Las faltas de ortografía son equivalentes a una fea mancha de salsa de tomate en una camisa o blusa blanca. Así perciben los lectores los errores ortográficos
Los errores ortográficos son un mal que afecta a una gran cantidad de profesionales, ya seas médico, ingeniero o diseñador. No reparar en esto podría costarte incluso la oportunidad de conseguir un empleo o a nivel corporativo, tu reputación.
En ese sentido, Héctor Velis-Meza, periodista, académico universitario y escritor con cerca de 42 libros de divulgación relacionados con el lenguaje, compartió con América Economía algunas sugerencias que deberías tener en cuenta para dejar de cometer faltas de ortografía.
1. Las faltas de ortografía son equivalentes a una fea mancha de salsa de tomate en una camisa o blusa blanca. Así perciben los lectores los errores ortográficos.
2. Una falta de ortografía dice mucho de quien la cometió. Lo más grave es que daña la reputación, el ascendiente y el liderazgo del que la perpetró.
3. Las faltas de ortografía, figuradamente, también salpican, abollan, manchan o alcanzan a la empresa a la que pertenece quien incurre en este tipo de negligencias. Los descuidos terminan siendo corporativos.
4. Las faltas de ortografías son similares y tan bochornosos como los errores de pronunciación, dicción y articulación del lenguaje.
5. La buena ortografía es consecuencia directa de la lectura. Como en la ortografía, el componente visual es fundamental en el aprendizaje, leer refuerza permanentemente la correcta escritura de las palabras.
6. Toda persona que escribe un texto que va a ser publicado o enviado a otra persona, antes de despacharlo, debe hacerlo revisar por alguien que se particularice por su buena ortografía y sintaxis. La mala ortografía es como el mal olor, el que huele mal no percibe su hedor y el que escribe mal no ve sus errores.
7. Confiar en los diccionarios ortográficos y gramaticales que incluyen los programas computaciones es como creer que si se pone un escorpión en la palma de la mano, este no le va a inocular su veneno. Definitivamente los diccionarios de los computadores no son confiables.
8. Cuando se termina de redactar, es recomendable leer en voz alta lo que se ha escrito. De este modo, el oído puede percibir los errores de concordancia, las repeticiones de palabras, la puntuación inadecuada y las posible incoherencias del texto.
9. No hay que olvidar que la Academia de la Lengua Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española reformaron algunos aspectos de la ortografía y la gramática en el año 2010 y algunas palabras perdieron sus tildes.
10. Ante cualquier duda consulte el diccionario. Nunca deje de hacerlo. No confíe en la memoria.
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