La compañía Inspiratus Tecnhologies tiene previsto construir una planta industrial en el norte del país sudamericano que tendrá una capacidad de 10.000 toneladas de dicho producto.
Para el empresario belga Sebastiaan Saverys, un viaje como mochilero a Latinoamérica marcó su visión para hacer negocios. En una región donde la actividad agrícola es protagonista, se planteó el objetivo de crear empresas que integraran a los agricultores a una cadena de producción sostenible bajo los parámetros del comercio justo.
El camino empresarial se inició en Guatemala, llegando a otros países como Burkina Faso, Senegal, Etiopía y Perú. En este último empezó hace 15 años empezó un proyecto de producción de stevia. Instaló una fábrica de refinado de stevia en Paita (región Piura) que finalmente fue adquirida por una empresa estadounidense.
No obstante, Saverys, CEO de Inspiratus Technologies, filial de la transnacional de origen belga Inspiratus BV, tiene otro plan de negocio para Perú: la construcción de la primera planta de producción de biochar (biocarbón o carbón vegetal).
La instalación estará ubicada en la ciudad norteña de Sullana (también en Piura) y es parte del proyecto “Planet One en Sullana”. Tendrá una capacidad para producir 10.000 toneladas de dicho biochar, que, a la vez, tiene capacidad para capturar el equivalente a 25.000 toneladas de CO2.
Y es que ante el inclemente impacto del cambio climático en el mundo, el biochar es una gran alternativa para mitigar la producción del contaminante dióxido de carbono, ya que se trata de una forma de biocarbón que se produce calentando biomasa -residuos agrícolas- en zonas productivas, como Piura. Con este biochar, los agricultores pueden regenerar suelos para el cultivo y, además, descontaminarlos, tomando en cuenta que miles de hectáreas están contaminadas con mercurio y metales pesados en el país.
En principio, la compañía trabajará con el procesamiento de los residuos de la caña de azúcar como biomasa para convertirla en biochar y aplicarla al suelo con ayuda de los agricultores. Para ello, la planta de Sullana permitirá acopiar unas 40.000 toneladas de biomasa para generar las 10.000 toneladas de biochar. El ejecutivo apunta a que será necesario incrementar la producción solo para cubrir al sector del banano, que es de 18.000 hectáreas en el norte.
“El biochar se perfila como una solución para mejorar la calidad de tierras y su productividad; así como para incrementar el número de hectáreas de cultivo a través de una regeneración masiva de suelos. Inspiratus Technologies ha apostado por instalar plantas de biochar en determinados países y el Perú es uno de ellos. Con esta tecnología el Perú podría regenerar y restaurar más de 2 millones de hectáreas, lo que llevaría a duplicar sus agroexportaciones, es decir superar los US$ 20.000 millones por año”, refirió Saverys.
Entre los beneficios del biochar, Saverys destaca la reducción del 20% en el uso de agua, al aumentar la capacidad de retención de agua de los suelos; una disminución del 20% en el uso de fertilizantes, al aumentar la absorción de nutrientes por las plantas y un aumento del 20% en el rendimiento de los cultivos por hectárea.
En ese sentido, Inspiratus Techonologies espera expandirse rápidamente para que el biochar se convierta en un complemento importante de la agricultura regenerativa. Aunque Saverys no precisa el monto exacto de inversión, afirma que esta bordea los US$ 2 millones. “Lo importante es demostrar que funciona. Prácticamente se puede instalar una planta en un radio de 30 a 40 kilómetros donde hay biomasa. Hoy los candidatos principales para el suministro de biomasa son la caña de azúcar y la hoja de la caña. Ya se está produciendo [biochar] en otros países otros mercados y está funcionando”, dice Sebastiaan Saverys.
Asimismo, el ejecutivo agregó que en Latinoamérica hay jugadores importantes que producen biochar como Brasil, Bolivia y México, por lo que es hora de que Perú se sume a estos trabajos aprovechando la biomasa que se genera no sólo a partir de la caña de azúcar sino de la cascarilla de arroz.
“Con el INIA y la Universidad de Piura estamos terminando un primer estudio de aplicación de biochar y compost en el suelo, especialmente en banano y cacao, los resultados son alentadores y podremos apoyar a mantener estos empleos de los pequeños productores en peligro de quedarse fuera de los mercados. Después del norte, se puede ir al resto del país a trabajar en la dos o tres millones de hectáreas de la pequeña, mediana y gran agricultura, que pueden aprovechar los beneficios del biochar o biocarbón que tienen el potencial de ser un negocio importante para mantener y hacer crecer las agroexportaciones”, detalló.
De otro lado, la firma belga ya firma alianzas con varias instituciones que apoyan al agricultor como el Ministerio de Agricultura local, el INIA, la Asociación Perú Justo y Orgánico con miras a generar una cantidad importante de bonos de carbono, podemos ser líderes en la región.
Otro impacto de esta planta, según Saverys, se verá en la generación de trabajo para los productores de banano y cacao en el norte, quienes podrían quedar fuera del mercado por la contaminación de los suelos con metales pesados. “Son unos 30.000 puestos de trabajo que se pueden preservar con la aplicación de biochar”, afirma.