En startups, pymes y grandes empresas se toma mayor conciencia de que si se quiere lograr el éxito y llegar a ser realmente competitivas, la transformación digital no es una opción, si no que una obligación.
Juan Manuel Cortes, CRO de Modyo, empresa responsable de las grandes transformaciones digitales de nuestro país, entrega las 3 claves fundamental para que la empresa no se quede en el pasado y se suba a la máquina del futuro y logren el éxito en la transformación digital.
1. La transformación digital realmente no ha dejado de existir desde que se hace software y más, desde que se hace software empresarial. Como seres humanos tenemos que ponerle nombre a las cosas para favorecer la tranquilidad mental de saber que algo puede ser explicado de una forma concreta, más allá de que en algunos casos no tenemos claro el concepto, el nombre favorece al entendimiento.
El problema con el concepto de transformación digital es que todos la estamos usando incluso en ocasiones en las que no necesariamente se debe o se sabe usar. No obstante desde que nos adentramos en la introducción de software para las empresas y las personas, el ser humano ha venido en una carrera frenética de adopción de lo digital que en esta última década se ha acelerado
dado que hemos entrado en una fase de socialización digital 1 (Khan) sin precedentes.
En resumen, nunca antes lo digital afectaba a la sociedad, al individuo cambiando patrones de conducta y relacionamiento. Y menos en el contexto empresarial, anteriormente como usuarios internos o externos nos adaptábamos al sistema expuesto y no al revés como sucede hoy en día.
2. El liderazgo corporativo es quien más se ha visto afectado por el advenimiento de un proceso de cambio integral del tejido corporativo. El proceso de adaptación y la velocidad de cambio ha impactado directamente al ejecutivo quien a su vez también está en el proceso de tratar de entender el momento histórico de transformación que se está viviendo.
Por lo tanto, se requiere contar con un liderazgo que tenga que tomar decisiones basadas en la información disponible y en el supuesto de conocimiento de sus clientes o usuarios. A esto se le añade, la adopción de métodos y tecnologías y nuevas formas de hacer software que pueden llevar en muchos casos a confiar (porque termina siendo una relación de confianza) en proveedores expertos que los guíen a ese camino de adopción.
3. No es posible hablar de transformación digital sin abrazar el cambio. La cultura corporativa ha procurado ser precisa y predictiva, el caos se tolera poco y la incertidumbre funciona mientras se especule, pero nunca de cara al cliente. Sin embargo no hay otra manera de adaptarse a la dinámica cambiante que se vive en el mercado con sus amenazas externas e internas sino se aborda desde la experimentación controlada.
Por lo tanto, si el método termina siendo poco científico no se podrá hablar de experimentación, adaptación, aprendizaje. Se requiere de una nueva forma de hacer empresa, se requiere entender que el cambio viene con prueba y error, que se puede controlar o mitigar pero no evitar completamente.
El liderazgo debe estar abierto a la toma rápida de decisiones, entregando valor de forma incremental con el software que se construye, se debe tener una participación activa en donde se involucre el trabajo conjunto y nunca dejando en responsabilidad del proveedor la capacidad de hacer los productos que son de su organización. Podemos delegar la función de hacer software, pero nunca la responsabilidad de concebirlo y entregarlo.
FOTO: PEXELS.COM