En el certamen participaron 550 alumnos de 30 países.
El amaranto, planta reconocida por sus propiedades para la salud, fue uno de los motivos para que dos alumnas de la Universidad Eafit de Colombia, junto con un equipo virtual de diferentes países, desarrollara el proyecto ganador del Global Enterprise Experience (GEE) 2010.
Una mala hierba, como se le conoce, porque crece en climas áridos y puede llegar a invadir ciertas plantaciones, fue el medio que planteó este equipo para que las mujeres de Kenia generaran ingresos por medio del cultivo y posterior comercialización de su aceite a industrias cosméticas.
Marcela Arcila y Andrea Serna fueron las dos estudiantes del pregrado en Negocios Internacionales de la institución colombiana, que propuso la iniciativa de negocio “Amaranto para África”, caracterizada por ser viable, de bajos costos y ecológica.
“Propusimos que se cultivara esta semilla porque de allí se extrae un aceite que se usa para los productos cosméticos. Nos enfocamos en este cultivo porque Kenia tiene el suelo adecuado para esta plantación. Además, investigamos y encontramos que en este país hay un alto nivel de pobreza en las mujeres y la idea es que ellas, con la estructura de franquicias, tengan su propio cultivo para explotarlo, pero con la asesoría necesaria para el desarrollo de esta labor”, señaló Arcila.
Las kenianas, entre 21 y 35 años, son en su mayoría, amas de casa y viven con alrededor de US$250 al año. Tienen familias grandes, dependen del trabajo de su esposo y su tiempo lo invierten cuidando a sus hijos y en tareas del hogar. “Investigamos que el proceso de plantación tiene que ser de forma manual. Esta es una ventaja porque estarían activas y no habría reemplazo de la mano de obra. Además, como esta población se encuentra sobre el nivel de pobreza, no tiene mucho conocimiento de agricultura, por eso se les haría unas capacitaciones en el tema y se les darían las herramientas que necesiten”, específica Arcila.
Según Serna, la inversión para este proyecto sería de bajo costo, porque el aceite se vendería como materia prima, aunque el retorno si sería alto, porque tan sólo una onza se puede vender por US$25. La planta además es fácil de cultivar, pues se adapta a cualquier clima y aguanta temperaturas de frío extremo o caliente.
La competencia, organizada por la Universidad de Wellington de Nueva Zelanda, tuvo una participación total de 550 estudiantes de 30 países diferentes, divididos en 68 equipos que, por tres semanas, trabajaron en el objetivo de crear un proyecto para mejorar las condiciones de la mujer de países subdesarrollados.
“Es un entrenamiento en el que los alumnos pueden tener la experiencia de lo que es realizar un proyecto académico con gente de otros países. Todo esto hace que el concurso se ajuste a la materia, además porque la comunicación se realiza en inglés”, explica Andrés Vélez, docente de Gestión Intercultural del pregrado en Negocios Internacionales. El académico destacó que el proyecto ganador era simple, posible, rentable y con un enfoque social importante.