Este mes fue clave para la equidad de género dentro de la meca de la tecnología mundial. ¿Por qué? Por el histórico juicio de la actual CEO de la empresa Reddit, Ellen Pao, contra sus antiguos empleadores de Kleiner Perkins Caufield & Beyers.
Pao, quien presentó inicialmente esta demanda en 2012, acusó a su antigua compañía de negarle ascensos dentro de la firma de financiamiento de startups, a pesar de contar con dos grados académicos en Harvard y tener la misma experiencia que sus pares masculinos que sí habían conseguido ser promovidos.
Junto a estas acusaciones, la actual CEO de Reddit aseguró, además, que sufría constantemente acoso por parte de otros ejecutivos de la firma, de exclusión de reuniones solamente por ser mujer -por la posibilidad de que "arruinara el ambiente" de juerga de sus pares-, y que era vista como una empleada "conflictiva" por tener una actitud agresiva y ambiciosa similar a la de sus compañeros del sexo opuesto.
Estas acusaciones pueden sonar como una base fuerte para presentar una demanda de discriminación, sin embargo, no tuvo resultados positivos. Tras más de tres años de juicio, finalmente un jurado estadounidense desestimó las acusaciones de Pao y falló a favor de Kleiner Perkins Caufield & Beyers.
Por suerte, el tema de fondo no quedó solamente ahí. La acusación de Pao incentivó a muchas otras mujeres a mostrar sus propias experiencias de acoso. Así fue el caso de Chia Hong, que acusó a Facebook de discriminación; Tina Huang, que reveló cómo Twitter le había negado ascensos laborales por ser mujer; y la cofundadora de Tinder, Whitney Wolfe, que aseguró haber sido constantemente acosada por uno de sus compañeros de trabajo sin que la empresa respondiera al respecto. El caso de Pao, junto a estas otras nuevas demandas, revelan una serie de prácticas reales dentro de un área llena de hombres.
Actualmente, en Silicon Valley menos del 10% de los fundadores de empresas de tecnología corresponden al género femenino. Es más, dentro de las compañías más grandes del área, estas cifras se replican dramáticamente.
Por ejemplo, en Google, siete de cada diez de sus más de 48.600 empleados son hombres. Un número que aumenta a nivel de ingenieros y gerentes, donde solamente tres de los top 36 ejecutivos y gerentes era una mujer en 2014.
A estas cifras se suman los números de otros gigantes de la tecnología como Apple y Twitter, donde se reportaron porcentajes similares: una participación de alrededor de 70% masculino y 30% femenino.
Esto nos lleva a preguntarnos: ¿por qué Sillicon Valley sigue siendo un club de Toby? ¿Las acusaciones de Pao, Hong, Huang y Wolfe son realmente aisladas o hay una cultura de discriminación en estas empresas?
Obviamente la respuesta de por qué hay tan baja participación de mujeres en el área de la tecnología todavía no tiene una sola respuesta. En la actualidad, en el ámbito de la tecnología, los hombres ganan un promedio de 24% más que las mujeres, según datos del Bureau of Labor Statistics. Esta diferencia obviamente no es única de Sillicon Valley, ya que pudimos ver un reclamo generalizado durante los premios Oscar por parte de la actriz Patricia Arquette, quien llamó a las mujeres de todo el país a luchar por la igualdad de salarios en igual cargo. No obstante, en un área que se identifica por ser netamente masculina, tener un trabajo igual que tus pares, pero ganar menos, es aún más desmotivante.
En segundo lugar, está la baja presencia de personas del género femenino en cargos directivos. Este hecho puede parecer anecdótico, sin embargo refleja dos realidades: las mujeres en cargos más bajos no suben a nuevos puestos (la maternidad suele agudizar esta brecha), y no existen figuras que promuevan la igualdad de género en las compañías, o simplemente, inspiren a las ejecutivas en cargos menores a mantenerse en una firma.
Finalmente, tampoco existe una real cultura de inclusión y protección contra el acoso para diferentes géneros, identidades sexuales y razas dentro de las empresas de tecnología. No es tema aún. Sin embargo, es obvio que si una compañía no detiene este tipo de casos dentro de sus oficinas, definitivamente desalentará a una mujer a mantenerse en un puesto.
Todos estos puntos, junto al bajo incentivo para mujeres de estudiar carreras relacionadas a la tecnología, sin duda, pueden ser motivos a favor de este robusto Club de Toby. Lo menos malo, no obstante, es que aunque estas primeras demandas por discriminación de género no han tenido un resultado favorable dentro de Silicon Valley, el problema ya ha sido revelado, un paño que cae y que provocará que este sector de la tecnología no pueda seguir cerrando los ojos por mucho más tiempo.