Los avances tecnológicos han multiplicado herramientas y plataformas para conectarnos. Sin embargo, los equipos de trabajo declaran seguir con grandes dificultades a la hora de comunicarse en forma efectiva.
En el mundo empresarial, los avances han permitido a las organizaciones un desarrollo considerable en cuanto a una mayor fluidez en el traspaso de información, en todas las direcciones; agilizar procesos y toma de decisión; o contar con medios más expeditos para llegar a sus grupos objetivos. Sin embargo, existen grandes dificultades a la hora de comunicarnos en forma efectiva.
Para Nicolás Fernández, Coach Neurolinguístico, instructor de alta montaña y gerente general de Sureste, una comunicación efectiva en equipos de trabajo empresariales, es un elemento clave para alcanzar los objetivos trazados. “La comunicación efectiva es un acto complejo entendido como aquella que utiliza adecuadamente las herramientas disponibles y que se acopla al contexto para lograr que el mensaje aterrice de la manera que esperamos”, asegura.
Pare el Fernandez, el contexto y oportunidad, los medios, la escucha activa y la retroalimentación, son los principales elementos a tomar para comunicar con óptimos y efectivos resultados.
El contexto y la oportunidad
“Todo intercambio de información ocurre en un contexto determinado e influye en la manera que será interpretada. Todo significado es contexto-dependiente”, explica Fernández, quien lleva años de experiencia con Sureste, ofreciendo cursos de Comunicación Efectiva para equipos de empresas, en contextos de naturaleza y tranquilidad, ideal para favorecer el diálogo persona a persona.
Los medios
En una conversación persona a persona, pareciera ser que el medio de transmisión es el verbal, sin embargo no es el único, actúa en forma simultánea el lenguaje no verbal (tono de la voz, gestos corporales). En este ámbito, una comunicación efectiva, radicaría en tomar conciencia sobre el estado emocional al momento de transmitir un mensaje, buscando mantener una congruencia lógica entre ambos canales de acuerdo a la intención del emisor.
“Las palabras abordan el contenido y el lenguaje no verbal refleja las emociones. El científico Albert Enrabian hizo un estudio en el que intentaba determinar qué aspectos eran los más importantes para asegurar una comunicación eficiente. Descubrió que en ambientes de alta emocionalidad, el 7% radicaba en las palabras y el 93% en la comunicación no verbal. 38% el tono de la voz y 55% el lenguaje corporal”, explica el experto.
Escucha activa y retroalimentación
Para Fernández, ambos elementos son centrales en el proceso de comunicación. La escucha activa no es mostrarse “motivado”, sino que se trata de mantener la atención en alto de tal forma que comprendamos mejor el mensaje que se nos está siendo transmitido.
“Las interferencias del entorno dificultan la escucha, sin embargo, los mayores distractores provienen desde nuestro propio diálogo interno, esa conversación simultánea con nosotros mismos mientras aparentamos prestar atención. Por su parte, la retroalimentación es un elemento clave, permite ir verificando en el proceso de comunicación el “cómo” se está interpretando el mensaje. Nuestra observación y escucha activa nos permite extraer una idea de cómo está recibiendo la información”, asegura.
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