René Lacoste, hombre delgado, parisino, de nariz aguileña, peinado hacia atrás y de sonrisa amistosa, marcó un antes y un después. No solo en el tenis, deporte en el que destacó, sino que -principalmente- como un referente de la moda.
Antes de la ropa apretada y las poleras sin mangas de Nadal, mucho antes de los contratos millonarios de publicidad de zapatillas, el tenis se jugaba con raquetas de madera, vestido con camisa de botones, pantalón largo e incluso no faltaba el tipo con corbata. Era un deporte de caballeros que competían “de punta en blanco”, como si en vez de sudar sobre la arcilla fueran a una tarde de campo.
En esa época jugaba un tal René Lacoste, hombre delgado, parisino, de nariz aguileña, peinado hacia atrás y de sonrisa amistosa que marcó un antes y un después. No solo en el tenis, sino que además como un referente de la moda. Él es el creador de la compañía de ropa Lacoste. Una prenda, cuyo cocodrilo al pecho, es símbolo de estatus e incluso de deseo aspiracional.
A 110 años de su natalicio, siete datos imprescindibles de su vida.
1. Su amor por el tenis
Aunque todos pensaban que el joven Jean René se inclinaría por los estudios, a los 15 años conoció el deporte que le quitó el sueño y que lo catapultó a la fama mundial. Fue en un viaje a Inglaterra que quedó fascinado por el deporte, decidiendo perseguir una carrera, pese a los deseos de su padre, quien esperaba verlo convertido en ingeniero.
Un día su hermana mayor le regaló su raqueta de madera y de ahí en adelante fue imparable. En 1922 participó por primera vez en el Campeonato Mundial sobre arcilla y a los 18 años era parte del equipo de Copa Davis de su país.
Era un estudioso del tenis y de sus rivales. Observaba acuciosamente a sus contendores y anotaba las debilidades de estos para explotarlas dentro de la cancha. Se retiró en 1932, luego de una bronquitis crónica.
2. Ganador de 7 Grand Slam
Siete veces campeón de torneos Gran Slam.
La fama mundial de Lacoste como tenista está más que justificada. Aunque hablemos de un deporte que se jugaba de una manera más rudimentaria que en la actualidad, René tuvo un desempeño notable en sui carrera que lo llevaron a ganar siete campeonatos Grand Slam:
Roland Garros (3): 1925, 1927 y 1929
Wimbledon (2): 1925 y 1928
US Championships (2): 1926 y 1927
3. Lacoste, el inventor
Quienes vieron jugar a René Lacoste aseguran que no era un jugador nato. Su éxito, a diferencia de Jean Borotra y Henri Cochet, sus máximos rivales, se basaba más en el trabajo duro y constante (gimnasia y fortalecimiento físico) que en el talento. Tenía entrenador, pero para él no era suficiente. Su solución fue inventar una máquina lanzadora de pelotas para seguir raqueteando cuando no tuviera al coach cerca.
Pero su inventiva lo llevó mucho más allá. En 1963, ya retirado del tenis, diseñó una raqueta hecha de acero, toda una novedad en una época en que predominaba la madera. Tenistas como Jimmy Connors o Billy Jean King usaron este raquet y gracias a éste se conquistaron 46 títulos de Grand Slam entre 1966 y 1978.
4. Los mosqueteros que crearon Roland Garros
Los mosqueteros no eran tres, sino cuatro.
No hablamos de Athos, Porthos, Aramis y D’Artagnan de la novela de Alexandre Dumas, sino de Henri Cochet, Jean Borotra, Jacques Brugnon y René Lacoste, los niños terribles del tenis francés que asolaron las primeras décadas del siglo XX. A pesar de que más de alguna vez tuvieron que verse las caras y estuvieron separados por una malla, juntos lograron las más grandes hazañas del tenis francés, entre ellas cinco Copas Davis.
De acuerdo a las reglas de entonces, el campeón vigente llegaba automáticamente a defender la corona en la final. Por eso, había que construir un recinto adecuado para pelear el torneo y la decisión fue crear diseñarlo e implementarlo en un terreno de tres hectáreas. La única condición de quienes cedieron la tierra fue que el lugar llevara el nombre de Roland Garros: un piloto héroe de la primera guerra mundial, tenista amateur y miembro del Stade Français.
5. El origen de su apodo: El Cocodrilo
El Cocodrilo LacosteEl cocodrilo que conocemos hasta estos días
Hay al menos dos versiones plausibles que explican por qué la conocida marca de ropa Lacoste tiene un cocodrilo como logotipo:
a) René Lacoste fue apodado “Le Cocodrile” por sus fans y por los medios de comunicación por su nariz puntiaguda, su audacia atlética y por su espectacular desempeño en el juego al fondo de la cancha. Muy conveniente.
b) El apodo tendría su origen en una apuesta. De acuerdo a esta versión, en 1927 habría apostado con el capitán del equipo de Copa Davis de Francia que ganarían la Copa Davis de ese año. El premio para el ganador era un hermoso maletín de cuero de caimán.
Al año siguiente, en 1928, su amigo Robert George dibujó para René un cocodrilo verde con las mandíbulas abiertas y la cola girada sobre su espalda. Lacoste quedó fascinado con la imagen y lo mandó a bordar sobre una chaqueta blanca, encima de su pecho, sobre el bolsillo izquierdo.
Este dibujo se transformaría posteriormente en el logo de la marca de ropa y entenderás el por qué las poleras de esta compañía tienen el cocodrilo bordado sobre el corazón.
6. El origen de la camisa piqué
El tenis fue, en sus orígenes y hasta hace poco, un deporte asociado a las clases acomodadas. El mismo René venía de una familia con un buen pasar. Y por eso el atuendo para presentarse en la cancha era elegante al extremo de lo ridículo. En ese tiempo, la convención obligaba a vestirse completamente de blanco: camisa con botones y manga larga, pantalones largos, zapatos y una corbata. Demasiada ropa para correr a la malla a dar un remache letal.
Un día, el Marqués de Cholmondeley, amigo de Lacoste, apareció vestido con una camisa de polo en la cancha. René pensó que era una idea práctica y le encargó a un sastre inglés el diseño de unas camisas de algodón y lana semejantes a las que usaba el Marqués.
“Pronto todo el mundo estaba usando”, contó sonriendo. Había nacido uno de los íconos del vestuario deportivo e informal hasta nuestros días: la polera piqué de algodón tejido, manga corta, cuello sin almidón, abierto con botones, con la parte posterior un poco más larga para que los movimientos de los deportistas no sacaran la polera fuera del pantalón.
Como la tradición mandaba, al menos hasta comienzos de los años cincuenta esta “chemise Lacoste” era blanca. El color que rompió la tradición fue el azul marino y de ahí en adelante, salvo para Wimbledon, el tenis se llenó de diversas tonalidades.
7. El nacimiento de la marca Lacoste
Cuando René Lacoste se retiró de las canchas, no se retiró del tenis. De alguna manera quiso seguir ligado a la actividad y qué mejor que hacerlo con la Chemise Lacoste: aquella polera manga corta inspirada en la indumentaria del polo y tejida en algodón piqué.
HondaJet, el nuevo avión de negocios de Honda Aircraft Company
La compañía Honda Aircraft Company presenta el nuevo HondaJet, modelo de avión de negocios que opera con motores HF 120 Turbofan fabricados por GE.
La empresa señala que el avión ya realizó su primera prueba de vuelo y se prepara para prestar servicio en 2015.
HondaJet abre nuevos caminos al ofrecer una cabina y espacio más grande y una mayor velocidad crucero en comparación con los aviones convencionales de su clase.
"La línea de producción del HondaJet está madurando con procesos eficientes en vistas a construir aviones de alta calidad", dijo Michinas Fujino, presidente y CEO de Honda Aircraft Company.
La incorporación de los motores fabricados en conjunto con GE, ubicados sobre las alas, destaca al modelo como el jet privado más ligero del mundo. Además, reducen las emisiones nocivas, los niveles de ruido y mejoran el rendimiento y la eficiencia de combustible.
La aeronave estrena un nuevo esquema de pintura exterior, que suma un profundo verde perla con una franja de oro, junto a otras opciones de colores: plata vibrante, rojo, amarillo y azul.
Se decidió a hacerlo en grande y se asoció con André Gillier, propietario de una compañía francesa dedicada a los géneros de punto. La prenda fue diseñada en un tejido de algodón fraccionado en doce hilos teniendo siempre en mente mantener la elegancia, para lo cual pusieron especial atención en la parte trasera de la prenda: debía seguir cubriendo el cuerpo a pesar del esfuerzo en los movimientos durante el juego.
Con la mente puesta en la comercialización de la prenda y en la creación de una marca, Lacoste aprovechó el diseño que hizo su amigo Robert George y decidió que este cocodrilo estaría en cada una de las prendas que tuvieran su nombre. Sería su logo, el símbolo del nuevo imperio que nacía.
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