El gigante asiático realiza importantes inversiones mineras en el mundo teniendo en mente un gran objetivo: asegurar los recursos a futuro.
Cuando en 1979 empezó la apertura económica en China, solo un 30% de su población vivía en las ciudades. Hoy, poco más de 30 años después, ya el 50% está asentada en zonas urbanas. Es decir, en ese lapso migraron del campo a la ciudad 350 millones de chinos, todo un récord migratorio.
Si tomamos en cuenta que las autoridades chinas han declarado que esperan duplicar ese número en los próximos 25 años quizás podamos entender por qué China necesita tantos recursos y por qué invierte tanto, en pos de conseguirlos, en todos los rincones del mundo. En ese proceso, el Perú no ha sido la excepción.
Eduardo McBride Quirós, profesor del MBA de ESAN y expresidente de la Cámara de Comercio Peruano-China (Capechi), sostiene que con la reciente adquisición de Las Bambas por parte del consorcio liderado por Minmetals, el monto entre invertido y por invertir pero comprometido para los próximos años en el sector minero-energético alcanza la suma de US$20.000 millones, que incluye los desembolsos hechos por los inversionistas chinos por la compra de las minas.
“Las inversiones chinas en el sector siguen aumentando y hoy representan más del 30% del total sectorial. Y no hay visos, por lo menos en el mediano plazo, de que esta tendencia vaya a detenerse. La necesidad de minerales que tiene China, especialmente cobre, zinc y hierro, es muy grande, en contraparte con la producción relativamente pequeña que manejan de esos metales. Seguirán buscando oportunidades aquí o en otros países para no depender del mercado sino de sus propios recursos”, asegura.
Carlos Aquino Rodríguez, catedrático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y consultor especializado en asuntos del Asia Pacífico, asegura que hay una predilección de China por invertir en el Perú pues nuestro país, a diferencia de otros de la región, ofrece condiciones más favorables y una menor cantidad de controles. Asimismo –dice el experto– tenemos una larga historia de relaciones que ha fortalecido los lazos entre nuestros países.
“Es bueno recordar que la primera inversión que hizo China fuera del continente asiático fue en el Perú, cuando en 1992 Shougang ganó el proceso de privatización de Hierro Perú. Por otro lado, tenemos la mayor comunidad china en la región y fuimos el tercer país a nivel mundial en establecer relaciones diplomáticas con ellos, factores ambos que hacen sentir muy cómodos a los inversionistas chinos y que nos vuelven un destino preferente respecto a otros países que cuentan con nuestros mismos recursos”, subraya.
Pero precisamente, ¿en qué otros países ha puesto la mira el gigante asiático? Carlos Aquino comenta que China ha apostado por Latinoamérica, región en la que las inversiones chinas se concentran un 90% en recursos naturales.
“Venezuela es un socio por defecto, pues al no tener acceso al crédito internacional tiene una gran necesidad de inversión y uno de los pocos países que está dispuesto a hacerlo, obviamente con garantía de producción, es China. Asimismo, los chinos tienen mucho interés en Brasil y Argentina, países en los que ya vienen invirtiendo grandes sumas en el sector de hidrocarburos”, resalta.
Cynthia Sanborn, directora del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, asegura que las empresas chinas tienen grandes inversiones en hidrocarburos en Venezuela, Brasil, Argentina y Ecuador, donde también vienen desarrollando proyectos de infraestructura asociados a estas inversiones. En el caso de la minería propiamente, la experta señala que el Perú es el país donde se han concentrado la mayor parte de proyectos de inversión china en Latinoamérica. Sin embargo, también se encuentran presentes en otras latitudes.
“La inversión china en minería está diversificada alrededor del mundo y abarca desde países miembros de la OCDE como Australia hasta países en desarrollo como Birmania y Zimbabue. De hecho, las empresas mineras chinas tienen presencia en 17 países del Asia Pacífico, al menos ocho países de África, y seis países de América Latina y el Caribe. Además, existen operaciones mineras chinas en Rusia y Arabia Saudita”, detalla Sanborn.
“A las compras de participaciones en empresas de hidrocarburos en Argentina y Brasil, se suma el interés que tienen los chinos por el hierro de Mutún (el depósito de este mineral más grande del mundo, ubicado en Bolivia) y que requiere una salida por el Pacífico a través de un ferrocarril hacia el puerto de Ilo. El petróleo colombiano y ecuatoriano, son otros ejemplos de este interés”, complementa Eduardo McBride.
En palabras del experto de ESAN, China no quiere depender del mercado de commodities para la adquisición de materias primas y desea asegurar tanto el producto como el precio. Asimismo, asegura que otra razón que persigue la potencia asiática es buscar a través de las inversiones y préstamos una hegemonía financiera que dispute a EE.UU. y Europa la hegemonía de las divisas y el control financiero internacional.
“Tengamos en cuenta que China, junto con Brasil, Rusia, India y Sudáfrica, acaban de anunciar la creación de un fondo financiero de US$ 50.000 millones para crear un organismo paralelo al FMI. ¿Adivine qué país lo dirigirá?”, se pregunta McBride.
Según Cynthia Sanborn las empresas chinas buscan lo mismo que todas las empresas en estos sectores: buenos proyectos, recursos naturales de calidad, con costos de extracción bajos y en entornos sociales y políticos relativamente estables.
“Adicionalmente, el Estado chino (dueño de la mayoría de estas empresas y acreedor de todas) tiene interés estratégico en acceso a estos recursos para ayudar al desarrollo de su enorme economía, y diversificar su presencia en el mundo. Esto, a su vez, lo lleva a ayudar a sus empresas a ser más competitivas y también a cumplir con estándares globales para la industria”, manifiesta.
De similar opinión es José de Echave, exviceministro de Gestión Ambiental e investigador de CooperAcción, para quien hoy por hoy China se ha consolidado como uno de los principales jugadores en la minería peruana a nivel global.
“Si uno ve la cartera de inversiones chinas, aparece como el país que tiene el mayor porcentaje de nuevos proyectos de inversión. Además de ello, la mayoría de empresas chinas del sector son públicas y responden a una estrategia del Estado chino, a diferencia de lo que puede ocurrir con cualquier empresa minera occidental que responde a sus propias estrategias. Detrás de una inversión china hay una estrategia como país”, sentencia.
China busca asegurar los recursos necesarios para sostener sus grandes proyectos de infraestructura y urbanización. Y en ese proceso, parece que no dejará piedra sin levantar.