Tras anunciar acciones ejecutivas unilaterales que evitarán la deportación de unos cinco millones de personas durante los próximos tres años, el presidente insistió en que sigue siendo necesario un marco legislativo aprobado por el Congreso.
Washington. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió la noche de este jueves un debate sobre el sistema migratorio del país "centrado en las esperanzas y no en los miedos" del pueblo estadounidense para lograr una solución integral y permanente.
Tras anunciar acciones ejecutivas unilaterales que evitarán la deportación de unos cinco millones de personas durante los próximos tres años, el presidente insistió en que sigue siendo necesario un marco legislativo aprobado por el Congreso.
"Quiero -reiteró- trabajar con ambos partidos para aprobar una solución legislativa más permanente. Y el día que firme ese proyecto de ley en ley, las acciones que hoy tomo ya no serán necesarias".
Obama citó a su predecesor, el republicano George W. Bush, para reconocer el papel de los inmigrantes en el país asegurando que "son parte de la vida estadounidense", con la intención de amortiguar las fuertes críticas que le han llovido por parte de los conservadores.
"Como una vez mi predecesor, el presidente Bush, dijo: Son parte de la vida estadounidense", afirmó el mandatario en su alocución desde la Casa Blanca.
"Ahora aquí está la cosa. Esperamos que la gente que vive en este país siga las reglas. Esperamos que los que cruzan la línea no sean recompensados injustamente", aseveró el presidente, al insistir en que sus medidas no supondrán una "amnistía" para todos los indocumentados.
Obama reiteró que sigue creyendo en que "la mejor manera de resolver este problema es mediante el trabajo conjunto y aprobar un tipo de ley de sentido común".
"Pero hasta que eso ocurra -puntualizó-, hay acciones que tengo la autoridad legal de tomar como Presidente, el mismo tipo de medidas adoptadas por presidentes demócratas y republicanos antes que yo, y que ayudarán a que nuestro sistema de inmigración sea más legal y más justo".
El mandatario aseguró comprender las preocupaciones de los más escépticos sobre su decisión, pero apeló a la historia de inmigrantes que vertebra al país y a sus valores.
"¿Somos una nación que tolera la hipocresía de un sistema en el que los trabajadores que recogen nuestra fruta y hacen nuestras camas nunca tengan la oportunidad de estar de acuerdo a la ley?", se preguntó.
"¿O somos -prosiguió- una nación que les da la oportunidad de hacer las paces, asumir sus responsabilidades, y dar un futuro mejor a sus hijos?".
Las acciones ejecutivas anunciadas la noche de este jueves evitarán la deportación de unos 5 millones de inmigrantes indocumentados durante tres años.
El grueso de esa cifra serán padres cuyos hijos sean ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes, que demuestren que llevan en el país desde antes del 1 de enero de 2010 y que carezcan de antecedentes criminales.
Por otra parte, el Departamento de Seguridad Nacional elaborará una nueva guía de acción para que la política de deportaciones se centre en criminales, en personas con delitos vinculados a la seguridad nacional y en quienes cruzaron la frontera desde el 1 de enero pasado.