De acuerdo con la jerarquía de necesidades de Maslow, cuanto más arriba te encuentras de la pirámide, mejor estás haciendo las cosas.
Por Ivette de Jacobis. La ciencia coincide en que la mejor forma para tener éxito personal y profesional es ser consciente de las decisiones que tomamos, te compartimos algunos hallazgos interesantes
De acuerdo con la jerarquía de necesidades de Maslow, cuanto más arriba te encuentras de la pirámide, mejor estás haciendo las cosas. En resumen, los niveles de Psicoanálisis indican que una persona no puede autorrealizarse hasta que sus necesidades básicas estén cubiertas.
Es decir, no puedes ser una versión mejor de tí mismo si no tienes suficiente comida y dinero para pagar tus cuentas, o suficiente amor y autoestima para sentirte bien. Por lo tanto, ¿qué puedes hacer para ascender en la pirámide?
Según los resultados de varios estudios, lo que se necesita para ser exitoso en la vida es lo siguiente:
1. Aumentar la confianza mediante la acción.
Katty Kay y Claire Shipman, autores de The Confidence Code, con base en diversos estudios, encontraron que el éxito depende de la confianza. Concluyen que una baja confianza se traduce en falta de acción. “Tomar acción refuerza la creencia en la propia capacidad para tener éxito”, señalan. “Así que la confianza se acumula mediante el trabajo duro, a través del éxito, e incluso a través del fracaso”.
2. Mejorar las habilidades sociales.
Según una investigación realizada en la Universidad de California en Santa Bárbara, por la economista Catalina Weinberger, los hombres de negocios más exitosos sobresalen tanto por su capacidad cognitiva como por sus habilidades sociales, algo que no siempre fue así. Comparó datos que vinculan habilidades de adolescentes en 1972 y 1992 con los resultados de adultos, y encontró que en 1980, las dos habilidades no se correlacionaron para tener éxito, mientras que hoy se combinan. “Las personas que son a la vez inteligentes y sociables tienen más éxito hoy en día que los trabajadores dotados con las mismas habilidades en 1980”, dice Weinberger.
3. Entrenar para retrasar la gratificación.
El experimento clásico del malvavisco de 1972 consistía en colocar un bombón en frente a un niño, con la promesa de un segundo malvavisco si podía abstenerse de comerse el bombón, mientras que un investigador salía de la habitación dejándolo solo durante unos minutos. Los estudios de los siguientes 40 años encontraron que los niños que eran capaces de resistir la tentación de comerse el malvavisco, crecieron hasta ser personas con mejores habilidades sociales, obtuvieron los mejores resultados en exámenes y tienen una menor incidencia de abuso de sustancias. También resultaron ser menos obesos y más capaces de lidiar con el estrés.
4. Tener una “mentalidad expansiva”.
Según una investigación realizada por la psicóloga de Stanford, Carol Dweck, sobre cómo ven las personas que su personalidad afecta su capacidad para la felicidad y el éxito, los que tienen una “mentalidad estática” creen cosas como que el carácter, la inteligencia y la creatividad son inmutables, y evitar el fracaso es una forma de demostrar habilidad e inteligencia. Las personas con una “mentalidad expansiva, “ven el fracaso como una manera de crecer y por lo tanto les gustan los desafíos, perseveran frente a los contratiempos, aprenden de la crítica, y alcanzan niveles más altos de rendimiento”. Creen que el verdadero potencial de una persona es desconocido; es imposible prever lo que se puede lograr con años de pasión, trabajo y formación.
5. No descuidar tus relaciones.
Después de seguir la vida de 268 varones universitarios de Harvard de las clases de 1938 a 1940 durante décadas, el psiquiatra George Vaillant llegó a la conclusión que ya sabemos: El amor es la clave de la felicidad. Incluso si un hombre tiene éxito en el trabajo, amasó una buena fortuna, y goza de buena salud, si no ama o tiene relaciones amorosas no es feliz, encontró Vaillant.
Por último, algunos estudios señalan que la adaptación es otra de las virtudes del éxito. Si somos estáticos en un mundo dinámico como el que nos tocó vivir, el resultado será desastroso. Una de las frases más célebres dice: “Sé como el agua, poderosa, amable, adaptable y siempre cambiante”. El agua está en un constante estado de transición, mientras que algunos de nosotros estamos en un constante estado de confort.
*Previamente publicado en blog de Ivette de Jacobis. Reproducido con la autorización de Ivette de Jacobis*
Ivette de Jacobis es Directora de Espiral Positiva y Consultora de bienestar emocional, dedicada a crear culturas de trabajo inteligentes y constructivas, implementando nuevos hábitos, sistemas de trabajo y patrones de pensamiento, que mejoren los resultados de la empresa y la calidad de vida de sus colaboradores.