La semana es la unidad de medida más empleada en los contextos laborales. Se entiende que es el período ideal para realizar evaluaciones.
Las reuniones de trabajo semanales son una buena opción para garantizar el control períodico de los procesos. Sin embargo, hay que asegurarse de que sean productiva.
En ese sentido, EAE Business School, publicó en su blog Retos Directivos, las ventajas de este tipo de reuniones. Aquí un extracto.
1. Garantizan un control periódico de los procesos. La semana es la unidad de medida más empleada en los contextos laborales. Se entiende que es el período ideal para realizar evaluaciones.
2. Facilitan la adopción de soluciones y la corrección de fallos. De optar por la reunión mensual, dichos fallos no serían detectados a tiempo y pondrían en riesgo el conjunto del proceso.
3. Evitan la monotonía de las reuniones diarias. Su frecuencia evita que los miembros de los equipos pierdan interés en ellas.
4. Aumentan la confianza del grupo de trabajo y se reafirma la conciencia de las acciones que se están realizando. Por tanto, también son un factor para la cohesión y la motivación de los equipos.
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