Una de las bandas de definió el sonido de la década de los '90 lleva ya separada una década luego de la última pelea entre los hermanos Gallagher.
Parc de Saint-Cloud, París, 28 de agosto de 2009. Oasis es la banda encargada de cerrar el primer día del festival Rock en Seine. En el escenario principal, Vampire Weekend acaba de terminar su show. Es el momento de Oasis. Los más de 30 mil espectadores que llenaron el aforo para ver a la banda de Manchester toman los primeros minutos de retraso como otro gesto rockstar made in Oasis. Después, todavía sobre el escenario vacío, llega el anuncio oficial de la organización: “Liam y Noel se han peleado en los camerinos. El grupo ya no existe. No tocará esta noche y anula el resto de su gira europea”. Fin. Madness, la banda londinense ochentosa que había tocado esa misma tarde en uno de los escenarios secundarios del festival, se encargaría de llenar el vacío dejado por los hermanos Gallagher. Más tarde, en la página web de la banda, Noel expresará: “No podría seguir trabajando con Liam un solo día más”.
El hecho ocurrido en el backstage del Rock en Seine –después de una fuerte discusión, Liam habría usado la guitarra de Noel como una suerte de espada, aunque nunca sabremos exactamente qué se dijeron– fue el último de una larga serie. En 1994, durante la primera gira de la banda por Estados Unidos, Noel abandonó el grupo después de un paupérrimo show en Los Ángeles durante el cual Liam cantó hasta el cuello de metanfetaminas. Esa vez, sin embargo, Noel volvería dos días más tarde con la balada Talk Tonight bajo el brazo. En 1995, la banda estaba en un estudio de grabación en Gales, cuando Noel decidió darle un tatequieto a su hermano valiéndose de un palo de críquet. Volvieron a amigarse una semana después y terminaron de grabar su mejor disco: (What’s the Story) Morning Glory?. En 1996, el MTV Unplugged de Oasis se vio empañado por la ausencia de Liam, sentado en el palco, porque le dolía la garganta. Aquella vez descubrimos, con sorpresa, lo bien que podía sonar Wonderwall en la voz de Noel. Y la lista sigue: piña en la boca de Noel a Liam (Barcelona, 2000), Liam deja el escenario en mitad del concierto (Tokio, 2002), Liam pierde los dientes tras una pelea con un grupo de italianos en un pub (Alemania, 2002). Oasis siguió adelante a pesar de todo. El caos iba siempre acompañado de la inspiración, casi como dos caras de una misma moneda. Hasta la noche en Parc de Saint-Cloud.
La dinámica simbiótica de amor-odio que mantuvo unidos a los hermanos Gallagher fue la misma que terminaría separándolos, y también existió hacia afuera –enemigos declarados: Blur, Phil Collins, Robbie Williams–, pero se vuelve meramente anecdótica cuando nos centramos en lo estrictamente musical. Los tres primeros discos de Oasis, sus discos de lo años de 1990, son fundamentales para entender aquella década musical: Definitely Maybe (1994), (What's the Story) Morning Glory? (1995) y Be Here Now (1997). Esos tres bastan para justificar toda una carrera. Incluyen hits noventeros que difícilmente falten en cualquier lista de la época: Live Forever, Supersonic, Don't Look Back in Anger, Some Might Say, Stand By Me, Don't Go Away, por mencionar solo un puñado de los más evidentes. Hasta no hace mucho, dos de cada tres bandas de covers versionaban Wonderwall.
Oasis fue –junto a Blur, mal que les pese a los puristas– la punta de lanza de un movimiento musical que volvió a posicionar a la música popular británica en el mapa global –eso que la prensa decidió etiquetar como britpop– en tiempos donde lo que mandaba era el rock alternativo estadounidense –eso otro que la prensa decidió etiquetar como grunge–, capitaneado por Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden y Red Hot Chili Peppers. Aquella fue la última vez en que el rock generó movimientos masivos entre el público juvenil, antes de ceder su lugar de privilegio a otros géneros. Y Oasis, con aquella performance roquera que bordeaba el cliché, con una serie de canciones que a veces casi plagiaban a los Beatles, con el típico dúo conformado por el compositor virtuoso (Noel) y el frontman díscolo (Liam), fue una de esas bandas de rock como ya no existen.
Diez años después, el mundo y la música cambiaron bastante. Liam, que en su momento comparó a Chris Martin con “un profesor de geografía”, terminó hace poco tocando junto a Coldplay; Noel, que en los 90 deseó la muerte a los miembros de Blur, en especial a Damon Albarn, participó en el último disco de Gorillaz, la otra banda de Albarn. Y el Manchester City, el equipo “pobre” de la ciudad, del que los Gallagher son hinchas fanáticos, es hoy uno de los clubes más poderosos del mundo.
10 años sin mirar al pasado
Desde hace una década el público viene preguntándose cuándo volverá Oasis. Es la versión anglosajona del “solo te pido que se vuelvan a juntar” que clama por la reunión imposible de los Redondos. Hasta ahora todo indica que nunca ocurrirá. Lo más cerca que estuvieron los hermanos Gallagher fue en el documental Supersonic (2016, Mat Whitecross). Incluso han tocado en Uruguay, ambos en el Teatro de Verano pero con años de diferencia: Liam lo hizo en 2011 con Beady Eye –su ya extinta banda pos-Oasis– y Noel en 2016 con sus High Flying Birds. El mes pasado, durante un concierto de Foo Fighters, Dave Grohl propuso firmar una petición online para que Oasis vuelva a tocar. Noel, poco después, también en vivo, respondió invitando a firmar para que Foo Fighers deje de tocar. Así están las cosas.
Durante este tiempo han pasado también varios discos. Con Beady Eye, Liam publicó dos: Different Gear, Still Speeding (2011) y BE (2013). Era como escuchar los últimos discos de Oasis –casi la misma formación– pero sin Noel. Y fue bueno mientras duró: The Roller es un hit marca de la casa y Start Anew probablemente sea una de sus mejores baladas. Noel, por su parte, lleva tres álbumes editados al frente de los High Flying Birds: Noel Gallagher’s High Flying Birds (2011), Chasing Yesterday (2015) y Who Built the Moon? (2017). Y, a diferencia de su hermano, ha tratado de marcar un quiebre con respecto a su etapa anterior, encontrando un sonido muy definido ya en los dos primeros álbumes, con joyas como If I Had a Gun… o You Know We Can’t Go Back.
As You Were (2017) y Why Me? Why Not. (2019) son los dos álbumes solistas de Liam: suenan como un mix del propio Liam reinterpretando a Oasis y a John Lennon al mismo tiempo. Y el resultado, en ambos casos, es insólitamente bueno. Digamos solamente que el inicio de For What It’s Worth, uno de los mejores, bien podría ser el de How Do You Sleep? y que el estribillo recuerda a Mind Games. Y en One of Us, el más reciente sencillo de Why Me? Why Not., editado el mes pasado, el mensaje del hermano menor es claro: “Come on, I know you want more/ Come on, and open your door/ After it all you'll find out/ You were always one of us/ Act like you don't remember/ You said we'd live forever/ Who do you think you're kiddin'?/ You were only one of us/ In time”.