Mantener activo el cerebro ayuda a prevenir enfermedades como el Alzheimer, la demencia senil y la pérdida de capacidades cognitivas que pueden presentarse a partir de los 50 años.
Tal como ir al gimnasio para mantener el estado físico, la memoria es una capacidad que debe mantenerse activa. La tecnología en la vida moderna no aporta mucho a eso, ya que todo lo que requiere uso mental está mediatizado.
¿Es capaz de sentarse y escribir -por ejemplo- diez números telefónicos de sus más conocidos, sin consultar el celular o la computadora? Es un buen indicador para analizar la situación real en este tema.
La falta de memoria es un problema que puede causar alarma. Por eso es que con ejercicios es posible evitar que el "disco duro" personal comience a borrarse por completo.
¿Cuál es la clave? Sin duda, ejercitar el cerebro, porque -como cualquier otro músculo- si no se entrena se “oxida”.
Actualmente esto es un verdadero reto, porque se cuenta con variadas y entretenidas máquinas que hacen casi todos los trabajos mentales. Sin embargo, esa situación cómoda puede pasar una cuenta de cobro más adelante.
El ejercitar la memoria ayuda a prevenir enfermedades como el Alzheimer, la demencia senil y la pérdida de capacidades cognitivas que pueden presentarse a partir de los 50 años. En Europa este tema está siendo abordado desde hace tiempo. De hecho, en Francia se inauguró recientemente The Learning Club, el primer gimnasio para ejercitar la memoria.
Tal como en un gimnasio, en este lugar se desarrollan diversas rutinas: eso sí, en vez de ser físicas son mentales. Entre otras, se aprenden listas de palabras, se recitan poemas enteros y se memorizan recetas cada semana.
La complejidad de las actividades aumenta en forma progresiva. El éxito de un lugar así, es que las personas se mantienen motivadas porque tienen que enfrentarse a un grupo y decir enfrente de mucha gente, lo que han aprendido de memoria.
Un peligro de hacer lo básico y lo mismo mentalmente como una rutina es que no se crean nuevas conexiones neuronales entre las células cerebrales. Por eso, es importante retarlo, sacarlo de sus esquemas y plantearle nuevas tareas.
Algunos ejemplos:
1. Juegos para la memoria. Aquí entran dinámicaas como el sudoku, el ajedrez, el busca minas, los anagramas, leer con velocidad, el hacer crucigramas, etc. También hay juegos de mesa que involucran preguntas y respuestas que son entretenidos y son excelentes para memorizar datos.
2. Ejercicios de entrenamiento que involucren memorizar. Recordar cualquier lista o esquema, visualizar (por ejemplo si quieres acordarte del nombre de una persona visualiza cómo es, qué hace, qué ropa tenía cuando la viste, etc.), razonar (entender algo mediante asociación de ideas) y resolver problemas de lógica.
3. Saltar de la comodidad y realizar tareas complejas. Por ejemplo, preparar los impuestos, leer un libro sobre cómo abrir una nueva empresa y sigue las instrucciones paso por paso, arma un mueble. Así estarás forzando a tu cerebro a prestar mucha atención y a comprender, lo cual constituye un excelente entrenamiento.
4. Leer y contra historias. El leer exige poner toda la atención y más cuando hay que contarle la historia a otras personas.
5. Aprender otro idioma. El hablar más de un idioma reta al cerebro constantemente, sobretodo cuando hay que traducir o explicar lo que significa una palabra en otro idioma.
6. Hacer ejercicio regularmente. La frase cliché de “mente sana en cuerpo sano” es totalmente cierta. Lo que es bueno para el cuerpo, es bueno para el cerebro. El sedentarismo contribuye a que se desarrollen condiciones como la hipertensión, que afecta la memoria.
7. Evitar muchas horas frente al televisor. Mientras más tiempo se dedica a actividades que no retan al cerebro, más posibilidades hay de perder la memoria. La curiosidad es un gran aliado cerebral.
