Con un aumento sostenido de su intercambio comercial, ambas naciones buscan nuevas oportunidades para estrechar lazos y profundizar su intercambio comercial, uno con productos frescos y el otro con manufactura de diversa índole. Analizamos cuáles son las perspectivas que prevén los actores de cada lado.
Uno es conocido como la estrella en ascenso de las naciones ASEAN. El otro es señalado como el país estrella de Latinoamérica. Y ambos tienen una estrella solitaria en sus banderas. Pero, más allá de similitudes coyunturales, Chile y Vietnam se han estado acercando progresivamente durante la última década y con buenos resultados para ambos.
La más reciente iniciativa entre ambos países ha sido la exportación de cerezas chilenas a Vietnam. Una fruta premium que en Asia tiene un significado cultural importante, asociado con la prosperidad atribuida al color rojo, y que también es una expresión de cariño para festividades tan relevantes como el año nuevo.
“La apertura del mercado vietnamita marca otro hito importante para nuestra industria, y esperamos que se convierta en un destino de exportación clave a futuro. Para apoyar la entrada de esta fruta a este mercado, hemos desarrollado una campaña promocional integral que anuncia la disponibilidad de cerezas chilenas en todos los segmentos del mercado, con la intención de educar tanto a compradores como a consumidores sobre nuestra oferta”, explicó Ronald Bown, presidente de la Asociación Exportadores de Frutas de Chile (ASOEX) en noviembre pasado cuando estas frutas llegaron por primera vez a las ciudades de Hanoi y Ho Chi Minh.
Y es que, desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio entre ambas naciones, hace justo una década, la baja progresiva de aranceles ha redundado en un aumento de las relaciones comerciales.
En 2020, el comercio bilateral alcanzó los US$1.283 millones, un aumento de 4,4% en comparación con 2019, según datos de la embajada vietnamita en Chile.
“Para Vietnam, Chile es un importante socio en América Latina. Es el cuarto mayor socio después de Brasil, México y Argentina. Pero es el tercer mayor mercado de exportación de Vietnam después de Brasil y México. Y para Vietnam, Chile es una puerta [de ingreso] de los productos vietnamitas en Sudamérica. Esperamos que Vietnam sea puente de los productos chilenos a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN)”, explica a AmericaEconomía Thuy Sai Thi Thu, jefa de la Oficina Comercial de la Embajada de Vietnam en Chile.
En efecto, según las cifras que aportó la embajada de Vietnam en Chile, las exportaciones de Vietnam a Chile alcanzaron US$ 1.018 millones en 2020, un aumento de 8,3% en comparación con en el mismo período del 2019. Y esto, a pesar de la pandemia.
La oficina comercial destaca que algunos productos con buen crecimiento fueron computadores, productos electrónicos y componentes, que aumentaron 60,1%; los productos marinos subieron en 19,7%; el arroz creció un 10%; la madera y subproductos 4,2%; mientras que el rubro de teléfonos móviles y sus componentes aumentó en 8,6%. Algo quizás no imaginable es que la exportación vietnamita hacia Chile de maquinaria, equipos y otras herramientas y repuestos subió a 226,2% en estos dos años.
Los envíos desde Chile a Vietnam, en tanto, alcanzaron en 2020 US$ 265,55 millones, lo que representa una disminución del 8,1% en comparación con 2019. Los productos que más disminuyeron fueron verduras y frutas -29,6%; maderas y sus subproductos -13,9%: y metales comunes (excepto cobre) que bajaron a -79,4%.
Esta diferencia a favor de Vietnam va de la mano con el tipo de producto exportado y también con el hecho de que todavía falta realizar aperturas sanitarias de productos como la carne o leche para que la balanza comercial se estabilice en favor a Chile, explican desde ProChile.
“Anteriormente las relaciones comerciales entre Vietnam y Sudamérica eran modestas, sin embargo, aunque remoto, es un mercado importante para Vietnam en importación y exportación y, por eso, las relaciones comerciales en la región han crecido constantemente”, dijo Le Hoang Tai, vicedirector de la Agencia de Promoción Comercial vietnamita durante un evento de acercamiento empresarial entre Vietnam y Chile, realizado en diciembre pasado.
“Debido a la pandemia, el comercio en general entre Vietnam y Sudamérica ha disminuido ligeramente, en comparación con 2019, sin embargo [destacan] especialmente el envío de hierro y acero a Brasil, la exportación de smartphones y sus componentes a Argentina, y la maquinaria a Chile […] Esperamos poder negociar un TLC con Mercosur; el intercambio comercial con ese bloque crearía muchas condiciones favorables para operaciones logísticas”, expresó Tai.
PROFUNDIZANDO EL TLC
Aunque el Tratado de Libre Comercio entre ambas naciones se firmó en 2011, fue recién en enero de 2014 que entró en vigor. Y a partir de esa fecha el intercambio comercial ha aumentado significativamente.
De acuerdo con datos del Departamento de Aduana de Vietnam, se inició con un intercambio de US$ 540 millones en 2013, hasta llegar a los US$ 1.283,8 millones en 2020, lo que ha significado un incremento del 137,75% en siete años. Y desde este 2021 ingresan nuevos productos como miel, arándanos y flejes de madera (coníferas) con arancel cero, los que se complementarán con uvas frescas, pasas, manzanas frescas, chocolates y galletas dulces en los próximos años, hasta alcanzar 9.000 productos beneficiados por el tratado.
Chile lo sabe y está potenciando fuertemente la oferta en sus oficinas de Vietnam.
“En los últimos años nuestras exportaciones han estado enfocadas en los productos del mar y forestales, que han tenido un incremento en las ventas. Queremos que este intercambio aumente para que así la población local conozca los beneficios de nuestros productos, especialmente en cuanto alimentos, que destacan en otros países asiáticos gracias a su inocuidad y funcionalidad”, dice a AméricaEconomía Pablo Arancibia, representante comercial de ProChile en Vietnam.
Los productos destacados como más promisorios por la agencia chilena hoy son madera aserrada, salmón y trucha, harinas de pescado y crustáceos, aceites de pescado, celulosa y nueces. Siempre con miras a aumentar la diversificación.
“Seguimos trabajando en la apertura del mercado para nuevos productos. El año pasado las cerezas chilenas comenzaron a llegar a este destino y esperamos que la lista siga aumentando”, agrega Arancibia.
ProChile cita numerosas oportunidades que se abren para las exportaciones chilenas a Vietnam. Una de las más destacadas ocurre actualmente por un aumento en la importación de carne de cerdo en Asia oriental, debido a que la fiebre porcina africana sigue afectando negativamente a la producción local.
Otros productos que comienzan a tener una mayor demanda en este destino son los lácteos y sus derivados, además de los cítricos y los arándanos.
“Muchos productos hechos en Vietnam ya están en el mercado chileno. Las empresas vietnamitas también tienen fácil acceso a materiales de buena calidad con precios razonables de Chile, como cobre, madera, celulosa y harina de pescado. [El tratado] ha tenido un muy buen efecto para la apertura de mercados entre los dos países”, recalca la jefa de la Oficina Comercial de la Embajada de Vietnam en Chile.
Sin embargo, para Thuy, la relación económica en general y comercial en particular entre los dos países aún no está a la altura del potencial bilateral.
Aunque la encargada comercial del país asiático considera que los dos países cuentan con suficientes mecanismos y marcos de cooperación para desarrollar las relaciones bilaterales, existe una Comisión de Libre Comercio Vietnam-Chile que se reúne periódicamente para revisar problemas en la implementación del TLC. “Ya se celebró la tercera reunión en Santiago en julio de 2018, y la cuarta reunión está programada para el primer semestre de 2021, en Hanoi”, agrega.
Por lo pronto, la embajada de Vietnam en Chile piensa que aún quedan muchos productos que la nación asiática podría introducir a Chile como equipos de protección médica (mascarillas, ropa protectora), hilados de todo tipo, así como bolsas biodegradables debido a la ley chilena que prohíbe el uso de bolsas plásticas. “Recientemente se autorizó [el ingreso de] pomelo vietnamita a Chile”, señala Thuy. “Además, las empresas vietnamitas necesitan pasar por el mercado chileno para expandir sus mercados a países sudamericanos, a través del marco de cooperación que Chile ha establecido con otros países de la región”, complementa.
En tanto que Chile apuesta por mostrar al consumidor local la oferta chilena exportable, destacando su calidad y los beneficios que aporta a través de distintas actividades en sitios públicos, como supermercados.
“Previo a la llegada de la pandemia estas actividades eran 100% presenciales, como la muestra y cata de vinos, evento que ya es una tradición anual en este destino”, comenta el profesional de ProChile. “Lamentablemente la crisis sanitaria nos obligó a abandonar por un tiempo este tipo de actividades, por lo que empezamos a realizar campañas digitales que nos permitieran seguir apoyando a los exportadores chilenos en la búsqueda de nuevas oportunidades comerciales. De esta forma logramos agendar reuniones y participar en ruedas de negocios, conectando a importadores vietnamitas con nuestros empresarios”, indica.
LA ESTRELLA EN ASCENSO
Mucha de la información global de negocios sugiere que la apuesta chilena por profundizar lazos comerciales con Vietnam iría en la senda correcta.
Junto a China, Vietnam fue uno de los pocos países cuyo PIB creció positivamente en 2021, expandiéndose 2,91% pese a la pandemia. Esto se atribuye a una conjunción de medidas rigurosas de parte del gobierno, que resultó en una bajísima tasa de contagios –hasta enero eran 1.600 casos y 35 muertes− y de no interrupción de su producción industrial.
Hoy, a pesar de que el proceso de vacunación no ha concluido, el país reporta un crecimiento del 4,48% en el primer trimestre de 2021, comparado con el mismo período del año previo.
Bautizada como una estrella en ascenso en Asia, actualmente el PIB de Vietnam es de US$ 270.900 millones, con un PIB per cápita de US$ 2.750 (en 2020). Su inversión extranjera directa (IED) el año pasado llegó a los US$ 28.500 millones. Es el segundo exportador de café del mundo, el tercero en arroz y quinto en té. Es el segundo mayor exportador de cuero y calzado, después de China, y el tercero en textiles y confecciones.
También es un activo exportador teléfonos móviles, computadores, maquinaria, herramientas y repuestos; acero, plásticos y sus derivados, además de equipos de protección personal y médica.
Actualmente, el país tiene 17 TLC con el resto del mundo, de los cuales, 13 están en vigencia; dos firmados y esperando aplicarse, y tiene dos que aún se encuentran en negociaciones.
Pero es solo el comienzo, porque las metas del XIII Congreso del Partido Comunista de Vietnam este año dejaron en claro que el país quiere alcanzar el desarrollo hacia 2045, basado en la industrialización y el aumento del ingreso de sus ciudadanos.
En la primera etapa, definida hasta el 2025, Vietnam apunta a crecer a una tasa de entre 6,5% y 7% por año, pasar de un PIB per cápita de US$ 4.700 a US$ 5.000, apostando, además, por elevar su tasa de productividad en 6,5% cada año, aumentando la proporción de industrias de procesamiento y fabricación en el PIB de 25% o más, y con un 20% de digitalización de su economía.
Todo eso, mientras se mantiene competitiva con importantes incentivos como mano de obra calificada a precio competitivo.
“Muchas economías, incluyendo a China, han buscado países para producir bienes a un menor costo y Vietnam se beneficia de eso”, dice a AméricaEconomia Michael Taylor, director gerente de Moody’s Investors Service y chief credit officer de Moody’s para la región de Asia Pacífico.
A esto hay que sumar el factor que tuvo la Guerra comercial de China y Estados Unidos, que redundó en un aumento de las tarifas a productos chinos.
“Esas tarifas no se aplicaron a otros países de Asia, incluyendo a Vietnam, así que vimos una transferencia de capacidades desde China hacia Vietnam […] Y luego está el impacto del coronavirus y lo que esto significó es que las empresas [de todo el mundo] se han enfocado crecientemente en la seguridad de sus cadenas de suministro”, agrega Taylor.
“Si juntas estas tres cosas, refuerza el crecimiento económico de Vietnam”, explica el director de Moody’s Investors Service.
Otro factor destacable es el crecimiento de la clase media en muchos países de Asia. Especialmente del bloque ASEAN. Para Taylor, esta nueva clase media de naciones como Vietnam, Malasia y Tailandia será uno de los principales motores del consumo global en las próximas décadas.
“Vietnam actualmente experimenta avances en cuanto a poder adquisitivo de la población, hábitos de consumo y crecimiento en el número de habitantes”, coincide Pablo Arancibia, representante comercial de ProChile en Vietnam. “Es el tercer mercado más grande de ASEAN, presentando un importante ritmo de crecimiento en los últimos 20 años. Actualmente el 70% de su población se encuentra en una edad laboral y se estima que un 25% pertenece a la clase media alta. Los estudios de mercado demuestran que este destino presenta una clara tendencia a la occidentalización en cuanto a hábitos de consumo, prefiriendo productos importados. Este comportamiento se ve principalmente en las grandes ciudades como Ho Chi Minh, Ha Noi, Hai Phong, Da Nang, Nha Trang y Vung Tau”, precisa el chileno.
Arancibia también destaca el crecimiento acelerado del e-commerce y de los canales modernos de distribución, como hipermercados, supermercados y tiendas de conveniencia. A eso se suma que las distancias son relativamente cortas dentro del bloque ASEAN, lo que propicia que Vietnam sea una base de operaciones suficientemente estratégica como para que Chile invierta en tener presencia en el país comunista.
Por lo pronto, el país latinoamericano está pensando ya en trabajar en la modificación de los términos arancelarios fijados en el Tratado de Libre Comercio, ya que los actuales estarían obsoletos “si los comparamos con los tratados más actuales de nuestra competencia en el mercado […] Por otra parte, es necesario acelerar el proceso de negociación para la apertura de nuevos productos con alto potencial como las carnes, lácteos y derivados, cítricos y arándanos”, concluye Arancibia.