Descansar a finales de septiembre podría salirle más barato que si lo hace a mitad de año. Aprenda a redistribuir los gastos en este período para sacarle provecho económico.
Las vacaciones son por lo general vistas como una fuente de altos gastos, derroches y, en consecuencia, de problemas financieros. Sin embargo, es posible disfrutar del descanso sin sufrir financieramente, tan sólo se requiere ir contra lo corriente y ser inteligente con algunos de los costos más importantes del viaje, como tiquetes y hospedaje. Incluso se puede usar este periodo para reestructurar los gastos habituales y así producir un ahorro.
Por esto, en Pelaos le damos una serie de recomendaciones a tener en cuenta para costear de manera sostenible el descanso y sacarle provecho financiero: ya sea para ahorrar o para tener más dinero para pasarla mejor.
Tenga en cuenta
Si es trabajador dependiente (con contrato a término fijo o indefinido) debe tener en cuenta algunos puntos a la hora de planear sus vacaciones. Por ejemplo, debe pedirlas por los días hábiles que estará por fuera de la oficina, por lo que si es inteligente, cinco días de licencia podrían convertirse en 10 días totales de descanso (tomando un festivo que coincida, por ejemplo).
Asimismo, la empresa le va a adelantar parte de su próximo pago equivalente a los días que permanezca en vacaciones. Entonces, si se toma cinco días de licencia le adelantarían cerca del 20% de su sueldo. En consecuencia, el mes siguiente le pagarán 20% menos. Debe tener esto claro para no hacer cuentas alegres con su viaje. En lo posible, no gaste este dinero, solo téngalo para contingencias.
El presupuesto
Un presupuesto relativamente bueno para vacaciones puede equivaler a 80% del sueldo de un trabajador, el cual puede financiarse de varias formas. Es claro que la prima es un insumo fundamental que, si está disponible, puede usarse para costear el viaje. De esta manera ya tendrá 50% de un salario para irse de vacaciones. Sin embargo, lo ideal es que los periodos de descanso se planeen con anticipación, ahorrando 10% de los ingresos mensuales hasta llegar a la meta (alcanzándola en tres meses si se cuenta con la prima).
Y aunque es una opción que se debe evitar, también se puede buscar financiamiento, pero nunca con tarjetas de crédito sino con un crédito de libre inversión. Así se pagarán intereses muchos más bajos y se podrán fijar las cuotas para que represente el 10% del salario mensual, con las cuales se saldrá del crédito en ocho meses.
Los mejores meses para viajar
Dado que las empresas pagan la prima antes del 30 de junio, que coincide con las vacaciones escolares, es tentador planear el descanso en julio. Sin embargo, este mes (así como diciembre) es reconocido a nivel mundial por ser uno de los más caros en cuanto a tiquetes aéreos. En cambio, febrero, mayo, y sobre todo octubre, son los meses en los cuales se suelen encontrar los mejores precios.
Sin embargo, para el caso colombiano, octubre no es igual de barato todo el mes, por cuenta de la semana de receso escolar. Por lo que en realidad los mejores precios en esta temporada serían a finales de septiembre o la última semana de octubre. Y noviembre es también funcional para las semanas en las que no hay festivos.
El ahorro puede ser de más del 30%: una simple investigación en portales como Kayak (un buscador de buscadores de tiquetes y hospedaje) revela que los tiquetes más baratos (en aerolíneas de bajo costo) que se encuentran, por ejemplo, de Bogotá a Miami para comienzos de julio cuestan más de US$445. Pero si cambiamos la fecha para finales de septiembre, el precio baja hasta US$322. Y la misma proporción se mantiene para destinos nacionales, de la región o de otros continentes.
Como una recomendación adicional para buscar tiquetes baratos, es bueno hacer la investigación por internet por medio de la opción de modo incógnito del navegador: con tan sólo señalar un anuncio de tiquete o dar scroll se puede estar subiendo la demanda y el precio puede subir. Pero gracias al modo incógnito se evita que los portales puedan seguir el rastro de la demanda potencial y de esta manera es más probable mantener la tarifa.
El hospedaje
Las tarifas de los hoteles también suelen subir o bajar dependiendo de las temporadas, en meses similares a los tiquetes, pero en este caso no es tan grave debido a que hay más alternativas.
Si lo que busca es ahorrar, puede considerar las opciones de alojamiento que brindan plataformas como Airbnb y Booking: puede alquilar una habitación compartida o arrendar un apartamento con varios amigos. En destinos muy turísticos, como Cartagena, se pueden conseguir tarifas de alojamiento por hasta $25.000 la noche, que puede llegar a ser más de la mitad del precio de una habitación en un hotel modesto.
Ahorrando vacacionando
Los ingresos de una persona común se pueden repartir de la siguiente forma: el 30% debería ir para el arriendo, el 25% para el mercado, el 10% a servicios públicos, otro 10% para gastos como el celular e internet, 15% para manutención (transporte, refrigerios, almuerzos, etc.) y 10% para el ahorro (es lo ideal). Sin embargo, durante las vacaciones esta distribución de gastos cambia y, de hecho, se podría lograr un ahorro.
Los servicios públicos, el mercado y la manutención son gastos que dependen en gran parte del consumo del usuario, y debido a que éste se ausenta durante las vacaciones los costos deberían bajar de forma equivalente.
De manera que si suponemos que la persona pasa 10 días de vacaciones, se consume un tercio menos de mercado, de servicios públicos y de manutención. Llevando a una reducción de gastos de más del 16%, y si le sumamos el 10% que ya se guardaba se completa un ahorro total de más del 26% durante el mes que se descansa.
El ahorro se produce de cualquier forma, pero al ser conscientes de este fenómeno se pueden tomar decisiones estratégicas. Por ejemplo, ya que se sabe que durante el periodo de descanso habrá un ahorro de más del 26%, se concluye que con la prima ya es prácticamente suficiente para alcanzar el presupuesto de las vacaciones (el 80% del salario).
Por esto es clave tener clara la redistribución de los gastos, la que aplica cada uno, para así poder sacarle el máximo provecho al periodo de descanso.
FOTO: PEXELS.COM