Bruno Novella, especialista en Dirección Estratégica de Pacífico Business School, qué se debe hacer para que “la euforia mundialista” no afecte la productividad en el trabajo.
Tuvieron que pasar 36 años para que nuestra selección vuelva a ser parte de un Mundial de Fútbol. En nuestras empresas tenemos generaciones de colaboradores que no han vivido nunca esta emoción y otras que añoraban volver a vivir la experiencia. Es claro que nadie quiere perderse un solo partido de la Selección.
El tema no es tan simple si consideramos que dos de los tres partidos que Perú jugará en la primera fase del Mundial se realizarán en días laborables y en horario de oficina. Frente a ello, ¿qué debemos hacer para que “la euforia mundialista” no afecte la productividad de nuestros equipos de trabajo? La clave está en interpretar adecuadamente las expectativas de nuestros colaboradores, prepararnos y sumarnos de la mejor forma al fenómeno mundialista.
Así, debemos procurar que las iniciativas que despleguemos estén alineadas a la cultura de la empresa y sus valores, tanto como a los objetivos que tenemos como organización.
A continuación, algunas ideas que nos pueden ayudar para alcanzar tal fin:
- Cambiemos figuritas: Define los espacios y los momentos para que los apasionados a los álbumes del Mundial lo hagan. El intercambio de figuritas es un buen motivo para que las personas se relacionen, se distraigan y se conozcan en otra faceta. Estas experiencias generan un boca a boca súper positivo.
- Define qué partidos se verán y comunícalo: La incertidumbre no le gusta a nadie. ¿Nos dejarán ver los partidos?, será la pregunta más sonada en los pasillos de la empresa. Nuestros colaboradores buscarán la manera de verlos sí o sí. Es mejor ser proactivo: coloca televisores en la oficina, usa los espacios comunes y transmite la idea que es un momento para compartir. Impedir que se vean los partidos generaría un impacto muy desfavorable en la organización.
- Todos queremos alentar: Súbete a la ola y que la gente se vista de rojo y blanco. Que los formalismos no sean impedimento para que los colabores expresen su emoción de llevar la camiseta o compartir mensajes de positivos. Implementa “muros de aliento” para que los colaboradores puedan dejar sus arengas y compromiso con el Perú. Busca la forma de ser un facilitador y no alguien que restringe la experiencia mundialista.
- Los gerentes se ponen la camiseta: Todos somos hinchas. Todos somos iguales a la hora de alentar. Es un buen momento para derribar barreras y aproximarnos. El Mundial representa una oportunidad para mejorar relaciones, para que se conozcan mejor las personas y compartan alegrías. Nuestros equipos valoran que prediquemos con el ejemplo.
- Todos a poner el alma: No importa cuál sea el resultado, una vez acabado el partido, todos retomamos nuestras labores. Debemos reforzar la idea que cada uno juega un gran partido en su cancha. Así como nuestra Selección buscará ganar los encuentros, nosotros debemos lograr nuestros objetivos y metas.
El Mundial de Futbol Rusia 2018 marcará un hito en la historia de nuestro país, depende de nosotros que también sea un recuerdo favorable e imborrable en la cultura de nuestra compañía.