El estudio de la Organización Mundial de la Salud sugiere que la estructura y funcionamiento del cerebro podrían verse afectados temporalmente por una mala hidratación.
Si el niño presta poca atención o se le dificulta recordar lo que aprendió en la escuela, podría estar deshidratado. Según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), existe una alteración de la memoria cuando se producen niveles de deshidratación —de 1 a 2% del peso corporal— en menores y adolescentes.
El estudio sugiere que la estructura y funcionamiento del cerebro podrían verse afectados temporalmente por una mala hidratación.
La revista The American Journal of Clinical Nutrition comprobó que los pequeños que no bebieron suficiente líquido padecían debilidad muscular, sequedad de la boca, dolores de cabeza y fatiga.
La nutricionista costarricense Larisa Páez explica que “un porcentaje importante de la hidratación diaria se repone mediante el consumo de líquidos como agua, jugos, leche, gaseosas, café, té y chocolate. El otro porcentaje proviene de alimentos sólidos como las frutas y vegetales”.
Algunos padres se preguntan cuánto líquido deberían ingerir sus hijos. Los niños y adolescentes deben tomar agua dependiendo de su edad, peso y género, además de otros factores externos como el clima y la actividad física que realice.
Según la Asociación Americana de Dietistas, el consumo de líquido por día debe ser de cinco vasos para menores de 4 a 8 años; nueve vasos, de 9 a 13 años, y 13 vasos, de 14 a 18 años para varones, y nueve vasos para mujeres.
La OMS enfatiza en mantener adecuados niveles de hidratación en la niñez temprana porque este es un período fundamental en el aprendizaje y desarrollo cerebral.
Los padres pueden supervisar si su hijo está bien hidratado al monitorear el color del orín y el olor. Si son de color amarillo oscuro o con olor fuerte, indican mala hidratación; si son claros y sin olor, demuestran buena hidratación.
Se aconseja a los padres incluir en las refacciones bebidas con sabor, comprarle a los niños una botella llamativa para utilizar en casa y en la escuela para motivarlos a beber líquidos y predicar con el ejemplo al hidratarse adecuadamente.