Cuando dentro de las organizaciones se comprenda que “no se trata de tener derecho a ser iguales, sino de tener igual derecho a ser diferentes”, habrá un gran avance en inclusión laboral.
Hemos escuchado la palabra diversidad, pero me atrevo a decir que poco se ha profundizado. Lo primero que debemos comprender es que hablar del tema no significa decir que seamos diferentes, el problema es que estamos aún en una sociedad que utiliza las diferencias para incluir o excluir, recompensar o castigar, acreditar o desacreditar, valorar o infravalorar; y si trasladamos esto a las organizaciones, aún existe una gran responsabilidad para que los líderes busquen nutrir las diferencias de las personas y generar una fuente de aspiración e inspiración.
Hablar de diversidad significa valorar lo diferente y potenciarlo, unificar barreras de género, edad, raza, creencias. Mario Alonso Puig dice: “La aceptación de modos distintos de pensar, de percibir la realidad es lo que nos ayuda a avanzar. La cooperación es la base del éxito”.
Cuando una organización comprende que la diversidad es una de las grandes riquezas internas, empiezan a crear más valor, a crecer y a ser más competitivas, sobre todo cuando entran en acción para fomentar la inclusión de personas con diferente cultura, género, orientación sexual, distinta generación, habilidades y capacidades, formas de hacer y de pensar.
Para lograr esto se requiere tener líderes con fuertes valores de diversidad e inclusión alineados a los de la organización, es por ello que se necesita construir un modelo de liderazgo inclusivo que conozca y gestione los prejuicios y sesgos inconscientes que provocan una discriminación abierta.
La unidad de investigación de Deloitte ha identificado seis atributos de líderes que demuestran la habilidad no sólo de abrazar diferencias individuales, sino también de apalancarse en ellas para crear ventajas competitivas y me gustaría compartirlas:
1. Compromiso
Un líder inclusivo es alguien congruente y comprometido con la diversidad e inclusión, porque estos valores están alineados con sus consideraciones personales y con las necesidades del negocio, además posee un fuerte sentido de responsabilidad para generar el cambio.
2. Conocimientos de sesgos inconscientes
Un mal líder puede tomar decisiones equivocadas, injustas e irracionales, es por ello que hay que sensibilizar a cada uno de ellos sobre que a pesar de sus mejores intenciones, pueden llegar a tener sesgos inconscientes y para evitarlo es necesario que la organización cuente con políticas, procesos y estructuras sólidas.
3. Coraje
Ser un líder inclusivo implica convertirse en un agente de cambio y tener la capacidad de confrontar a los demás y al status quo, ya que necesitará enfrentarse con el cinismo y los cuestionamientos de los demás, especialmente de aquellos que no están comprometidos o que no son congruentes con los valores de la diversidad e inclusión.
4. Curiosidad
Los líderes inclusivos tienen la capacidad de comprender cómo otros ven y experimentan la realidad, así como ser tolerantes a la ambigüedad, es por ello que tienen la capacidad de hacer preguntas curiosas y escuchar activamente con la finalidad de facilitar su comprensión de otros individuos.
5. Colaboración
Si hablamos de colaboración entre personas similares, podríamos creer que es algo cómodo y sencillo, sin embargo, el desafío incrementa cuando tenemos que colaborar e interactuar con personas diferentes. El líder inclusivo tiene la capacidad de empoderar a su equipo para conectar con otros aprovechando la diversidad y comprendiendo que las personas colaboran
de mejor manera cuando se sienten seguras de sí mismas, cuando se dan cuenta de su grandeza y el valor que aportan a la organización, lo que permite que aumente su confianza.
6. Inteligencia cultural
Los líderes altamente inclusivos tienen la capacidad de ser auténticos y adaptar sus comportamientos verbales y no verbales de acuerdo a las demandas culturales, comprendiendo que las diferencias y similitudes son importantes para tener un mejor desempeño en un contexto multicultural. Así mismo, reconocen cómo su propia cultura impacta su forma personal de ver el mundo y cómo los estereotipos culturales pueden llegar a influenciar sus expectativas y las de otros.
*Por Nancy Martínez, directora de Live13.5, consultoría especializada en felicidad organizacional.
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