"En nuestro país se pierden más de 330.000 hectáreas de bosques al año por razones distintas, entre ellas la tala ilegal para propósitos comerciales", aseguró el presidente Juan Manuel Santos.
Londres. Colombia lanzó este miércoles un plan para combatir la tala ilegal de madera, una actividad que genera ingresos millonarios y amenaza con reducir sus bosques y reservas forestales.
El país sudamericano cuenta con unos 640.000 kilómetros cuadrados de bosques tropicales y alberga el 10% de las especies vegetales y animales del mundo.
El presidente Juan Manuel Santos dijo que Colombia produce anualmente 3,4 millones de metros cúbicos de madera y que un 42% de esa cifra se tala y comercializa ilegalmente.
La actividad maderera mueve alrededor de US$60 millones al año, y una suma importante termina financiando a la guerrilla izquierdista y a las bandas criminales emergentes conformadas por antiguos paramilitares de ultraderecha que intervienen en el conflicto interno, según el gobierno.
"En nuestro país se pierden más de 330.000 hectáreas de bosques al año por razones distintas, entre ellas la tala ilegal para propósitos comerciales", aseguró Santos.
El plan incluye un aumento de los controles por parte del Ministerio del Medio Ambiente que recibirá el apoyo de otros organismos gubernamentales, incluidas las Fuerzas Armadas.
La tala ilegal de madera se suma a la deforestación ocasionada por la siembra ilegal de cultivos ilícitos como la hoja de coca y la amapola.
"Se calcula que en la última década hemos perdido por su causa (el narcotráfico) una área de bosques y selvas similar al tamaño de El Salvador", precisó el mandatario.
Santos anunció que su gobierno, que termina en el 2014, buscará reforestar 280.000 hectáreas de bosques con una inversión de US$728 millones, incluidos aportes y donaciones de la empresa privada.
El área forestal de Colombia con fines comerciales asciende actualmente a 354.000 hectáreas, de acuerdo el Ministerio del Medio Ambiente.
Sin embargo, una parte importante de la demanda proviene de bosques y selvas que no forman parte de esa área autorizada y que son considerados santuarios ecológicos, de acuerdo con grupos ambientalistas.