Antes de escribir, asigne suficiente tiempo para pensar cada respuesta. Es importante tener absolutamente claro qué es lo que se nos está preguntando, de esta forma sabremos qué estructura darle al ensayo.
“Verse como uno realmente es puede ser aterrador”, dice Énguivuck, un personaje de La Historia Interminable. Y eso es precisamente lo que se requiere para escribir un buen ensayo de admisión. Ahí está el desafío: ser capaz de ver nuestras destrezas y debilidades, describirlas y salir indemne en el intento.
Las escuelas de negocios suelen pedir entre dos y cinco ensayos para postular a un MBA y lo bueno para el postulante es que los tópicos son recurrentes, como “¿por qué quieres hacer un MBA en esta escuela?” o “¿en qué situación demostraste tus habilidades de líder”. Escribir un ensayo es la oportunidad de mostrar ante los evaluadores quién es el candidato. Y entender el perfil de la escuela es el quid de la cuestión. Lo principal es contar por qué se está interesado en ese MBA y por qué los atributos del candidato serán un aporte al programa.
Por tratarse de un requisito que no puede tomarse a la ligera, las siguientes son las principales recomendaciones para desarrollar cada ensayo:
1. Tenga claro por qué quieres estudiar ese específico MBA: se debe conocer qué ofrece exactamente el programa para argumentar. La idea es no cometer el clásico error de nombrar aspectos que no aborda el plan de estudios. “Muestra que has tomado el tiempo de conocer el MBA escribiendo específicamente por qué estás postulando a esta escuela”, dice Allison Jamison, directora de Admisión del MBA full time de FUQUA. “Además, escribe cada ensayo individualmente en vez de enviar el mismo a todas las escuelas a las que postulas, ya que los equipos de admisión reconocen esto fácilmente”, agrega Jamison.
2. Analice con precisión las preguntas: antes de escribir, asigne suficiente tiempo para pensar cada respuesta. Es importante tener absolutamente claro qué es lo que se nos está preguntando, de esta forma sabremos qué estructura darle al ensayo.
3. Escriba un resumen y un primer borrador de lo que se va a decir: El brainstorming es un paso necesario, pues permite trazar líneas generales e ideas de lo que se quiere expresar. Facilita las cosas al no tener las limitaciones de los pasos siguientes.
4. Organice la información: tomar la información surgida vía brainstorming y ordenarla es fundamental. Estructurar las ideas. Quien no sea capaz de expresar correctamente por escrito lo que piensa sobre ciertos temas, o bien sobre sus perspectivas y aspiraciones personales, difícilmente podrá ser aceptado. Porque la argumentación es parte central del desarrollo de un MBA.
5. Valore sus logros y habilidades no tradicionales: hacer hincapié, cuando sea pertinente, en sus cualidades y aptitudes menos conocidas es bien valorado. “El ensayo de admisión debe ser capaz de comunicar habilidades que el curriculum no es capaz de mostrar”, comenta Sonia Zurita Erazo, coordinadora académica de ESPAE-ESPOL. “Piense en sus actividades extracurriculares, hobbies, tradiciones o compromisos de ayuda social, ya que estas pueden ser una fuente de información para su ensayo. Además, las habilidades de comunicación, trabajo en equipo, ética en los negocios y liderazgo no constan en los curriculums y son características valiosas a destacar por un candidato”, agrega Zurita.
6. Limítese a la longitud solicitada: sea concreto, sin errores de ortografía y consistente a través de todas las preguntas. Uno de los errores más comunes es sobrepasar los límites de extensión. Este hecho, que si bien no parece tener una mayor relevancia, genera un efecto altamente contraproducente porque es una dificultad para priorizar y clasificar información.
7. Sea genuino y personal en lo que escribe: La autenticidad es un aspecto muy valorado por los examinadores. No escriba lo que piensa que quieren escuchar, sino aquello que realmente piensa o siente. Sus experiencias y deseos futuros, tanto en el ámbito personal como laboral. Tenga en consideración que los calificadores son personas con mucha experiencia, por lo tanto sabrán de inmediato quién es genuino y quién sólo busca ser complaciente. Por eso lo mejor es ser directo y expresarse con naturalidad en cuanto a las propias cualidades y a las debilidades a mejorar. Sin embargo, se debe evitar sobrevalorar las propias aptitudes y habilidades. “sabemos que el candidato perfecto no existe, así que no exageres”, dice Phillippe Oster, director de comunicaciones de HEC Paris.
8. Sustente las ideas con ejemplos y detalles específicos: no hay mejor forma de afirmar algo que ejemplificando. Señalar situaciones o aludir a detalles personales refleja el dominio y el interés que se tiene acerca de lo que se está interrogando. Se recomienda mantener la atención mediante anécdotas y escenas, e incluso ser entretenido. Usar una estructura dramática es muy importante. Por ejemplo, contar retos y dificultades que tuvo el postulante en su vida académica y laboral y luego como los resolvió.
9. Evite clichés: adjetivos como creativo, motivado, apasionado, experto, responsable o estratégico han sido repetidos hasta el cansancio, por lo que pueden ser contraproducentes. A un evaluador que lleva años leyendo ensayos, encontrar estas palabras le pueden quitar las ganas de seguir leyendo. Porque ante sus ojos experimentados estos conceptos significan ya muy poco. Sea solidario con su evaluador y prefiera mostrar estas aptitudes con ejemplos.
10. Demuestre que posee aptitudes de líder: aunque sea difícil de demostrar por escrito, tener capacidades y aptitudes de liderazgo es fundamental para quien aspira a cursar un MBA para trabajar como ejecutivo de alto nivel. “Siempre debe tenerse en cuenta el alto impacto a nivel empresarial, regional y social que yo como egresado puedo causar”, dice Luis Fernando Paiva, ex alumno del MBA de INCAE. Este liderazgo puede expresarse sin titubeos si chequeamos que las cartas de recomendación escritas por terceros confirmen nuestras aptitudes de liderazgo.
Tras escribir sus ensayos, revise y reciba feedback. Casi tan importante como estructurar la información, son las constantes revisiones. Repase cuanto sea necesario y no tema exagerar. Es importante tener claro que un mínimo error ortográfico puede costar caro, incluso el rechazo de admisión. Por eso es muy útil pedir ayuda externa. Siempre es bien recibida una visión fresca que pueda aportar con nuevos datos y que ayude a pulir el escrito, ya sean profesores o egresados del MBA. La idea es que esta ayuda se refiera principalmente a una edición de la forma y no del contenido, el cual debe venir directamente del postulante de modo de expresar su individualidad. Es decir, usar a un corrector de estilo, sí. Usar un escritor fantasma, por ningún motivo.
Finalmente, es preciso tener en consideración que los ensayos por sí solos no garantizan la entrada. No obstante, si se trabaja responsablemente, con dedicación al prepararlo, y de forma sincera en lo que diremos sobre nosotros, esto supondrá un valor añadido a la postulación. Lo fundamental es dar luces sobre uno mismo, sobre lo que pensamos realmente y las aspiraciones que tenemos. “Piensa en el futuro y escribe sobre él. Todos tenemos sueños e inquietudes y tus admisores querrán conocerlos”, dice Daniel Budasoff, ex alumno del MBA de la Universidad Torcuato Di Tella. Después de este intenso ejercicio de introspección, seguro no será tan difícil describirse cuando sea necesario.
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