El hallazgo ocurrió en Ixtlahuácal de los Membrillos, un pequeño municipio entre Guadalajara, la capital del estado y la segunda más poblada de México, y Chapala, cerca de la frontera con el estado de Michoacán, dijeron autoridades.
México DF. Los restos mutilados de 18 personas fueron localizados el miércoles en una carretera del occidental estado de Jalisco, en México, que durante años estuvo a salvo de la ola de violencia del narcotráfico pero en los últimos meses ha registrado ajustes de cuentas entre bandas rivales.
El hallazgo ocurrió en Ixtlahuácal de los Membrillos, un pequeño municipio entre Guadalajara, la capital del estado y la segunda más poblada de México, y Chapala, cerca de la frontera con el estado de Michoacán, dijeron autoridades.
El procurador (fiscal) de Jalisco, Tomás Coronado, dijo más temprano que la estimación preliminar era de 15 personas asesinadas, pero que la cifra oficial sería informada más adelante.
Posteriormente, un boletín de la procuraduría precisó que se hallaron en total 18 cabezas al interior de dos vehículos.
"En el vehículo Ford Ecosport estaban siete de las cabezas humanas, además de piernas, brazos y otras partes de cadáveres; en tanto, en el auto Toyota Sienna, se localizaron 11 cabezas así como cuerpos decapitados, troncos y extremidades", indicó el boletín.
Un policía local aseguró que junto a los cadáveres encontrados fue localizado un mensaje atribuido al sanguinario cártel de los Zetas, que desde hace poco está incursionando en el estado, tradicionalmente territorio del cártel de Sinaloa, que lidera Joaquín "el Chapo" Guzmán.
"Por las huellas de violencia no se pudo apreciar si eran hombres o mujeres. Unos tenían más tiempo de muertos (que otros) y todos estaban mutilados y decapitados", señaló el policía.
"Ixtlahuácal de los Membrillos es un lugar que han agarrado como tiradero (de cadáveres)", agregó.
México vive una etapa de violencia extrema mientras grupos de narcotraficantes se disputan rutas para el trasiego de droga, al tiempo que mantienen aterrorizados a pueblos enteros con extorsiones y secuestros.
Más de 50,000 personas han sido asesinadas desde diciembre del 2006, cuando el presidente Felipe Calderón asumió y lanzó operativos frontales contra los cárteles de la droga.
Varios líderes de cárteles han muerto o han sido detenidos en medio de esa campaña, pero la violencia no cesa y no hay signos de que grandes cárteles como los Zetas o Sinaloa estén debilitándose, según observadores.