Los extremistas remataron a los policías con tiros de gracia, les rociaron gasolina y los incineraron, denunció el gobierno que calificó la acción como violatoria de los derechos humanos.

Bogotá. Tres policías murieron el lunes en un ataque de rebeldes izquierdistas que activaron un campo minado en una carretera del noreste de Colombia, en la frontera con Venezuela, en la más reciente acción contra las Fuerzas Armadas en medio de una escalada de violencia de la guerrilla.

La Dirección General de la Policía informó que el ataque de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) se produjo en una zona rural del municipio de Tibú, en el departamento de Norte de Santander.

Los rebeldes hicieron estallar cargas explosivas al paso de las motocicletas en las que se desplazaban los policías causando la muerte a tres efectivos, mientras que dos más fueron reportados como desaparecidos.

El ataque hace parte de una ofensiva de la guerrilla que en menos de dos semanas ha dejado casi 60 muertos entre efectivos de las Fuerzas Armadas e insurgentes.

La mayoría de víctimas de los ataques de las Farc y del más pequeño Ejército de Liberación Nacional (ELN) han sido miembros de la Policía Nacional.

Hace casi dos semanas, 14 policías murieron en un ataque de las Farc cerca al municipio de Doncello, en el selvático departamento del Caquetá.

En ese ataque los guerrilleros remataron a los policías con tiros de gracia, les rociaron gasolina y los incineraron, denunció el gobierno que calificó la acción como violatoria de los derechos humanos.

De acuerdo con el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, con la escalada de ataques la guerrilla busca fortalecer su posición para un eventual diálogo de paz con el gobierno.

Las Farc y el ELN fueron debilitados militar y políticamente durante el gobierno del ex presidente Alvaro Uribe, quien lideró una ofensiva apoyada por Estados Unidos.

El presidente Juan Manuel Santos prometió continuar la ofensiva, pero la reciente escalada de la violencia ha obligado al gobierno y a los altos mandos militares a replantear la estrategia en la lucha contra la guerrilla que, de acuerdo con analistas, estaría recuperando su capacidad de comando, control y comunicaciones para realizar acciones de gran magnitud.