Los cambios llegan impulsados por el avance tecnológico en general, y muy particularmente por la digitalización; por la globalización de las empresas y la internacionalización de sus negocios.

Juntas directivas más reducidas y profesionalizadas, con una mayor presencia femenina, con mayor cantidad de miembros externos independientes, cuyos miembros se ven cada vez más fiscalizados en sus actuaciones y asumiendo mayores responsabilidades por sus decisiones. Así es como Pedro Nueno, Profesor de IESE Business School, dibuja el futuro de las juntas directivas en el libro El consejo 2020.

Los cambios llegan impulsados por el avance tecnológico en general, y muy particularmente por la digitalización; por la globalización de las empresas y la internacionalización de sus negocios.

El objetivo prioritario de la junta seguirá siendo el mismo: "supervisar el conjunto de la compañía para orientarla hacia la creación sostenida de valor a largo plazo". Pero los tiempos cambian, y la junta directiva debe adaptarse con rapidez.

Muchas empresas han empezado ya una revisión a fondo de la composición, dinámica y operativa de sus juntas directivas, por lo que el autor describe las tendencias que se impondrán en un futuro a corto plazo:

1. Menos directores, pero más preparados

La cifra media tenderá a aproximarse a los siete o nueve directores. Y aumentará la exigencia en materia de preparación.

Se espera que los integrantes de la junta tengan experiencia significativa en negocios, que conozcan el sector y el mercado en el que se mueven, aunque algunos externos debieran venir de industrias completamente distintas para aportar una visión fresca.

También, que los miembros tengan una "mentalidad innovadora y emprendedora" y la capacidad de actualizarse constantemente sobre los retos y oportunidades que conllevan el impacto de la transformación digital en toda la cadena de valor, el de la globalización en las operaciones o el de las tecnologías disruptivas sobre otros aspectos críticos del negocio.

2. Más presencia de mujeres

La cuota femenina aumentará hasta representar, previsiblemente, un tercio de la junta directiva. Actualmente, el porcentaje de mujeres en las junta directivas todavía es minoritario, pero sigue en franco crecimiento.

3. Internacionalización del consejo

La globalización de las empresas requiere de directores con experiencia internacional. "Un buen director ha de sentirse cómodo frente al reto internacional y ha de ser capaz de estimularlo y orientarlo en la empresa", explica el autor.

4. Mayor responsabilidad

La legislación de los procesos empresariales tiende a aumentar, y muy especialmente la relacionada con la operativa, la responsabilidad y la transparencia de la junta directiva.

Ya no se apela únicamente a la competencia y profesionalismo de los directores, sino directamente a su sentido ético y comportamiento responsable.

En este sentido, se fiscalizará más la actuación de los directores, que no se podrán limitar a cumplir la ley, sino que deberán actuar de forma ética.

Como he mencionado en otras oportunidades, la junta directiva es el corazón y el cerebro de la empresa, y debe mantener su liderazgo organizacional, lo cual depende de quienes ostentan el poder y la autoridad en la empresa, sobre todo si es familiar.

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