Rodrigo Correa, gerente de Mandomedio Consulting, refiere sobre cómo el también llamado employer branding puede comprometer al capital humano.
Uno de los activos más valiosos para las compañías son las marcas, y la mayoría focaliza sus esfuerzos en estrategias de posicionamiento de branding orientado a sus clientes para aumentar las ventas, dejando en segundo plano la comunicación interna de estas.
Por lo tanto, las empresas tienen un nuevo desafío y es lograr que los trabajadores se conviertan en embajadores de la marca, principalmente en tiempos de mayor incertidumbre laboral, en el cual hay fusiones o reestructuraciones, y se necesita una comunicación enfocada en aumentar el compromiso. Y es a través del employer branding, una estrategia a largo plazo dirigida a gestionar el conocimiento y las percepciones de los colaboradores, que se puede lograr un mayor engagement con la empresa.
“La marca del empleador (employer branding) es un nuevo enfoque que permite a la organización diferenciarse de otras compañías y que los colaboradores se sientan parte de la identidad corporativa”, explica Rodrigo Correa, gerente de Mandomedio Consulting.
Son los encargados de recursos humanos quiénes tienen la responsabilidad de impulsar esta transformación mediante un liderazgo positivo.
“El employer branding debe ser transmitido desde RRHH a toda la organización, tanto a los niveles directivos y al staff de trabajadores, para lograr incentivar, alinear y motivar a los colaboradores para que estén comprometidos y logren transmitir los valores de la marca”, comenta Correa.
Según Mandomedio Consulting, el employer branding se puede aplicar mediante estas cuatro etapas para que sea transmitido de manera efectiva:
1. Sensibilización de los valores de la compañía: Los valores son los principios básicos de una organización, ayudan a condicionar comportamientos y proporcionan los lineamientos para las operaciones dentro de la empresa. Es clave que los directivos y trabajadores se identifiquen con los valores y los adhieran a su manera de trabajar, para que estén alineados con la identidad corporativa y los transmitan en sus acciones diarias.
2. Transmisión de las ventajas de la organización: Las ventajas son elementos más concretos y cercanos para los colaboradores. Son los principales beneficios racionales y emocionales que brinda una compañía, como las oportunidades de formación y desarrollo, convenios, reconocimiento o la sensación de trabajar en una empresa líder en el mercado. Es fundamental comunicarlas y reforzar su presencia.
3. Comunicación interna: Tanto los valores como las ventajas pueden ser transmitidos por la organización a través de herramientas de comunicación interna. La organización es la responsable de diseñar mensajes eficaces y eficientes que permitan su comprensión y su correcta descripción. Una comunicación efectiva también incluye informar e involucrar a los colaboradores con los objetivos de la empresa o nuevas estrategias.
4. Sentido de pertenencia a la marca de la organización: Tanto la asimilación de los valores como la observación de las ventajas pueden influir positivamente en dos elementos esenciales, el sentimiento de pertenencia a la compañía que se observa cuando el empleado está orgulloso de formar parte de la empresa y tiende a identificarse con la misma; y el compromiso. En conclusión, “el employer branding es la imagen proyectada por un empleador a través de su cultura, políticas, procedimientos, y acciones, que impacta directamente en las actitudes y conexión de los colaboradores con la marca”, finaliza el ejecutivo de Mandomedio Consulting.