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10 señales que delatan la crisis de los 40
Domingo, Noviembre 22, 2015 - 09:49

Entendida como una fase de cuestionamiento personal, que comúnmente ocurre al alcanzar la medianía de la vida, tiene sus propias y complejas características.

Ya lo decía el escritor estadounidense Carl Sandburg: "El tiempo es la única divisa que tienes y sólo tú puedes determinar cómo será gastada". Las cosas pasan muy rápido en la vida y los hombres más temprano que tarde se encuentran próximos a cumplir cuatro décadas. 

Lo que por mucho tiempo se llamó "crisis de los 40" hoy la psicología prefiere denominarla “crisis de la mediana edad”, término que busca describir un período de cuestionamiento personal, que comúnmente ocurre al alcanzar la medianía de la expectativa de vida moderna. 

Los hombres asumen con crudeza el paso lejano de la juventud y la entrada a la madurez. Se suman aspectos empíricos como cambios físicos, fallecimiento de parientes mayores importantes o el abandono del hogar por parte de los hijos. 

Todo ello puede originar la necesidad de cambios significativos en aspectos clave de la vida diaria como la carrera profesional, las relaciones de pareja o la manera de enfrentar la vida.

De entre muchos otros, y sin ningún afán científico, al menos hay diez puntos que revelan el estar cercano a ese momento de los 40 años:


1. Elegir destinos de vacaciones a los que se fue de niño o adolescente, sólo por el hecho de rememorar historias vividas. 

2. Pensar en aspectos religiosos o trascendentes, aunque sea sólo a chispazos, porque los aspectos existenciales comienzan a no ser tan lejanos ni ajenos. 

3. Sentir que aún es tiempo de aprender a tocar batería, teclados o guitarras con un claro afán rockero.

4. Comparar la apariencia con la de otros de la misma edad.

5. Tomar suplementos vitamínicos, chía, omega-3 y cuantas pastillas prometan un estado vital activo.

6. Ser un permanente actor en las redes sociales para mostrarse siempre como un tipo moderno y digital.

7. Revisar en qué andan antiguas novias en Facebook.

8. Sentir ciertos cosquilleos incómodos con éxitos ajenos, de manera especial si el exitoso es más joven. Ante ello se establece el inmediato pensamiento en torno a cómo pasó el tiempo sin hacer todo lo que se supone que se esperaba hacer.

9. Desear constantemente una vida más sencilla, menos ajetreo, tomar y ver las cosas con mayor calma y sin tanta prisa.

10. Preocuparse de que alguien más joven pueda llegar a reemplazar las labores de uno en el trabajo. 

Un reciente estudio encontró que la edad promedio de activación de lo que se podría considerar una "crisis de la mediana edad" es de 46 años. El estado se extiende entre tres y diez años.

En términos generales, quienes experimentan una crisis de la mediana edad presentan una o más de las siguientes tendencias:

-búsqueda de un sueño o meta indefinido

-un profundo remordimiento por las metas no alcanzadas

-deseo de lograr la sensación de juventud

-necesidad de pasar más tiempo solo o con ciertas compañías

-abuso en el consumo de alcohol

-consumismo o adquisición de artículos caros o extraños, como prendas de vestir, autos deportivos, joyas, motocicletas, aparatos electrónicos, teléfonos costosos, tatuajes, etc.

-demasiada atención a su apariencia física

Los expertos indican que existen dos tipos de crisis relacionadas a la edad. Una de ellas es la evolutiva, que tiene que ver con los años que se tienen y los cambios biológicos.  La otra es circunstancial, motivada por los cambios en el entorno pero que también afectan en lo personal. 

Los síntomas pueden estar acompañados por un cuadro de depresión y ansiedad, especialmente debido a las presiones sociales y familiares al cumplir cierta fase de la vida y la persona no ha cumplido con algunas de las expectativas sociales o familiares, como casamientos, hijos, buen empleo o compras de bienes.

¿Qué se puede hacer frente a esta “crisis”?

- Mantener la actitud positiva: No importa que todos hagan notar que ya se está más “grandecito”, es bueno saber que la edad trae experiencia, anécdotas y conocimientos. Aún hay muchos años por delante y aunque hay que tomar mayor conciencia en varios aspectos, no vale la pena hacerse problemas por cosas que no existen.

- Disfrutar: La experiencia de haber crecido y pasado por muchas etapas hace aún más interesante lo que viene y continúa. Se debe desarrollar un mayor auto-control, más conciencia en torno a las consecuencias de los actos y sin perder frescura, se debe ir abandonando más la improvisación. Asociar felicidad con juventud es no entender que cada etapa de la vida se puede estar alegre y pleno.

- Reflexionar: Se está en la mitad de la vida. Es un buen momento para pensar en lo que ya se ha hecho y también en el futuro, porque aún queda mucho por realizar. Cualquier cambio que se desee a partir de ahora, tendrá que ser evaluado y analizado detalladamente.

En todo caso, nunca está demás considerar lo que pensaba el novelista francés Víctor Hugo sobre los avatares del paso del tiempo: "El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes, es la oportunidad”.

 

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