Un informe, publicado en JAMA Network Open el pasado viernes 13 de julio, reveló que de 1990 a 1992, alrededor de 17% de las mujeres jóvenes embarazadas que participaron en un estudio mostraron señales de depresión.
Un estudio realizado a mujeres jóvenes, específicamente al segmento denominado ‘millennial’, encontró que los problemas de salud mental durante el embarazo son un 51% más probables en ellas que en las de la generación anterior.
Un informe, publicado en JAMA Network Open el pasado viernes 13 de julio, reveló que de 1990 a 1992, alrededor de 17% de las mujeres jóvenes embarazadas que participaron en el estudio mostraron señales de depresión.
Sin embargo, la encuesta determinó que la generación siguiente sufrió más de salud mental, ya que el 25% de mujeres embarazadas en 2012 a 2016 mostraron señales agudas de depresión.
Para medir los síntomas de depresión y ansiedad, los investigadores utilizaron la Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo, la cual recurre a 10 preguntas, cada una con un puntaje de 0 a 3, para revelar el riesgo de depresión durante y después del embarazo de las participantes, todas del suroeste de Inglaterra.
De 1990 a 1992, 2,390 mujeres entre las edades de 19 y 24 años realizaron la encuesta durante el embarazo. De estas mujeres, 408 -o un 17%- obtuvieron un resultado de 13 o más, lo que indica niveles problemáticos de depresión o ansiedad.
Cuando los investigadores encuestaron a mujeres de la siguiente generación, también de entre 19 a 24 años, las cifras fueron más altas.
De 180 mujeres embarazadas en 2012 a 2016, 45 de ellas obtuvieron una puntuación de 13 o más. Es decir, 25% de este grupo tenía niveles preocupantes de depresión o ansiedad.
El estudio no reveló si los hallazgos serían similares para mujeres embarazadas mayores de 24 años o menores de 19 años.
Además, los investigadores descubrieron que la depresión se hereda, lo que significa que las hijas de las mujeres que estaban deprimidas durante el embarazo tenían tres veces más probabilidades de estar deprimidas durante su embarazo en comparación con las mujeres cuyas madres no estaban deprimidas.
Los investigadores no están seguros de qué hay detrás del aumento de la depresión durante el embarazo. Sin embargo, los investigadores compartieron posibles factores contribuyentes.
"El estrés crónico, la falta de sueño, los hábitos alimenticios, el estilo de vida sedentario y el ritmo acelerado de la vida moderna pueden estar contribuyendo a una prevalencia creciente de depresión entre los jóvenes en general. El impacto de tales cambios puede amplificarse cuando una mujer queda embarazada", se leen en el informe.
Los investigadores también aluden al rápido cambio en la tecnología, el uso de Internet y las redes sociales como potenciales contribuyentes, ya que el mundo tecnológico y social está "asociado con un aumento de depresión, sentimiento de aislamiento social y cambios en las relaciones sociales".
Además, hay más madres en el mundo laboral actualmente que en la década de 1990 y con más responsabilidades financieras.
Dado que más mujeres tienen que trabajar con horarios inflexibles y bajo una mayor presión posiblemente puede contribuir al aumento del estado depresivo entre las embarazadas de la generación Millennial.
Esto se debería a las redes sociales y el ritmo de la vida moderna, ya que estarían impulsando las tasas de depresión y ansiedad en las futuras madres, según los científicos de la Universidad de Bristol, en Inglaterra.