Monitorear y plantear estrategias ante eventuales problemas son algunas de las cosas a tener en cuenta.
Tener un plan coordinado para gestionar posibles crisis al interior de la organizaciones es esenciales para asegurar una buena continuidad de una empresa. Y es que nadie está exento de los vaivenes comerciales y que a veces generan estruendos en el mundo de lo negocios.
Bajo este escenario, la Harvard Deusto Business Research (HDBR) y EAE Business School publicaron un artículo con los 5 pasos esenciales para aplicar a la hora una empresa entre en una etapa de crisis.
1. Monitorización
Es la fase en la que se detecta el problema. Un equipo de trabajo designado por los altos directivos se encarga de recopilar y analizar la información que permita determinar el motivo de la crisis. Si bien es una tarea que requiere agilidad, se debe evitar por cualquier medio dar una respuesta «en caliente». Lo más recomendable es esperar a que la situación evolucione.
2. Identificación
Con la información analizada, el equipo de trabajo identifica a los responsables de la crisis, que, como se dijo anteriormente, pueden ser de dos tipos: externos o internos. Además, se valora el alcance que pueda llegar a tener la crisis. Esto último permitirá medir los tiempos de reacción del equipo de trabajo, siendo mayores o menores según el carácter del momento.
3. Planteamiento de estrategias
En esta tercera fase, el grupo de trabajo pone énfasis en buscar soluciones que permitan atajar la crisis. Ya se sabe en qué consiste y de dónde proviene, por lo que el siguiente paso es plantear propuestas, mecanismos y métodos para superarla. En esta fase son importantes las respuestas corporativas hacia el exterior, como por ejemplo los comunicados dirigidos a clientes, proveedores y público en general. Se supone que ha habido un tiempo prudencial para el análisis y, por ello, son necesarias las respuestas, que variarán según las exigencias del caso.
4. Ejecución
Todos los departamentos de la empresa, no sólo los que han resultado afectados por la situación, deben movilizarse en torno a los mecanismos decididos para atajar la crisis. Más que en cualquier otra etapa, la empresa debe transmitir una sensación de unidad y corporativismo. Si el asunto es interno, los directivos deberán aplicar las sanciones o los correctivos que mejor respondan a la situación.
5. Seguimiento
Las crisis no terminan con la puesta en marcha de una estrategia determinada. El grupo de trabajo debe realizar un seguimiento a la situación para evitar nuevas alteraciones. Además, esta etapa es propicia para análisis más elaborados en torno a lo sucedido. En algunas ocasiones, las decisiones derivadas del conflicto principal se extienden hasta esta fase del protocolo de gestión de la crisis.