Estos modelos ya se dan en las principales universidades del mundo y pueden marcar la pauta para un aprendizaje que aproveche la tecnología en las instituciones educativas
La adopción de herramientas y plataformas tecnológicas en las organizaciones del sector de la educación están habilitando auténticos entornos de colaboración y proporcionando beneficios tangibles en el ecosistema universitario. Es por eso que los mejores centros de enseñanza del futuro serán aquellos que integren la tecnología en las aulas y en sus procesos de “back-office”, explica una publicación del diario Gestión.
Ante este panorama Ricoh, compañía global de tecnología, detecta cinco tendencias en instituciones educativas como las universidades, con relación a la adopción de nuevas tecnologías e incursiona con soluciones dirigidas no solo a hacer más efectiva la gestión de los docentes sino a facilitar el aprendizaje por parte de los alumnos.
1. La evaluación basada en datos: Más allá de las pruebas de evaluación tradicionales, a medida que los alumnos participan en actividades formativas online, dejan un mayor rastro de información que puede recopilarse y analizar con el objetivo de personalizar la experiencia del aprendizaje y medir el desempeño.
Se calcula que en un plazo de entre tres y cinco años el análisis del rastro que dejan los alumnos -learning analytics- permitirá mejorar las estrategias y procesos de aprendizaje. Además, las herramientas de inteligencia artificial (también conocidas como learning machine), podrían detectar patrones de aprendizaje e indicar acciones correctivas en el aprendizaje con el fin de mejorar el rendimiento del alumno.
2. La creciente ubicuidad de las redes sociales: Los medios sociales se están integrando muy rápidamente en la vida universitaria, actuando como plataformas de formación o como herramientas para articular comunidades educativas. Aunque todavía no está claro cómo acabarán transformando a las universidades, su impacto en el sector de la educación superior será muy significativo durante los próximos dos años
3. Experiencia diferenciada: El aprendizaje en línea brinda mayor flexibilidad que los programas de un campus tradicional. La tecnología permite no solo la flexibilidad de tiempo sino también empodera a los estudiantes para revisar aquellos temas que no se comprendieron en su totalidad.
Ese es el concepto de “a mi propio ritmo”, en el cual el estudiante esta 100% en control del proceso de aprendizaje. En las aulas físicas, los docentes también entendieron que no todos los estudiantes aprenden al mismo ritmo. Dividir a la clase en grupos ayuda al docente a avanzar a diferentes velocidades y niveles de acuerdo con cada grupo.
4. Contenido alineado: Factor que hace hincapié en el tema de la seguridad. Las herramientas como el manejo de la identidad y el acceso están diseñados para asegurar que aquellos que accedan a los recursos (centros de datos, bases de datos, instrumentos remotos, recursos de aprendizaje, etc.) sean confiables, tanto en la seguridad de sistemas como en la confiabilidad de la información.
El alumno que en teoría tiene acceso ilimitado a fuentes de conocimiento online se convierte en un “curador”, donde es necesario el pensamiento crítico para validar y seleccionar el contenido.
5. Experiencia colaborativa: La experiencia colaborativa ocurre mediante una interacción grupal y la exploración de diferentes perspectivas de otros estudiantes y docentes. El papel del docente es convertirse en facilitador más que un catedrático. Para ello, las herramientas colaborativas vía teleconferencia/IWB ayudan a unir a los estudiantes y colaborar entre diferentes clases/sitios como un ejercicio compartido de descubrimiento y creación de conocimientos, desarrollando las aptitudes y trabajo en equipo.
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