El presidente Evo Morales acusó a los marchistas de buscar el fracaso de las inéditas elecciones judiciales del 16 de octubre, ya que la marcha se encuentra a más 250 kilómetros al norte de La Paz y pretende llegar a la sede de gobierno cuatro días antes del proceso eleccionario.
La Paz. Indígenas amazónicos bolivianos reanudaron este sábado tras una dura represión su marcha de protesta contra la construcción de una carretera en plena selva financiada por Brasil, en medio de acusaciones y críticas del gobierno.
El presidente Evo Morales acusó a los marchistas de buscar el fracaso de las inéditas elecciones judiciales del 16 de octubre, ya que la marcha se encuentra a más 250 kilómetros al norte de La Paz y pretende llegar a la sede de gobierno cuatro días antes del proceso eleccionario.
"Hemos reiniciado la marcha y nuestra intención no es la de enfrentarnos con nadie. Lo que debe hacer el gobierno en vez de acusar a los indígenas es resolver de una vez este problema de la carretera", dijo a medios locales Adolfo Chávez, presidente de la Central Indígena del Oriente Boliviano y ex aliado de Morales.
Aunque relativamente pocos en número frente a las etnias aymaras y quechuas del occidente andino que respaldan masivamente a Morales, los amazónicos que iniciaron la marcha el 15 de agosto desde la ciudad oriental de Trinidad son respaldados por sectores que cuestionan el discurso ecologista del gobierno.
El sector movilizado rechaza la construcción de una carretera que atravesaría el Territorio Indígena y Parque Nacional Isidoro Sécure (Tipnis) en el centro de Bolivia.
Morales intentó nueve veces dialogar con los marchistas enviando más de una decena de sus ministros en diferentes regiones a lo largo del trayecto, que de llegar a La Paz completaría un recorrido de 602 kilómetros. Sin embargo, ningún intento logró frenar la marcha.
Los días pasaron y, con la imposibilidad de entablar un diálogo, la intervención policial de la protesta el domingo en la región de Yucumo -unos 300 kilómetros al norte de La Paz- generó la molestia de diferentes sectores, que con movilizaciones callejeras pidieron que Morales deje que la marcha prosiga.
El presidente izquierdista declaró no haber dado la orden para que la protesta fuera reprimida violentamente, pidió disculpas y anunció la suspensión temporal del proyecto.
En una concentración con productores de coca del departamento de Cochabamba este sábado, Morales -antiguo líder de los cocaleros- ratificó que no construirá la carretera mientras no se realice una consulta a las regiones indígenas afectadas, tal como establece la Constitución boliviana.
"Continuaremos la marcha rumbo a La Paz, pero que sepa el Gobierno que las heridas que ha dejado esta intervención policial todavía están abiertas", dijo el dirigente indígena Rafael Quispe.
Morales, de la etnia aymara del occidente andino y quien lleva más de un año y medio de su segundo mandato quinquenal, había enfrentado dura oposición de sectores conservadores pero no de los pueblos "originarios" a los que dice representar.
Tras la intervención policial a los indígenas, el gobierno izquierdista atravesó por una crisis interna que provocó la renuncia de dos ministros del gabinete político.