico que examinó la situación de la mano de obra en el contexto de una sociedad en rápido envejecimiento.
"Nos encontramos frente a la necesidad de cambios bastante radicales en las actitudes arraigadas hacia el trabajador más adulto y la jubilación. El cambio en la estructura de la población requiere de un cambio similar en la estructura de la población trabajadora", sostuvo el informe.
El documento era del 11 de septiembre de 1953.
En ese momento, Gran Bretaña halló en mujeres casadas que trabajaban a tiempo parcial la solución para sus necesidades de mano de obra y en una oleada de inmigrantes quienes, particularmente en la década de 1960, avivaron el crecimiento de postguerra que ayudó a financiar las jubilaciones de hoy.
"A veces siento que he estado dándole vueltas una y otra vez a esto", dijo Bernard Casey, analista de políticas públicas del Instituto de Investigaciones del Empleo de la Unversidad de Warwick, que ha estado trabajando en la edad y el empleo los últimos 30 años, en Gran Bretaña, Alemania y para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Incluso en Gran Bretaña, país que los investigadores hallaron relativamente complaciente con los trabajadores más envejecidos. la experiencia de Casey sugiere una falta de voluntad política para persuadir a las empresas de conservar a empleados más viejos, quienes son típicamente costosos.
Observa que incluso el Gobierno de Gran Bretaña sugirió la jubilación temprana como una solución de reducción de costos en una importante revisión del 2004.
También recuerda cómo Norbert Bluem, un ex ministro alemán de Asuntos Laborales y Sociales, llevó una ley de jubilación temprana al Parlamento en 1984 y llamó a que los trabajadores mayores sacaran provecho de las oportunidades "en beneficio de los desempleados y los jóvenes".
Unos días más tarde, se dirigió a los alemanes para que trabajen más tiempo "para proteger la sustentabilidad a largo plazo del sistema público de jubilación".
"Es la contradicción entre el corto y el largo plazo por la que nos preocupamos todo nuestro tiempo", dijo Casey.