Muchas veces es necesario ver que los niños se equivoquen y enfrenten sus miedos, porque sólo así aprenderán y alcanzarán su potencial.
Todo el mundo quiere que sus hijos tengan el mejor futuro posible. Además de las oportunidades que tengan sobre una mejor educación, también está la crianza por parte de los padres.
Para que los niños tengan todas las herramientas para enfrentar los desafíos de la vida real, los padres tienen que renunciar a ciertas prácticas que no benefician a sus hijos.
Muchas veces es necesario ver que los niños se equivoquen y enfrenten sus miedos, porque sólo así aprenderán y alcanzarán su potencial.
De acuerdo con Amy Morin, psicoterapeuta y autor del libro “13 Things Mentally Strong Parents Don't Do”, estos son algunos comportamientos que los padres deben evitar en la crianza de sus hijos.
1. No permiten que sus hijos se sientan víctimas
Sentirse víctima de los demás es más fácil que aceptar que uno mismo falló. Es culpar a los demás y no asumir nuestra propia responsabilidad. El rechazo, fracaso y las injusticias son parte de la vida.
En lugar de permitir que los niños sientan pena por ellos, es mejor hacer que conviertan los problemas en fortalezas. Esto les ayudará a identificar las áreas de oportunidad y de acción, pese a las circunstancias.
2. Un padre aprende a vivir con la culpa
No saber lidiar con la culpa y tratar de evitarla no es un comportamiento saludable. Un padre mentalmente fuerte sabe que la culpa es incómoda, pero tolerable. No permiten que la culpa los aleje de tomar decisiones inteligentes.
3. No hacen a su hijo el centro del universo
Muchas veces los padres dejan todo de su vida para atender a sus hijos. Sin embargo, los niños que creen que son el centro del universo tienden a ser ensimismados y piensan que tienen derecho a todo. Un padre inteligente les enseña a sus hijos a pensar sobre lo que deben ofrecer al mundo.
4. No permiten que tomen decisiones por miedo
Mantener a los niños lejos de cualquier problema es muy cansado. Ponerlos en una burbuja para protegerlos evita que se desarrollen. Un padre debe ser un guía y no un protector. Permiten que sus hijos vayan al mundo y tengan experiencias de vida. Puede ser aterrador, pero es necesario.
5. Los niños no tienen poder sobre los padres
Los niños que deciden el tipo de actividades familiares tienen demasiado poder. Ser más democráticos, y hasta imponerse, no es tan descabellado. En este caso, lo mejor es empoderar a los hijos para ayudarlos a tomar las decisiones más apropiadas, mientras mantienen la jerarquía apropiada.
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