La imagen personal tiene desafíos únicos para las mujeres profesionales. Los siguientes consejos te pueden ayudar a que tus talentos sean reconocidos.
Las investigaciones han mostrado repetidamente que las mujeres son presa de un fenómeno conocido como “el problema de la amabilidad”. Las normas de género suponen que las mujeres deben ser afables, cariñosas y propensas a apoyar a los demás, y cuando trasgreden estas normas —como cuando dan un paso adelante para tomar una decisión difícil, expresan una opinión fuerte o se promocionan a sí mismas— muchas veces son castigadas por ese comportamiento de maneras que no se aplican a los hombres.
¿Cómo podrías tú, siendo mujer, sortear este problema y desarrollar una imagen personal fuerte? Aquí hay tres estrategias que te pueden ayudar a asegurarte de que tus talentos sean reconocidos.
Crea redes dentro y fuera de tu organización
Cultiva de manera consciente una red más amplia, pues si tu situación cambia o necesitas apoyo, podrás contar con opciones. Haz un esfuerzo para construir conexiones profesionales con gente que conozcas a través de pasatiempos, relaciones personales por proximidad (por ejemplo, los vecinos o los padres de los compañeros de escuela de tu hijo) o amigos de amigos.
Controla tu narrativa
Muchas veces asumimos que, si trabajamos duro, la gente se dará cuenta al paso del tiempo, o que, si hacemos un cambio, los demás intuirán el sentido de este. Debido a que en esta época la gente está tan estresada, desafortunadamente eso nunca sucede.
Ayuda a otros a entender la verdad sobre tu camino elaborando un discurso de presentación claro y conciso que explique cómo tus habilidades previas se conectan con lo que estás haciendo ahora y le agregan valor. Establece la relación claramente, en lugar de esperar a que los demás la entiendan por sí mismos.
Comparte públicamente tus ideas
Si mantienes un perfil bajo y dejas que tu trabajo hable por ti, es muy probable que desarrolles una buena reputación entre tu grupo cercano de colaboradores. Sin embargo, eso representa un número limitado de personas. Las personas en otros departamentos o los líderes con niveles superiores a ti quizá no estén informadas de tus contribuciones.
Muchas mujeres aún se sienten incómodas al hablar de sus logros y promoverse de manera directa, pero hay otras maneras de mostrar en qué te especializas cuando estás construyendo tu imagen. La creación de contenido es una buena manera de compartir tus ideas y crear una reputación positiva a mayor escala. Por ejemplo, podrías ofrecerte como voluntaria para organizar una charla sobre un tema que hayas investigado recientemente, comenzar a escribir para el boletín de la empresa o bien ofrecer tu consejo o contestar las preguntas de la intranet corporativa.
Nadie quiere ser considerado un ejemplo de autopromoción pusilánime. No obstante, si no controlamos nuestra propia narrativa ni le mostramos al mundo cómo podemos contribuir, lo más probable es que muy poca gente realmente se dé cuenta.
(Dorie Clark es una estratega de mercadotecnia y conferencista profesional que enseña en la Escuela Fuqua de Negocios de la Universidad de Duke).
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