Quienes son diagnosticados con Asperger tienen una discapacidad social que los lleva a procesar la información de su entorno de forma literal. Su coeficiente intelectual es desarrollado, por lo que suelen captar detalles que el resto de las personas no perciben.
El 18 de febrero se conmemoró el Día Internacional del Síndrome de Asperger. Una condición descubierta en el año 1944, que no tiene cura pero que puede controlarse con una dieta especial y asegurarse mayor bienestar en el paciente.
Quienes son diagnosticados con Asperger tienen una discapacidad social que los lleva a procesar la información de su entorno de forma literal. Su coeficiente intelectual es desarrollado, por lo que suelen captar detalles que el resto de las personas no perciben.
Una manera para controlar el comportamiento y los trastornos gastrointestinales en el paciente es manteniendo una dieta libre de gluten, azúcares, cereales y caseína, ya que presentan dificultades al metabolizar estas proteínas, que al ser mal procesadas liberan un tóxico que afecta directamente el funcionamiento cerebral.
Una dieta orgánica basada en vegetales, proteínas animales y frutas mejora el bienestar y calidad de vida tanto del paciente como de sus familiares y amigos.
Se debe mantener la alimentación básica formada por los tres grupos alimenticios:
- Proteínas como la leche de almendras o coco, carnes, pescados pequeños, embutidos y jamones libres de gluten.
- Grasas provenientes de alimentos vegetales como el aguacate y aceites de oliva, girasol o coco. Adiós a las grasas trans como la margarina.
- Carbohidratos obtenidos de las frutas, auyama, zanahoria, plátano, granos remolacha, papas, yuca y pseudocereales como el amaranto, quínoa y chía.
* Nota El Estímulo
